
En Guanacaste se escribe poesía. Desde el adolescente con su primer amor feroz, hasta la longeva que pinta paisajes internos y melancólicos; desde la orilla tranquila del Lago Arenal en Tilarán hasta las aguas bravas del Río Tempisque.
El libro Territorios Eternos es la prueba contundente de las personas a las que les pica el bicho literario.
63 autores y autoras, con o sin experiencia literaria, con edades entre los 15 y los 94 años, y de los 11 cantones de la provincia, le dieron vida a esta antología que busca despegarse de la Guanacaste folclórica, turística y rezagada.
Para el docente y compilador de los poemas, Daniel Matul, el libro es una declaración política y un acto de insurgencia cultural.
“Es la prueba de que las voces que la integran [la antología] no necesitan validaciones externas, porque produce saberes, estéticas y discursos propios. Y al hacerlo, no solo enriquece la literatura nacional, sino que la transforma desde sus bases”, explica.
Entonces, ¿de qué habla esta poesía guanacasteca?
Identidades
Las personas más jóvenes de entre 15 y 35 son las que dan voz al primer capítulo llamado “Identidades”.
La pluma del cruceño Edwin Sánchez es una que alimenta este segmento. Empezó a escribir poesía desde adolescente gracias al impulso de sus profesores del Liceo Experimental Bilingüe de La Cruz, quienes lo alentaban a escribir o le regalaban sus primeros libros de poesía.
Aunque trabaja como ingeniero en electrónica médica, nunca ha dejado de escribir poesía. Uno de sus textos, escrito en inglés, habla sobre la belleza escénica de La Cruz, la noche y los volcanes.
Pudo ser imposible para mí creciendo en San José haber llegado a sentir esa línea y escribirla acá. Hay muchos elementos que por haber crecido en Guanacaste se condensan, están en vos y de una u otra manera al final se manifiestan”, dice Edwin.
… Sundown
Moon coming on my back.
Venus starts the night.
Guitars start the ride.
Ehécatl touches my face.
La Cruz Huanacaxtle is complete…
Utopías
La segunda parte está escrita por personas con edades entre los 36 y los 65 años. Voces maduras que, según el docente Daniel Matul, hablan sobre “las utopías de una provincia que tiene doscientos años de aspiraciones y ensoñaciones”.
Para un capítulo que habla sobre deseos y añoranzas quizá no haya nada mejor que una pluma que escriba desde la disidencia como la de Ronald Campos.
De familia tilaranense y criado en ese cantón de la altura guanacasteca, Ronald es especialista en literatura española y en teoría literaria. Escribe desde hace más de 20 años pero desde el 2010 su búsqueda se centra mucho más en visibilizar las experiencias entre hombres: amorosas, eróticas y místicas. Además, su poesía denuncia también crímenes de odio, violencia hacia las personas trans y la homofobia en Costa Rica y fuera del país.
“Hay que reafirmar el hecho de que Guanacaste no es una sola identidad homogénea, sino que hay distintas identidades. Desde que yo suelo escribir, me pregunto ¿qué lugar tienen las vidas disidentes? ¿Tienen el reconocimiento de las personas LGBTIQ? Más en la provincia de Guanacaste. Entonces también aquí hay un gesto político al decir: esta es nuestra realidad, esta es nuestra validez”, comenta Campos.
Según Campos, quien es escritor y profesor de literatura de la Universidad de Costa Rica, la producción literaria y los estudios literarios del país suelen centrarse en el Valle Central, y hay un desconocimiento de lo que se produce en las provincias periféricas.
“Esta antología viene a decirnos así, voluminosamente, hay producción lírica poética en Guanacaste, hay una pluralidad que no ha sido visibilizada, que no ha sido indagada, que no ha sido dada a conocer. Y ahora sí ya no hay forma de invisibilizarla, de negarla, hay que conocerla, hay que leerla y difundirla”, opina.
…Yo partí de casa evitando
tener que ofrecerte, padre, el perdón
por no ser el varón que tú esperabas,
bastón en tu trabajo, en tu vejez,
por decidir amar a otro hombre…
Raíces
Guanacaste es una provincia de raíces profundas, y las personas mayores de 66 años que escriben este segmento hablan con la autoridad que les da el arraigo a esta tierra. Pero no se limitan a describir sus paisajes o costumbres hablando de haciendas y tortillas.
La cañera de 72 años Ana Rita Apuy prefiere hablar sobre paisajes mucho más internos. No tanto sobre lo que sucede en el campo, sino lo que sienten quienes viven en el campo.
“Siento a veces que el guanacasteco maneja un sufrimiento interno que viene de generación en generación, porque es una lucha constante, de la tierra, del ganado, de tanta ingratitud que hay, pienso yo, hacia la región”, cuenta.
Ajoy recuerda que escribe desde que era pequeña. Buscaba una hoja, empezaba a escribir y “algo salía”.
Yo creo que no es tanto que me gusta, es una necesidad. A veces me despierto a las dos de la mañana con una idea y me pongo a escribir. A veces pasan meses que no me sale nada, es como un desierto, es algo emocional”, confiesa.
Ana Rita agrega que uno de los más grandes aportes del libro es sacar a la luz a personas que, como a ella, les gusta escribir y que han vivido en el anonimato.
Herencia
Las páginas finales del libro son un homenaje y un reconocimiento a quienes han llenado de letras y poesía la provincia desde hace décadas, como Ofelia Gamboa, Guadalupe Urbina y Miguel Fajardo.
La gestora cultural liberiana Ligia Zúñiga Clachar figura como una de estas poetas homenajeadas. Empezó a escribir en los años 70 cuando asistía a las reuniones del Centro Literario de Guanacaste fundado por Marco Tulio Gardela.
Desde ese momento inició una relación con la poesía que no se detiene: ha publicado tres libros de poesía: Cielo aparte (1990), La última Cifra del Sol (2005) y La llama del sol (2022).
“Yo toco la parte social del mundo por ejemplo: las discriminaciones, las guerras, la parte metafísica del ser humano. Eso me mueve muchísimo para que este planeta se enderece y se acabe la injusticia y el dolor tan grande de tanta gente”, relata Zúñiga.
…Tu tierra se tornó esponja
de dineros extranjeros,
extractores de tu savia.
Ricas maderas volaron
sin dejar nidos, ni crios;
enriqueciendo los predios
de otros lares…
Epicentro de poesía
La poeta liberiana Ligia Zúñiga continúa siendo miembra activa del Centro literario de Guanacaste, que lleva recopilando y difundiendo literatura de la provincia desde hace 51 años. Para este año, están organizando la tercera edición del Festival Centroamericano de Poesía Guanacaste Eterno con el apoyo de la sede de Guanacaste de la Universidad de Costa Rica.
El festival ha recibido poetas de Centroamérica, Perú y México, y se han organizado recitales de poesía en colegios de distintos cantones.
“Hay profesores muy conscientes en los diferentes colegios que tienen esa visión y están colaborando para estas actividades de nosotros. El año pasado logramos que escucharan poesía centroamericana 1.630 jóvenes de nuestra provincia”, comenta Zúñiga con orgullo.
Esta tercera edición del festival se realizará en conmemoración de los 135 años de la provincia de Guanacaste completa y será un homenaje al profesor Marco Tulio Gardela, fallecido en marzo de este año.
Si querés un ejemplar de Territorios Eternos podés llamar al teléfono 8338-4237 o escribir al correo [email protected].
¿Con ganas de más poesía?
En celebración del Bicentenario de la Anexión del Partido de Nicoya al país, la Editorial UNED publicó otra recopilación de poesía en manos del escritor Miguel Fajardo Corea llamada Guanacaste: poesía entre siglos (1824-2024) y contiene 77 poetas de sus 11 cantones. Lo podés conseguir acá.
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