“Sitio colonial”. Eso anuncia un rótulo a la orilla de la calle cuando venís de Sámara. En efecto, estás en la ciudad colonial de Costa Rica. Aunque si la comparás con otras que tienen el mismo distintivo en Centroamérica, Nicoya posiblemente pase bastante desapercibida: eso es porque no la hemos explorado como se debe. Por eso, te traemos una guía de 72 horas en Nicoya.
Conserva la iglesia más antigua de Costa Rica, que data de 1544 y que rinde honor a San Blas, uno de los patronos de Nicoya. Y en las calles a su alrededor, aún encontrás arquitectura antiquísima como el Cabildo de Nicoya y unas casas de madera concentradas en el barrio La Cananga, en el corazón de la ciudad.
Junto con esos retazos de infraestructura, también sobrevive una geografía única: un cerro que guarda a una serpiente dormida, cavernas donde seguro nuestros antepasados convivieron y montañas desde donde podés ver desde los volcanes del norte de la provincia hasta la costa a kilómetros de distancia.
Su gente y sus memorias han logrado también conservar las tradiciones, la gastronomía y una riquísima cultura.
Por eso, en el equipo de La Voz quisimos recopilar dos opciones de guías para turistear sin playa durante 72 horas en Nicoya. La primera guía propone ideas a las personas más aventureras y la segunda a las más tranquilas. Armarlas a tu gusto con estas recomendaciones también es una opción.
GUÍA I. AVENTURA
Viernes
Amanecer en Cerro Caballito:
Para tu recorrido de 72 horas en Nicoya, vamos a iniciar por el que probablemente es el sitio más popular del momento. El tour del carro Caballito lo dirige don Víctor Obando, un nicoyano de cepa que comparte las bondades de la tierra de su familia desde hace 12 años. Desde el cerro podés ver prácticamente todo Guanacaste, desde los volcanes Orosi y Rincón de la Vieja, al norte de la provincia, hasta el Golfo de Nicoya y la Península. Para deleitarte con un amanecer, podés empezar a escalar desde las 3 a. m. Te sugerimos coordinar con don Víctor para que su familia te prepare un desayuno guanacasteco al descender. También podés optar por subir a ver el atardecer e incluso acampar en el cerro.
A la coyolera en bici:
Después de descansar un rato de la escalada, podés tomar tu bici, tu carro o correr unos 10 kilómetros desde el centro de la ciudad hasta la Coyolera Tony, un sitio en el que te servirán el auténtico coyol extraído de árboles que verás en la parte posterior de la propiedad. La coyolera es un tipo de soda rústica y muy concurrida a la orilla de la ruta 21 que conecta con Santa Cruz. Es prácticamente obligatorio hacer una parada allí para beber este elixir guanacasteco. Te recomendamos probar también la gallina achiotada.
Chifrijo en El Retoño:
El día puede acabar con una visita a El Retoño, un bar a menos de un kilómetro del centro donde encontrarás una variedad de opciones para cenar. La estrella de este bar es el chifrijo, aunque otras buenas recomendaciones son los patacones y la carne mexicana. Su ambiente es el de un típico bar de pueblo: ameno, amigable y con cervezas bien frías.
Sábado
Pueblo museo y cavernas:
Desayuná a tu gusto y enrumbate a visitar el pueblo de Quebrada Honda y, muy cerca de él, el Parque Nacional Barra Honda.
A Quebrada Honda lo hemos descrito antes como “pueblo museo”. De hecho, aquí se asentó el primer centro habitacional de Nicoya, formado por el maestro Recaredo Briceño, quien da nombre al parque de Nicoya. Es una comunidad pequeña con casas de madera y pisos mosaicos.
Date una vuelta y contemplá las casas bien cuidadas de sus habitantes, buena parte de ellos y ellas son personas longevas. Con suerte, podrás entablar conversaciones con alguna familia y conocer más de la historia de la comunidad de boca de sus habitantes.
Después, seguí hacia Barra Honda. Este parque nacional te hará olvidar por un momento de las temperaturas elevadas de Nicoya, pues su riqueza natural baja la sensación térmica. Aquí podrás caminar por sus senderos, bajar a las cavernas e incluso visitar el Mirador Nacaome. Cerca de aquí encontraron los restos más antiguos de megafauna de Costa Rica. Conocé más sobre la megafauna aquí.
Turismo gastronómico vivencial en El Sitio de don Pedro:
Para acabar el día, podés manejar desde Quebrada Honda hasta el Restaurante Guanacasteco y Coyolera El Sitio de Don Pedro, donde podrás vivir una experiencia gastronómica. Tienen sopas, gallinas arregladas, rosquillas, tanelas y tortillas tradicionales. Lo mejor es que podés ver de cerca estos procesos en sus hornos de barro.
Si te quedaste con más ganas de coyol, aquí es una gran opción para pedirte otro vaso (o litro).
Domingo
Ascenso al cerro La Cruz:
Levantate bien temprano y escalá hasta la cima del cerro La Cruz. Si caminás desde el centro del cantón puede tomarte de unos 10 a 20 minutos llegar a las faldas.
Esta formación guarda una de las leyendas más emblemáticas de Nicoya: debajo del cerro duerme una serpiete. Por eso, cada mayo, la iglesia católica lidera una peregrinación hasta el tope del cerro para interceder junto con todo el pueblo para que no se despierte la serpiente que podría causar un terremoto.
A diario, varias personas suben al amanecer y al atardecer para ejercitarse y contemplar desde la punta al pueblo. Desde arriba escucharás los sonidos de la ciudad como si tuvieran un altavoz.
Tiene una dificultad media, para que lo considerés. Desde las faldas del cerro hasta la cima, dependiendo de tu condición, puede tomarte entre 20 y 40 minutos. Si subís en la tarde, es probable que podás ver el mar iluminado por el sol del atardecer.
Llevá con vos agua y un snack, por si acaso. Un plan perfecto es subir con un termo de café y algo para comer: pejibayes o rosquillas.
Desayuno completo en Café La Fonda
Al bajar, andá al costado sur de la iglesia nueva del cantón -100 metros al norte de la plazoleta colonial- y visitá Café La Fonda, un restaurante de comida tradicional guanacasteca hecha a la leña. Aquí podrás comer desde gallo pinto hasta cuajada, tayuyas (tortilla palmeada con frijoles y queso) y chorreadas. También preparan almuerzos tradicionales como gallina, arroz de maíz, pozol y olla de carne.
Chapuzón en las cataratas de Belén:
Por la tarde, manejá en dirección a Sámara para visitar las cataratas de Belén y así bajarle la temperatura a los días de época seca. Aquí podrás refrescarte en unas caídas de agua y unas pozas. La entrada es gratuita y te recomendamos llevar tus propios snacks y otra comida para compartir a la orilla del río.
Una pizza inigualable en La Fulana Cosa
Para cerrar con broche de oro después de 72 horas en Nicoya, visitá La Fulana Cosa, un restaurante italiano a un par de kilómetros del centro de Nicoya donde es obligatorio probar la pizza. Tienen más de 20 opciones con una infinidad de ingredientes frescos y con algunos nombres que te darán curiosidad, como Dolor de huevos, Fuerza en puta y Tuanis mae. Su sangría y otros cocteles son refrescantes y exquisitos. Si tenés suerte, quizás tendrán música en vivo.
GUÍA II: TRANQUI
Viernes:
Compra de productos locales en la feria y el Mercado Las Guayabitas:
La feria del agricultor de Nicoya se realiza durante jueves y viernes en el parqueo del mercado. Es una feria chiquitita, pero aquí podrás comprarle directamente a los productores alimentos locales como maíz pujagua, pipianes, chilotes y frutas locales como las guindas. En esta lista de reproducción encontrarás recetas elaboradas con productos como estos que te mencionamos. Velos, hacé una lista de los productos que necesitás y buscalos en la feria del agricultor.
Si querés hacer más compras de ingredientes y preparaciones locales, caminá al Mercado Las Guayabitas, también conocido como el Mercadito Nicoa. Se ubica frente a los Tribunales de Justicia del cantón. Ahí podrás comprar atol de maíz pujagua, rosquillas, tanelas, tamal yol y otro sinfín de productos.
Un recorrido por el centro histórico:
Luego de hacer compras, podés darte una vuelta por el centro de Nicoya. Visitá la Cofradía en honor a la Virgen de Guadalupe, una organización que mantiene vivas las tradiciones indígenas y católicas que se combinaron en la época colonial.
Es usual que permanezca cerrada, pero de vez en cuando abren para preparar y vender gallos de carne, gallina y bebidas ancestrales como chicheme y tiste. Si querés conocer más de esta organización visitá el pueblo en las celebraciones a la virgen, entre noviembre y diciembre.
Luego caminá hacia el parque. Disfrutá de la sombra que dan los abundantes árboles, que albergan ardillas e iguanas. Verás tres bustos: uno de Recaredo Briceño, quien nombra al parque; Rubén Darío, el poeta nicaragüense, y Rogelio Fernández, otro hijo predilecto del cantón que donó los terrenos donde se ubica el Hospital de La Anexión.
No te olvidés de entrar a la iglesia colonial, la más antigua de Costa Rica y también llamada museo, pues guarda historias y tesoros que cuentan la evolución de la comunidad. Conocé más del museo San Blas aquí.
Para finalizar tu recorrido por el centro, caminá por el barrio La Cananga para apreciar casas coloniales de madera. Te recomendamos hacer una parada en los helados caseros de doña Nidia, en una casa ubicada 100 metros al oeste de la oficina de Coopeguanacaste. Doña Nidia solo acepta dinero en efectivo.
Gastronomía de calidad en CanelAzul
Terminá el día con una visita a CanelAzul, donde la chef Daysi Barrantes y sus compañeros y compañeras te ofrecerán múltiples opciones gastronómicas de alta calidad, desde sánguches, hasta pastas, hamburguesas y un buen café y repostería. Daysi se ha encargado de buscar los mejores y más frescos ingredientes con productores locales para crear los platillos.
Sábado
La ruta turística en Matambú:
A unos cinco kilómetros del centro de Nicoya se ubica Matambú, el único territorio indígena de Guanacaste. Ahí, el líder comunal Ezequiel Aguirre tiene una propiedad de 20 kilómetros de bosque tropical seco donde ofrece senderos, cataratas y pozas.
También, con Ezequiel y su familia podés aprender a realizar piezas de cerámica.
Un viaje en el tiempo en Mansión:
En la década de los 40s y 50s Mansión era el centro comercial y social de la Península de Nicoya. Su ubicación era ideal para ambas dinámicas: en medio de Nicoya y Hojancha y con Puerto Jesús cerca, uno de los principales puertos de entrada y salida de mercancías de todo Guanacaste. El pueblo fue fundado por un revolucionario cubano llamado Antonio Maceo.
Leé su historia en esta nota y, al pasar por el pueblo cuando regresás de Matambú, identificá los cinco sitios de las fotografías.
Café, repostería y más en Nativo o La Caste
Al regresar a Nicoya te recomendamos visitar Nativo, ubicado en plaza Amara, el centro comercial en la entrada de Nicoya o La Caste, una panadería a solo 200 metros de la iglesia colonial.
Ambos locales son de la misma familia y la calidad de su panadería y repostería es envidiable.
En Nativo probablemente te topés a Jean Paul Jiménez, un joven barista que se ha abierto camino en el café de especialidad. Ahí podés adquirir el café Nativo que él y su familia están produciendo.
Una recomendación si optás por La Caste es su pan relleno de frijoles con queso y picante. Una delicia para tomar café. En Nativo te recomendamos desde sus tacos hasta sus sánguches. Pero por favor no te vayás sin probar su café.
Domingo:
Pedaleo en Pozo de Agua:
Para ir cerrando tu visita por Nicoya, manejá unos 30 minutos hacia la comunidad de Pozo de Agua, a orillas del río Tempisque. Ahí te encontrarás El Tieso, un centro de turismo ecológico que la comunidad erigió y donde podrás hacer deportes acuáticos, avistar aves, cerros como Corral de Piedra y Caballito y degustar comida guanacasteca como pozol, refresco de maíz pujagua y guiso de pipián con tortilla guanacasteca. Las familias de la comunidad operan el proyecto, así que con tu visita ayudarás a impulsar su economía.
El mejor atardecer en Sabor de la Montaña:
Manejá al otro extremo de Nicoya, camino a Sámara, durante 20 kilómetros. Llegarás a la comunidad de Cuesta Grande. Ahí, desviate a la derecha por la calle que conecta con el distrito de Nosara. Al ascender por las montañas altas de esa comunidad, llamada Zaragoza, te toparás con El Sabor de la Montaña, un restaurante con una vista única de la costa nicoyana.
Desde ahí podrás ver el sol cayendo sobre el mar y un atardecer multicolor. ¡Abrigate bien! Aquí sí te toparás con temperaturas más frescas y viento.
OTROS LUGARES PARA COMER
Una cafetería nueva del cantón que te ofrece café, resposterías y, por supuesto, pizzas. Sus ingredientes son frescos, el lugar es muy ameno y cómodo. Incluso, si en algún momento necesitás tener buena conexión para trabajar, este es un excelente lugar.
Favorite es una pizza local que le da lucha a las cadenas de comida rápida. Sus dueños son locales y, desde hace algunos años, abrieron también un local en Santa Cruz. Pronto inaugurarán un nuevo establecimiento en Nicoya.
Si lo tuyo es la comida asiática, Cuatro Estaciones no te defraudará. Sus platillos son abundantes y es un lugar concurrido por visitantes y locales. Tiene la particularidad de ser uno de los pocos restaurantes del cantón que cuenta con parqueo y aire acondicionado.
Probablemente el bar-restaurante más estéticamente agradable del cantón. Su comida, cocteles y ambiente es apto para grupos de amigos y amigas, principalmente un viernes o sábado por la noche. También una buena opción para ver partidos.
Ubicada en barrio La Cananga. Esta marisquería te ofrece una gran variedad de opciones para tu almuerzo o cena. El ceviche frito, el chifrijo y el pescado entero son de sus platillos más icónicos.
Bernina te ofrece almuerzos y cenas con una gastronomía gourmet. También elaboran panes y tienen una galería de arte. Si querés asistir, es recomendable que reservés.
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