El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) obtuvo el visto bueno de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) para la construcción del acueducto Epifanía, que solucionaría el problema recurrente del arsénico en el agua de Bagaces centro.
Con este requisito completo, (ver documento adjunto) RES-1479-2018 Viab Amb Proyecto Bagaces AyA ahora trabaja en la expropiación de los terrenos en donde estaría el acueducto, informó uno de los voceros de la institución, David Quirós.
El AyA obtendría en total cuatro terrenos para este proyecto. Dos de ellos ya están a nombre de la institución y otros dos están en proceso de expropiación.
La obra consiste en la captación del líquido de la naciente la Epifanía y utilizará 77 litros por segundo. El agua captada se almacenará en un tanque, y luego se conectará al sistema de distribución de Bagaces.
El acueducto tiene un costo aproximado de más de $7 millones y beneficiaría a más de 10.000 habitantes del cantón, según el AyA.
Una vez finalizada la etapa de expropiación de los terrenos donde estará el acueducto Epifanía, AyA iniciará la licitación de la construcción de las obras que se estima inicien en el primer trimestre del 2019.
Niveles de arsénico al límite
El acueducto Epifanía es la respuesta definitiva del AyA para solucionar el problema del agua con arsénico que consumen los vecinos del centro de Bagaces, expresó la jerarca de la institución, Yamileth Astorga.
La solución es eliminar las fuentes que tienen arsénico. Las plantas {removedoras de arsénico} están removiendo, el problema es cuando alcanzan niveles que se quedan en 9 y 8 ug/L {microgramos de arsénico por litro de agua}”, dijo Astorga ante la consulta que hizo La Voz Guanacaste sobre los altos índices de arsénico que se registran, según análisis del Laboratorio Nacional de Aguas del AyA de los cuales este medio tiene copia.
En el primer semestre del 2017 el promedio de los niveles reportados de arsénico fue de 9,3 ug/L y 9,1 ug/L en los primeros cuatro meses de este 2018.
Son promedios que siguen muy cerca del máximo permitido (10 ug/L) por la Organización Mundial de la Salud (OMS):
Esta situación no inquieta por completo a Astorga, pues considera que en el país la concentración de arsénico en el agua es una de las más bajas permisibles en comparación a otros países.
Hay países con concentración de arsénico hasta 30 (ug/L) otros hasta 50 (ug/L), entonces nosotros tenemos una de las concentraciones más bajas permisibles, que es de 10”, afirmó la jerarca.
Otra razón que le da seguridad a Astorga es el monitoreo constante que tiene el AyA en las fuentes de agua de Bagaces.
Yo me siento tranquila porque hay un control, cuando vemos que ya la concentración va a llegar a 10, se lava el filtro o sustituimos el filtro {de la planta removedora de arsénico}, y por supuesto lo que yo estoy abogando es el acueducto Bagaces {Epifanía}. Por arsénico no hay {declaratoria de} emergencia”, contestó Astorga.
No obstante, en estos registros del AyA existe un margen de error de dos microgramos hacia arriba o hacia abajo, afirmó la coordinadora del Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe de la Universidad Nacional (HIDROCEC- UNA), Andrea Suárez, en febrero del 2017.
Es decir, si los niveles se mantienen en nueve, el riesgo de sobrepasar los límites de la OMS sigue latente.
Para el doctor en salud pública de la Universidad Estatal de Oregón, Andrés Cárdenas, el arsénico en cualquier cantidad es nocivo para la salud, aunque es difícil comprobar una causalidad entre el consumo de este químico y las enfermedades.
Científicamente, es difícil comprobar si los niveles bajos de arsénico podrían o no causar cáncer. Lo que sí sabemos es que el arsénico es nocivo para la salud y afecta muchos sistemas del cuerpo”, comentó, el científico costarricense, —en febrero del año pasado— quien realizó una investigación sobre los efectos del arsénico en la epigenética {cambios en en el funcionamiento del ADN} durante el embarazo en varios países.
Lo ideal es trabajar en buscar una solución al problema para llegar a cero niveles de arsénico en el agua potable”, agregó Cárdenas.
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