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English Blue vivía en Los Arenales en Nosara. Nadie quería tocarlo y se creía que tenía cáncer. Perdió su pelo, su piel estaba cubierta de sarna y era puro huesos. Pero hoy en día sus ojos celestes brillan y su piel ha mejorado. Megan es quien cuida a este perro, lo baña y le dá amor, de forma incondicional.
Personas como Megan Barnett juegan un papel importante en la protección y cuido de animales que deambulan por las calles, y en la conservación de especies silvestres o en peligro de extinción. En Costa Rica existen más de 500 centros de rescate animal y cada día se suman más. La Voz de Guanacaste visitó tres centros en la provincia de Guanacaste: Santuario Sibu (Nosara), Centro de Rescate Las Pumas (Cañas) y Nosara Animal Care.
Nosara Animal Care (NAC) es una organización sin fines de lucro que rescata y rehabilita perros y gatos callejeros. Los voluntarios de NAC deben de estar listos para recibir animales que pasaron por todo tipo de situaciones de violencia, abuso, negligencia o desnutrición. La casa no es un albergue, sino un centro en donde se preparan a los animales para darlos en adopción.
Por otro lado, en el Santuario Sibu se rehabilitan y liberan animales silvestres, principalmente monos aulladores de la zona de Nosara. Vicky y Steve Coan han hecho del santuario su vida y hogar. Trabajan todo el día y constantemente piensan en cómo ayudar a los animales y a mejorar el proyecto. Muchas veces Vicky (directora y fundadora) se levanta a medianoche para chequear que todo esté bien en el refugio y que los animales estén seguros.
En Centro de Rescate Las Pumas de Cañas trabajan 8 funcionarios. La suiza Lilly Bodmer de Hagnauer inició el proyecto en los 60’s recibiendo animales de entidades gubernamentales y comprando animales silvestres a los vecinos para salvarles la vida y darles un cuidado adecuado. En el 2003 se consolidó la fundación Hagnauer que rescata, la fauna silvestre de Costa Rica que se encuentra en situaciones de riesgo como los monos o felinos.
Durante una campaña de castración organizada por NAC en las afueras del Super Nosara, voluntarios de la comunidad limpian orejas y cortan uñas de los animales recién operados, para que las familias vean las diferencias de un animal bien cuidado.
Como parte de su rutina diaria, Megan Barnett, directora del NAC, camina con los animales en los alrededores del centro. Además de rescatar animales en míseras condiciones, ellos también imparten programas de educación sobre la adopción responsable y patrocinan campañas de castración.
Cuando la gente saquea nidos y vende pichones en el mercado negro, además de encerrarlos, le generan enfermedades físicas y psicológicas. De 10 pichones secuestrados, 1 sobrevive en cautiverio. La veterinaria Martha Cordero alimenta a un perico de 3 semanas de edad en el centro Las Pumas en Cañas.
Según Ester Pomareda, bióloga del Centro Las Pumas, en ocasiones los felinos que viven en el santuario se estresan y ella les coloca un cuadro perfumado que los relaja. Las feromonas del perfume Channel No 5 y la pintura de colores hace que estos gatos hagan una obra de arte que posteriormente será subastada en un evento para recaudar fondos.
A las 2 p.m. se prepara la comida de los felinos en el centro Las Pumas. Ganaderos de zonas aledañas suelen donarles las vacas que están enfermas o que van a ser sacrificadas, un aporte importante para el centro que reduce costos en su operación.
Un mono huérfano de El Pelón de la bajura de 3 semanas, es alimentado en el centro Las Pumas. Su mamá fue electrocutada y él tuvo suerte de sobrevivir, pues muchas veces también mueren pues se quedan adheridos a su mamá en el momento de la electrocución.
La finca Santuario Sibu mide 50 hectáreas y contiene una variedad de árboles nativos. En su mayoría tienen monos congo electrocutados por las líneas eléctricas y también por ataques de perros. Vicky Coan, fundadora de Sibu, acomoda la cama de un mono en proceso de rehabilitación, donde el contacto con el animal es mínimo para no humanizarlo.
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