El partido cantonal Auténtico Santacruceño pasará a la historia como la primera agrupación política en ganarle una alcaldía a los partidos tradicionales en el cantón guanacasteco.
Desde el 2002, la alcaldía de Santa Cruz se dividió entre el partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y el Partido Liberación Nacional (PLN). Este último desde el año 2006.
“Nosotros no teníamos dinero pero teníamos garra. Este es el trabajo de muchas personas profesionales, de gente que aprendió a querer a Santa Cruz. [este cantón] merece mucho más de lo que nos han dado”, dijo el candidato el partido Jorge Arturo Alfaro al medio GuanaNoticias con un 80% de las mesas escrutadas.
Con esto, “Gallo”, como le dicen a Alfaro, queda al frente del segundo cantón más poblado de Guanacaste, solo por debajo de Liberia y con un presupuesto municipal que para el 2019 rondaba los ¢9.916 millones.
Perfil bajo
El Auténtico Santacruceño llega a la alcaldía luego de una jornada con un perfil más bajo que el de su principales competidores: PUSC y PLN.
Mientras a las afueras de la escuela Josefina López, en el centro del cantón, imperaban las banderas rojiazules y verdiblancas, los voluntarios del Auténtico Santacruceño guiaban hasta las urnas a sus futuros electores.
Alfaro, por su parte, se dedicaba a saludar y terminar de rematar el esfuerzo de su equipo mostrando a quien lo saludaba la posición de su partido en la papeleta electoral.
Aquí estamos nosotros”, decía señalando la casilla con los colores de su partido, al ser las 10 a. m.
Minutos antes, el candidato de Liberación Nacional, Iván Ramírez, explicaba a La Voz de Guanacaste que el partido contaba con unos 210 vehículos para movilizar gente de las comunidades a las urnas. El PUSC dijo que contaba con unos 110 carros.
En las afueras del centro del cantón el triunfo del Auténtico Santacruceño parecía más cercano.
En el distrito de Veintisiete de Abril, el movimiento de personas con camisetas alusivas al Auténtico Santacruceño, con un gallo en la espalda, se hacían más vistosas. Y nuevamente, la estrategia de llevar a los interesados a votar hasta las urnas era más evidente.
“Si gusta lo acompaño”, le decía una voluntaria a un votante que apenas y se bajaba de su bicicleta a mitad de la jornada.
Si era una estrategia pensada, funcionó.
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