Regional, Nicoya, Sucesos

Barrios problemáticos del Cantón con nuevo equipo policial de vigilancia

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Firmes y junto a su móvil se alineó el grupo de cinco policías tras la orden del capitán Omar Chavarría de acomodarse para una fotografía, mientras él mismo me presentaba y les explicaba mi trabajo.

Cuatro hombres y una mujer conformaban el equipo que saldría por la tarde del viernes, 16 de agosto, como parte de los operativos que realiza una nueva división de la Fuerza Pública de Nicoya que fue formada en julio.

El grupo se enfoca en la prevención de delitos en los barrios más problemáticos del cantón, entre los que destacan Las Latas en San Martín, San Joaquín en Mansión, Hollywood en Nosara y Matapalo en Sámara. Siete policías en total conforman esta unidad, que se subdivide en dos equipos, uno de cuatro y otro de tres oficiales. Rotan cada seis días pues en su mayoría los efectivos son de afuera del cantón, esto por motivos de seguridad.   

Mi tarea era la de acompañar el equipo de la móvil 1533 a cargo del oficial Johan Fallas en su jornada de operativos que como punto de inicio tenía Barrio San Martín. La patrulla comenzó el recorrido por las calles del barrio Manuel Ajoy.

La primera parada fue relativamente rápida: un grupo de jóvenes ingiriendo licor en la acera. El trato mutuo fue llevadero entre los oficiales y los requisados, a veces hasta de confianza, los segundos siempre se mantuvieron colaboradores, a pesar del decomiso de un poco de alcohol y una tocola de marihuana. Más bien de primera entrada lo que molestó a los muchachos fue la presencia de un fotógrafo– la mía– algo que se hizo muy común durante aquella jornada.  

La segunda parada del recorrido fue media cuadra después de la primera. Se repite la escena de jóvenes sentados en la acera y el buen diálogo con los oficiales. Esta vez se decomisó marihuana, cocaína y crack.   

Este es el segundo grupo operacional de este tipo en la Dirección Regional Quinta, que corresponde a Guanacaste. El otro se encuentra en Liberia, cuenta con 20 a 25 efectivos y presta apoyo en el aspecto preventivo a los demás cantones guanacastecos.   

El oficial Fallas comentó que ya años atrás se intentó crear un grupo similar al actual, pero la falta de recursos y de personal terminaron por provocar su eliminación. Además afirmó que, en sus inicios, el grupo que él conforma también la tuvo muy difícil, porque no contaban con una móvil para transportarse por lo que debían hacer los operativos de prevención a pie.  

Llegamos a Las Latas, considerado por policías y civiles como el sector más peligroso de Nicoya. Allí dos hombres y una mujer fumando crack recibieron a la policía. Se realizaron las incautaciones pertinentes.  

Todo continua igual, el mismo trato amable entre los involucrados pero la sorpresa al ver una cámara fotográfica, la misma de uno de los oficiales al observar cómo esa noche había tantas móviles policiales en el operativo, llegando incluso a afirmar que “hoy sí parecemos un ejército”, asombrado al parecer por la aparentemente poco común cantidad de vehículos y personal en la jornada.   Había un par de pick-ups, otro par de perreras y una patrulla tipo sedan, seis unidades en total.

Cómo me contaría luego el oficial Fallas, la gran cantidad de recursos empleados en el operativo fue resultado de una orden de la subjefa de la delegación Adriana Córdoba, con la intención de crear lo que denomina impacto policial, que tiene el fin de que las personas perciban un ambiente de seguridad.   

La jornada del sábado acompañé a los oficiales por las casi doce horas que dura su jornada. El comienzo fue inesperadamente lejano, en el pueblo de Santa Ana, donde debieron acudir a prestar soporte a un caso de violencia doméstica, el tipo de delito más frecuente en el cantón, seguido de la venta y consumo de drogas.  

Además de cumplir con la labor preventiva, este grupo operacional también trabaja como refuerzo con otros agentes policiales o con otros entes públicos como el INCOPESCA y MINAE.   

Los oficiales mencionaron que ellos son conscientes de los lugares donde las personas se juntan a consumir drogas o licor en vía pública, además de tener identificadas a varias personas que son reincidentes en este tipo de delitos.   

Al llegar al barrio Calderón Fournier, también en San Martín, los vecinos veían con sorpresa el actuar de la policía que requisaba a un numeroso grupo de muchachos sentados en la vía pública.  Vladimir Ríos es vecino del lugar y afirmó que aquella ocasión era una excepción ya que rara vez la policía llegaba a ese vecindario en horas de la noche, motivo por el cual la gente observaba expectante el trabajar policial. Ríos acepta estar satisfecho con el trabajo de la Fuerza Pública de entonces, pero sentencia que de no haber constancia en los operativos, los asaltos y drogas seguirán a la orden del día.  

Los oficiales avanzan hacia la plazoleta de la iglesia colonial de Nicoya, donde se subdividen para abordar cuatro grupos diferentes de personas en el parque. El primero era de tres muchachos a quienes se les quitó un puro de marihuana aún sin encender. Los segundos eran más numerosos, por lo menos seis jóvenes entre hombres y mujeres a quienes requisaron pero no lograron encontrar nada.  

El tercero de los grupos fue el que dio más problemas, ya que el cuarto eran sólo tres muchachos sin nada comprometedor. Tras querer incautar dos pachas de alcohol, de las cuales una estaba cerrada (a la postre la regresarían). Los dos hombres y dos mujeres reclamaban a la policía algo caldeados de ánimos y pasados de tragos. La situación desembocó en el arranque de uno de los hombres que la emprendió contra los oficiales, quienes lo arrojaron al piso hasta inmovilizarlo para luego esposarlo y llevarlo a la delegación.

Según Fallas el detenido era un ex-policía, lo que propició el altercado y asegura que esas escenas son poco frecuentes.   En la delegación Fallas indicaba que en su trabajo siempre hay que estar anuente a cualquier amenaza, pero que la mayoría de los altercados con la gente suceden porque no quieren entender ni aceptar que hacen algo ilegal y es trabajo de la policía tomar medidas.  

Según los datos facilitados por Fallas, antes de que se formara el equipo operacional nuevo, el promedio mensual de informes policiales a nivel de la delegación rondaba entre los 60 y 110 mensuales. Ahora, con el nuevo equipo trabajando fuertemente, el ultimo corte mensual llegó a los 270.   

Para Fallas, esta situación es una muestra de la efectividad de los operativos ya que las obras preventivas han logrado mantener cierta frecuencia en los recorridos y operativos, alcanzando así una vigilancia mas constante. Pero durante mi recorrido con la patrulla, y a pesar de mostrarse agradecidos, la percepción en la población en general es que aun falta constancia.  

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