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Bienes raíces guanacastecas cosechan recuperación luego de la crisis del 2008

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Guanacaste experimentaba un boom inmobiliario y turístico en el 2007, año en que la desarrolladora costarricense DWL decidió invertir en su megaproyecto de uso mixto (oficinas, bodegas, universidades, etc.) Solarium, ubicado frente al aeropuerto Daniel Oduber.

 

Tan solo dos años después, la crisis económica frenó casi por completo el ambicioso plan de comercializar un terreno en el que se podrían construir 28 estadios como el Nacional.

 

Entre el 2007 y el 2009, una crisis financiera sacudió la economía mundial y redujo las inversiones en el sector inmobiliario guanacasteco, que llevaba años nutriéndose con dólares estadounidenses. Ante el repliegue de los fondos internacionales, el sector de bienes raíces entró en una depresión que detuvo proyectos y puso en suspenso la construcción en la zona.

 

Hoy, la obra de DWL aún tiene disponible más de la mitad de la propiedad para desarrollo de edificios, es decir, 511.000 metros cuadrados (m2), pero, la historia es otra: el proyecto se reactiva poco a poco.

 

Su directora de comunicaciones Gabriela Mata contó que ya reactivaron negociaciones con empresas interesadas en formar parte de sus espacios de zona franca para el próximo año. “Vemos oportunidades para el desarrollo de un clúster (conjunto) de industrias de manufactura liviana, aviación e industria alimenticia”, indicó la vocera.

 

La experiencia de DWL se ha generalizado en buena parte del mercado de compra y venta de terrenos y edificios (conocido como bienes raíces) en Guanacaste. Los analistas consultados por La Voz de Guanacaste creen que las nuevas carreteras y la posibilidad de una estación de carga en el aeropuerto ayudarán a reactivar cada vez más a la región.

 

La prueba definitiva la dan los números registrados por diferentes empresas de bienes raíces: aumentos en ventas de más del 15% en el último año, reactivación de proyectos y nuevas etapas en los desarrollos hoteleros.

 

Los números hablan

 

 

El último estudio semestral de la firma inmobiliaria Newmark Grubb (especializada en análisis de bienes raíces) sobre Guanacaste evidenció aumentos de ventas que van del 15% al 40% entre los primeros seis meses de 2015 y el 2016 entre las distintas empresas de bienes raíces consultadas. Pedro Sánchez, analista de mercado de la empresa, cataloga los primeros seis meses del 2016 como el mejor periodo de los últimos cinco años.

 

VIP Costa Rica Real Estate Services, compañía inmobiliaria con presencia en la provincia, registra recuperaciones en ventas de terrenos y condominios que van del 12% al 15% en lugares como Flamingo y Potrero, durante los últimos tres años.

 

El nuevo despertar del mercado ha permitido incluso que algunos proyectos estén “reviviendo”. Es el caso del proyecto de second homes (segundas casas) La Meridiana, localizado entre las comunidades de Huacas y Tamarindo con una inversión de $13 millones (¢7.267 millones a un tipo de cambio de ¢559), 23.000 metros cuadrados (m2) y 94 casas.

 

La obra avanzó hasta un 60% de la primera etapa, pero se paralizó en el 2009 cuando la recesión mundial absorbió los recursos destinados a la segunda etapa y quedó en manos del banco Citibank. De acuerdo con VIP, el proyecto fue recomprado por un grupo inversionista de origen israelí que ya ha vendido al menos un 25% de las unidades proyectadas en un inicio y trabaja en la venta de otra cuarta parte.

 

Hoteleros despiertan

 

Otro de los nichos con mayor movimiento en la zona de Guanacaste es el hotelero. Según la firma Newmark, la cadena RIU ya empezó a construir su tercer hotel en el cantón de Carrillo y, en lugares como Papagayo, siguen llegando nuevos desarrollos.

 

Por ejemplo, la cadena Rosewood Hotels & Resorts anunció a inicios de este año que extenderá su franquicia con un hotel de lujo en Bahía Culebra de Papagayo, con una inversión de un fondo del grupo bursátil Aldesa de $100 millones (¢55.500 millones) para 130 habitaciones.

 

Reserva Conchal y Hacienda Pinilla en Santa Cruz, Eco Desarrollo Papagayo y Secrets Papagayo en Liberia, Azul Paraíso y Las Catalinas en Santa Cruz y Dreams Las Mareas en La Cruz, entre otros, también forman parte de esa lista, pues siguen desarrollando nuevas etapas.

 

La inversión estatal da réditos

 

La reciente construcción del tramo Cañas-Liberia y la eventual ampliación de la terminal de carga del aeropuerto Daniel Oduber expanden las posibilidades de las bienes raíces.

 

Coriport, la empresa concesionaria de la terminal aérea, anunció en marzo de este año la construcción de una segunda estación de carga que permitiría potenciar la exportación e importación de productos por esta vía y así atraer a nuevas empresas e industrias. Se espera que la inauguración se realice antes de finalizar el año.

 

Para Randall Fernández, gerente general de la firma de análisis en bienes raíces Colliers International , esta infraestructura le abre nuevas oportunidades a Guanacaste, principalmente a Liberia, en el mercado industrial y la atracción de multinacionales del sector de manufactura a su zona franca. Sin embargo, todavía hay que dar ciertas batallas como región para lograrlo.

 

Los expertos coinciden en que el avance del mercado guanacasteco sería aún más palpable si los gobiernos locales trabajaran más rápidamente en dotar de infraestructura y servicios a todas las zonas. Arreglar y terminar caminos también es parte de la ecuación.

 

Las últimas investigaciones de La Voz de Guanacaste también han demostrado que las empresas buscan empleados con un perfil bilingüe y graduado de al menos quinto año, algo que todavía parece ser un reto en la región.

 

Además, el punto álgido de siempre, la disponibilidad de agua, se hace aun más evidente cuando se habla de megaproyectos: mientras las comunidades luchan por cuidar el recurso del que ya se dispone, el mercado busca fuentes y salidas alternativas.

 

Aún con retos pendientes, el sentir general del sector de bienes raíces es positivo. Parece que la tormenta de la crisis económica está permitiendo que este sector específico del mercado en Guanacaste vuelva a florecer.

 
 

 

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