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Carmona: donde el PAC ganó, pero no se sintió

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Kenneth Paniagua votó por primera vez el 4 de febrero a las 6 a. m., en Carmona de Nandayure. “No me leí todos los planes de gobierno pero vi los debates y me informé en redes sociales”, me dice al teléfono el muchacho de 18 años. 

Sin ningún recelo me cuenta que votó por el Partido Acción Ciudadana. “Empezando por la parte de los derechos humanos. Eso no era lo único, pero sí era importante. También la economía y propuestas en infraestructura”, sentencia el joven que estudió en el colegio científico de Liberia y que ahora saca una carrera en el TEC, en Cartago.

Es bastante certero decir que esta no es la escena más común en Guanacaste. De hecho, el distrito en el que vive Kenneth es el único en el que ganó el PAC con un 23,26% de los votos contra un 17,03% alcanzado por Restauración Nacional. Es también uno de los pocos en los que la participación electoral fue de más del 68% de los votantes.

Sin embargo, él es parte de esos diversos rostros que, en una masa difusa y sin mucho escándalo, se acercaron a las urnas el domingo 4 de febrero para votar y, en el caso de Kenneth y otros más de 200 votantes más de Carmona, a hacerlo por el PAC.

Su padre, Breitner Paniagua, dice que su hijo tomó la decisión más rápido que él. “Cuando íbamos en el carro para Cartago, él y dos amigos más contaron que votaron por el mismo partido. Parece que ese discurso que utilizó el PAC sí le llegó a las generaciones más jóvenes”.

Un triunfo sutil

Cuando revisamos las cifras del último corte del Tribunal Supremo de Elecciones al 5 de febrero, confirmamos lo que ya sabíamos: conforme se alejaban del centro del país, aumentaba la tendencia a apoyar a Fabricio Alvarado o a dejar de asistir a las urnas. Guanacaste no fue la excepción. Más bien, muchos cantones tradicionalmente verdiblancos (del Partido Liberación Nacional) se volcaron por completo a apoyar al Alvarado evangélico. Entre ellos, Nandayure.

Por eso Carmona nos resultaba interesante. ¿Qué hizo que este distrito se acercara más a las urnas y, coincidentemente, votara ligeramente más por el Alvarado progre?
“Diay muchacha, que no hay tantas iglesias evangélicas”, me reprende un excandidato a síndico por el PAC. Y es cierto: en Carmona solo hay dos iglesias evangélicas. Una de ellas es Oasis de Esperanza.

Según todos los entrevistados, este sigue siendo un pueblo muy católico, aunque va mermando la participación. “Aunque sea la razón incorrecta, puede ser algo que lo haya influenciado”, analiza también Kenneth Paniagua.

Hipotermia electoral

Si usted camina por Carmona no va a encontrar banderines del PAC en cada casa. Ni siquiera en los carros o en los árboles. El mismo partido ha reconocido que sus votantes son silenciosos.

En general, esta fue una elección menos movida que en años anteriores. “Más fría”, repiten una y otra vez los ciudadanos de un distrito bastante más participativo que el resto de Guanacaste. Policías, cruzrojistas, gente sentada en el parque buscando la sombra de un árbol… entre ellos la apatía y la desilusión también está presente: “para qué si es más de lo mismo”, dice uno de ellos.

“Imagínese que ningún partido me llevó a votar, me tuvo que llevar mi hija”, alega Juan Vega, recordando que antes el movimiento de los partidos para llevar a la gente a las urnas era mucho más robusto.

Una vez más, muchos de los votantes del PAC no están en la calle llevando a la gente a votar ni mostrando su decisión orgullosamente.

Entonces, ¿dónde están? En un segundo piso sobre la casa de campaña del PAC está don Genaro, un hombre de 76 años que adornó su balcón con una bandera rojiamarilla. “Dejé de votar durante años hasta que llegó este carajo, Ottón Solís”, cuenta.

Aquí en su casa también nos reunimos con la jefa electoral para el cantón, Etilma Cambronero.  “Hubo mucha juventud muy activa. Un grupo de jóvenes fueron los que fundaron al PAC en la campaña anterior aquí en Nandayure y yo me involucré a partir de ellos”, explica.

“Hicimos un trabajo de volanteo, de convencimiento con explicaciones sobre el plan de Gobierno”, continúa.

Para su compañero de campaña, Julio César Madrigal, la cúpula del partido también dio buenas señales. “Aquí vino don Carlos cuatro veces”, dice entusiasmado, aunque no confiado porque tanto él como Etilma coinciden en que la tarea en otros distritos, fuera de Carmona, es dura.

“Solo en San Pablo hay seis iglesias evangélicas”, dice Julio César, refiriéndose a un distrito en el que el 45% de quienes votaron lo hicieron por Fabricio Alvarado.

Allí, en esos distritos de difícil acceso, está la tarea más dura para Etilma, Julio César y el resto de su equipo en esta segunda ronda. “En la primera ronda nos faltó tiempo. Ahora sí estamos bien organizados”, dice Etilma después de asegurar que Carlos Alvarado será el presidente de este país

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