“Nunca hemos tenido turismo, pero antes la gente por lo menos pasaba, ahora ya ni pasan a La Cruz”. Así de frío, preocupado y hasta impotente es como el empresario Neftali Mairena describe la situación de su cantón.
Mairena, quien tiene el restaurante Pizza café de La Cruz, en el centro del cantón, ha notado cómo se redujo la cantidad de clientes desde la remodelación de vía de Junquillal.
En el 2015 la Municipalidad de La Cruz ejecutó un proyecto que alegró a muchos, pero a la vuelta trajo un problema grande para el casco urbano. En ese año, la municipalidad con apoyo del Hotel Dreams Las Mareas, intervino 11 kilómetros del camino vecinal de Junquillal.
Ahí se hizo relastreo y tratamiento superficial, que tuvo un costo de ¢324.000.000. Aunado a eso se hizo el mismo proceso a la calle del Jobo, en aproximadamente 4,2 kilómetros en donde se gastaron ¢209.169.705, según los datos obtenidos de la Unidad Técnica de Gestión Vial del municipio cruceño.
A pesar de que las noticias beneficiaron a muchos, la ruta de Junquillal hace que quienes van al lado costero de La Cruz, se desvíen en la primer estación policial que está en la vía principal a aproximadamente 10 kilómetros del centro del pueblo, es decir, quiénes toman esa carretera ya no pasan por el casco urbano del cantón.
Antes del 2015 esos caminos estaban en muy mal estado, así que los turistas que iban a la costa debían pasar el centro de La Cruz y tomar la vía nacional 935, que es de lastre; sin embargo, ahora la mayoría de visitantes que van a las costa y al Hotel Dreams Las Mareas, toman el camino de Junquillal que está en mejor estado.
De acuerdo con la presidenta de la cámara de Turismo, Marina Peña, en la temporada alta de diciembre, los que salvaron a los al comercio fueron los migrantes cubanos.
“Aquí ya no se volvieron a ver las microbuses que pasaban con turistas. Antes por lo menos se bajaban al parque y aunque sea un helado se compraban, pero ya ni eso. Aquí los que nos salvaron fueron los cubanos, que más bien no sé qué vamos a hacer ahora que ya se han ido casi todos”, dijo la presidenta.
Ante las bajas del turismo la Alianza de Líderes de La Cruz conformó el año pasado un comité de infraestructura para darle seguimiento a la intervención de la ruta 935.
De acuerdo con Alicia Briceño, miembro del comité y además miembro de la Asociación Integral de La Cruz, han tenido reuniones con el Conavi para intervenir 9 kilómetros de la carretera, pero no ha habido respuesta.
“Nosotros el año pasado en noviembre íbamos a cerrar la calle y hacer una huelga, para ver si así hacíamos un poco de presión, pero en ese momento se vino el problema de los cubanos (cerrada de las fronteras por parte de Nicaragua) y no quisimos generar más afectación al cantón”, explicó Briceño.
La Voz de Guanacaste intentó conocer por medio del departamento de prensa del Conavi, cuál ha sido el mantenimiento que se le ha dado a ese camino de lastre; sin embargo, solo se obtuvo respuesta a un correo electrónico con muy pocos detalles.
“La última vez que el Conavi dio mantenimiento a la ruta fue el año (2015) pasado cuando se realizó una conformación y mantenimiento de la vía”, dice el correo electrónico de la Unidad de Comunicación.
Para Adrián Calleja, miembro de la Alianza de Líderes y parte del staff de la operadora turística Hacienda El Cenízaro, el problema con la ruta 935 no es una afectación al turismo, sino también a las comunidades de Puerto Soley, Bello Horizonte y Tempatal, que quedan lejos de los servicios públicos del centro.
Los miembros de la Alianza de líderes, ahora están a la espera del cambio de alcaldes, pues una de las propuestas es convertir dicha ruta en cantonal y que sea la Municipalidad con la ayuda de los empresarios de las zona, quienes la puedan reparar.
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