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Carros eléctricos se acercan despacio a las calles guanacastecas

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En enero, el presidente Luis Guillermo Solís firmó la ley de incentivos para el transporte eléctrico. Las agencias ya venden vehículos eléctricos y en diferentes puntos del país se instalaron estaciones de carga, incluyendo una electrolinera en Santa Cruz de Guanacaste. Pero, ¿vale la pena tener un carro eléctrico en esta provincia?

De entrada, siempre vale la pena hacer un cambio para contaminar menos, pero la respuesta práctica a esta pregunta será diferente según nuestras necesidades.

Por ejemplo, ¿es suficiente una sola electrolinera? La batería totalmente cargada de los carros eléctricos que actualmente se importan al país pueden recorrer 120 kilómetros, según el ingeniero Jairo Quirós, de la Universidad de Costa Rica (UCR). Aunque en los nuevos modelos, la autonomía de los vehículos va en aumento.

Si el vehículo eléctrico lo adquiere una persona que lo usará para trasladarse en menos que esta distancia, es una muy buena opción. En las casas no hay que hacer ninguna adaptación para poder cargarlo.

Para pasear o trasladarnos a la capital el panorama es menos favorecedor.

Si tomamos como referencia el caso de una persona que vive en Nicoya y se traslada a diario a trabajar a Liberia (160 km ida y vuelta), una sola carga le alcanzaría para trasladarse por la mañana hasta su trabajo, pero no para devolverse.

¿Podría recargar en Santa Cruz? Por ahora esa es una opción un poco complicada. La electrolinera es funcional, pero esta y todas las que hay en el país son de recarga lenta, en las que una carga completa tarda unas siete horas.

El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) tiene previsto instalar 23 estaciones de carga rápida —en las que se puede cargar un vehículo a la vez en unos 20 minutos— para finales de este 2018. En Guanacaste, las estaciones estarían en Sámara, Nicoya, Tamarindo, Limonal, Liberia y Tilarán.

Las opciones

En el mercado ya hay opciones de vehículos completamente eléctricos. Ya exentos de impuestos, el valor de un Hyundai Ioniq es de unos $33,965 (¢19.020.400), mientras que el Nissan Leaf cuesta aproximadamente $35,000 (¢19.810.000). Además, las agencias ofrecen opciones de financiamiento con los bancos públicos y privados, y asistencia técnica.

Hay más opciones de vehículos híbridos, pero la legislación solo contempla los que son completamente eléctricos.

Según la ley, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) deberá graduar a mecánicos de carros eléctricos, de manera que va a ser cada vez más posible tener opciones de asistencia técnica.

Los carros eléctricos requieren solo un 30% del total de costos de mantenimiento de un vehículo de combustión, según le dijo a La Voz de Guanacaste el ingeniero Quirós, quien coordina el Laboratorio de Potencia y Energía (Eper-Lab) de la UCR.

En esto coincide Daniela Varela, del departamento de mercadeo de Agencia Datsun: el mantenimiento se reduce a revisiones periódicas de las llantas y las baterías, pero los vehículos eléctricos no requieren mayores gastos.

Lo que podríamos ver como un gran problema es que, por el momento, el mercado solo tiene carros livianos, no aptos para muchas calles lastradas y empedradas de nuestra Guanacaste.

Quirós, que también es doctor en ingeniería eléctrica de la Universidad de Manchester, del Reino Unido, dice que actualmente los vehículos altos son “extremadamente caros”, porque rondan los $80,000 (¢44.800.000).

“Muchos son prototipos y, además, no se están trayendo al país”, agrega Quirós.

En cuanto a la batería, ahorita su costo es bastante elevado (unos ¢4.480.000). ¿Y cuál es la vida útil?

Las casas matrices están dándole unos ocho años, no obstante, que no se asuste el lector. Eso puede aumentar a 12 o 14 años. En ocho años no quiere decir que la batería esté dañada completamente. Eso es que andará en un 80% de capacidad. Si el carro nuevo me dio 120 kilómetros, en ocho años me da 98 kilómetros”, dice Quirós.

Además, según el ingeniero, el Eper-Lab le hizo una propuesta al Instituto Nacional de Seguros (INS) para que dentro del seguro del vehículo se incluya un ahorro para el pago de la batería, de manera que el usuario no sienta un impacto repentino en su bolsillo cuando tenga que cambiarla.

La lupa de un visionario

¿Cuánto aumenta la factura de electricidad de la casa? “Prácticamente cero”, dice el ingeniero.

Y explica que ese conductor que maneja de Nicoya a Liberia y recorre a diario 160 kilómetros, tendría que invertir unos 15.000 en gasolina mientras que en electricidad el costo sería de unos ¢2.400.

Si bien los vehículos eléctricos son más caros que los de combustión, los beneficios que proyecta la ley hacen que poco a poco se sienta una reducción en los gastos que supone su mantenimiento.

“Estamos haciendo escenarios y estudios pero se espera que para el 2025, quizás antes, el costo del vehículo eléctrico va a ser igual a uno de combustión interna. Taco a taco. Porque ya los costos operativos y de mantenimiento representan un ahorro en el tiempo. Se puede ahorrar un 70% en el combustible de cada año”, explica Quirós.

Beneficios para todos

Con la ley, los carros eléctricos tienen exoneraciones en el pago del impuesto de ventas, el selectivo de consumo y el de valor aduanero. Todas estas exoneraciones varían según el costo del vehículo. 

Por cinco años, además, no les aplica la restricción vehicular en el casco central de la capital y tendrán un pago diferenciado en el marchamo.

En los parqueos públicos, de supermercados y de centros comerciales, habrán espacios azules para estacionarlos y el Estado debe garantizar la colocación de una electrolinera cada 80 kilómetros en rutas nacionales y cada 120 kilómetros en cantonales, aunque la ley no establece cuándo se cumplirá eso.

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