Es febrero del 2020, miles de turistas disfrutan los atardeceres rojizos y la brisa de las playas guanacastecas. Pasan los días y las noticias internacionales de un contagioso virus toman fuerza. La Guanacaste como la conocemos está por cambiar.
Llegamos a marzo, el Ministerio de Salud reporta el primer caso del COVID-19 en el país. En un abrir y cerrar de ojos las fronteras se cerraron y las restricciones sanitarias empezaron. Hoteles, comercios y restaurantes del país y la provincia pasaron de estar llenos de turistas a estar vacíos.
Pero aun en medio de los entornos más complejos nacen respuestas a los problemas económicos y sociales.
En Guanacaste, la provincia con mayor desempleo del país por la pandemia, surgieron diversas iniciativas para resistir los embates de esta crisis sin precedentes. Vimos la necesidad de potenciar su voz.
A lo largo de casi ocho meses, ahondamos en algunas de ellas y les seguimos el rastro para conocer su impacto; publicamos nueve notas en ese periodo y en noviembre, lanzamos el proyecto final. Este último incluye un reportaje, un video y un foro que busca que las y los lectores expongan los problemas de su comunidad e interactúen con el resto de miembros para localizar soluciones.
En medio de una difícil coyuntura, quisimos enfocarnos en las soluciones y no en los problemas. Este modelo tiene nombre y apellido, se trata del periodismo de soluciones.
Es mejor periodismo, más rentable y es todavía más que eso”, explica la ganadora del Pulitzer Tina Rosenberg.
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