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Cementerio en Copal de Nicoya revela secretos de pobladores del primer milenio

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De las culturas precolombinas de la península de Nicoya queda mucho por conocer, la riqueza cultural e histórica aun guarda secretos no descubiertos, al menos así lo demuestra un estudio realizado por Wilson Valerio arqueólogo del Museo Nacional de Costa Rica en la comunidad de Copal de Nicoya.

Se trata de una excavación que realizó Valerio con la ayuda de vecinos de la zona durante tres meses en la finca la Pochota, en una loma de 30 metros de alto y en un área de 1.300 metros cuadrados.El estudio se realizó en el año 2012 en donde se logró determinar que una civilización que habitó en las cercanías del golfo de Nicoya alrededor del año 1000  D.C (después de Cristo) utilizaron dicha loma para realizar rituales y como área de cementerio.

 “Ellos hicieron una selección específica de este lugar para llevar a cabo una serie de rituales, en donde cremaban (incinerar)  los cuerpos y como parte del sacrificio realizaban el ritual de las cabezas trofeos”, explicó Valerio.

Al parecer realizaban el llamado culto cabeza de trofeo, que consiste en que sobre las tumbas de los héroes de guerra colocaban las cabezas de los líderes enemigos muertos en combate.  Esa era la ofrenda que sepultaban, en vez de joyas u objetos de cerámica.

Posiblemente eran cabezas que obtenían en batallas contra otros grupos, porque encontramos enterramientos que en vez de ofrenda cerámica o lítica, eran cráneos de otros individuos, los cuales colocaban alrededor de las figuras importantes dentro de la fosa”, dijo Valerio.

De acuerdo con el estudio, dicha civilización hacía sus tumbas comunes con un diámetro de 12 metros de manera circular, no utilizaban ninguna estructura de rocas, su cimiento era de tierra color oscuro y en los alrededores tierra color rojizo. Los cadáveres embalsamados los acomodaban uno sobre de otros y al centro del círculo depositaban restos óseos dispersos.

Con  base a estos hallazgos en la península de Nicoya, el Museo Nacional en San José, cuenta con una muestra de muchos objetos encontrados en las excavaciones, básicamente cerámicas, y también con una base de datos para informar al visitante sobre dicho estudio.

Para Valerio, estos hallazgos evidencian lo poco que se conoce de esta región desde el punto de vista arqueológico, como por ejemplo, todavía se desconoce a qué tipo de grupo étnico pertenecían, pero es un impulso para futuras investigaciones:

“Esta es un área poco conocida por la arqueología y con este estudio logramos rescatar el patrimonio arqueológico del sitio y la importante cultura material en peligro de ser destruida. Con la información y aporte científico de este estudio logramos contar con buenos elementos para futuras investigaciones, falta mucho por investigar en la zona, desde el punto de vista arqueológico”, dijo Valerio.

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