Para aquellos que buscan hacer un viaje corto desde Costa Rica y que no sea Nicaragua, el fotoreportero Leo Umaña nos muestra la hermosa ciudad de Panamá.
Incrustada en la hermosa región centroamericana encontramos la bella ciudad de Panamá, una zona de amplia variedad de paisajes con un enorme centro turístico y de negocios.
El centro, base neurálgica de todo el país, es un espacio dedicado sobre todo al comercio de grandes trasnacionales, servicios y turismo, teniendo con esto todas las ventajas de una gran ciudad.
El transporte es sencillo y barato y crecerá con la inauguración del metro, proyecto que comenzó en febrero del 2011 y que se espera inaugurar en el 2017. El servicio de buses, todos nuevos y bien acondicionados, recorre la ciudad por completo dejando a los viejos y famosos buses “diablos rojos” con sus luces de colores y grafitis vistosos, para ciertas zonas de la ciudad, pero sobre todo como “bares ambulantes” para quien quiera gozar de una fiesta recorriendo la ciudad al ritmo reggaetonero del momento.
Alquilar un carro para recorrer la ciudad no es muy recomendable ya que, a pesar de que las carreteras están en excelente estado y permiten el acceso a casi todos los puntos de la ciudad, los trabajos del metro crean caos vial.
Para aquellos que buscan disfrutar de un viaje astronómico, la enorme gama de lugares donde comer incluye restaurantes finos, con cortes de carne y mariscos de la más alta calidad, como también restaurantes más pequeños que ofrecen el tradicional sancocho y platos de comida típica Panameña, hasta las comidas de esquina donde se venden carnitas asadas, empanadas de yuca rellenas de carne, además de las tentadoras frituras a base de yuca o maíz y plátano cocido.
Como buena ciudad, Panamá incluye una alta actividad nocturna para las personas fiesteras y dispuestas a “rumbear”. Algunos conocidos lugares son el emblemático Hard Rock Café, las discotecas sobre el Cosway o los bares del maravilloso Casco Viejo.
Los hoteles, abundantes, pasan desde los más recatados y cómodos Backpackers cuyas habitaciones compartidas cuestan 10 dólares la noche en temporada baja, hasta la reconocida historia y voluptuosidad del Waldorf Astoria que ofrece promociones de $100 la noche también en temporada baja. El Astoria esta en el corazón de la ciudad y tiene un tipo de estructura “rascacielos” que es parte del panorama, construcción similar que han tomado las cada vez más numerosas torres de vivienda, donde se erigen los edificios de una ciudad que sueña con el movimiento y dinámica de las más grandes urbes del mundo.
Por otro lado los espacios públicos, recién retomados por la alcaldía, han tenido una mejora significativa en los últimos años, donde los parques se están transformando en lugares de reunión y de ejercicio. Un ejemplo es el parque cercano a vía Argentina, donde los recientes gimnasios urbanos permiten ejercitarse sin costo.. Igualmente la más reciente “cinta costera”, aunque criticada por su construcción ya que quitó varios metros al mar y cambió la vista tradicional del centro turístico, ofrece un ambiente propicio para el ejercicio y el paseo, con una enorme seguridad y tranquilidad, con vistas maravillosas hacia el mar.
Ahora bien cabe siempre recordar que como en los países centroamericanos, existe en esta ciudad una enorme contradicción característica de las zonas de alto crecimiento económico señalada por una creciente brecha social, donde las zonas de alto ingreso mantienen no solo una infraestructura de alta calidad si no que retienen la mayor parte del capital de la zona, mientras que las personas de menos recursos carecen en muchos casos de los elementos más básicos.
Un ejemplo claro es el Casco Viejo, centro histórico y primer asentamiento español, arrasado y vuelto a fundar en 1673. Iniciando en 1800, recibe el enorme aporte de los franceses que llegaron a la ciudad a trabajar en lo que fuera la primera etapa del famoso canal y que aporta enormemente al estilo arquitectónico del sitio
El Casco Viejo fue incluido en 1997 dentro de la lista de sitios de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO esta rodeado por arrecifes rocosos y cargado de construcciones Coloniales, pero sobre el cual también se siente, para bien o para mal, la intervención estatal que se ha dedicado a rescatar los edificios más emblemáticos y ofrecer otros a la intervención privada, dejando por fuera a sus pobladores más antiguos y menos pudientes.
Caminar por las calles de adoquines es sentir el aire de la costa y sumergirse en los tiempos en que los piratas como Morgan hacían estragos en todas las ciudades costeras del nuevo mundo. Cada pequeño rincón ofrece materiales antiquísimos y una característica arquitectura marcada por el crecimiento desigual y el aporte de una población apegada a sus viviendas y a sus bellos barrios, los baluartes de guerra, bóvedas y plazoletas.
Es en el Casco Viejo donde vive “Don Carlos”, viejo jugador de Béisbol y líder comunal que está apoyando las organizaciones para evitar la salida de la población pobre del Casco y cuya frase “Panamá para los Panameños” representa el sentir de estos pobladores quienes siente que estas zonas están siendo vendida a extranjeros de alta capacidad adquisitiva en detrimento de la población originaria.
Es importante recordar también visitar el maravilloso Cosway de Amador, construido con el material extraído de las excavaciones del canal y que une 4 islas llamadas Naos, Culebra, Perico y Flamingo pertenecientes a la Bahía de Panamá, lugar excelente para paseos a pie, patines o el alquiler de bicicletas o algún curioso carrito a pedal para dos o cuatro personas. Desde allí, se tiene una magnifica vista de los barcos que van directo al canal y de otras pequeñas embarcaciones encargadas de dar paseos a quienes quieran desde el mar, ver los rincones de esta particular capital.
Eso sí, acostúmbrese a un servicio que no es de alta calidad y que le traerá uno que otro dolor de cabeza en el trato con personal. Sin embargo, Panamá ofrece disfrutar de altas comodidades y precios razonables donde uno puede encontrarse con todo lo que una ciudad moderna tiene para dar.
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