La Asociación de Desarrollo Integral (ADIN) y el Comité de Arte y Cultura de Nosara inauguraron, por fin, su nueva escuela de música con clases de guitarra y flauta, pero todavía sin el apoyo del Sistema Nacional de Educación Musical (SINEM).
Aunque existe un convenio firmado hace más de dos años en el que el SINEM se comprometía a dotar a la escuela de profesores e instrumentos musicales, la escuela comenzó a funcionar con un profesor que dona sus horas para darle clases a 16 niños y adolescentes, según dijo el presidente de la ADIN, Marco Ávila.
Desde el SINEM, el director académico Ernesto Brenes, reconoció que el convenio sigue vigente pero dijo que los fondos son limitados. Resaltó que el compromiso del ente es brindar apoyo “en la medida de sus posibilidades”.
“Nicoya ya cuenta con una escuela de música. Más bien, esa escuela solo tiene 4 profesores cuando debería tener 8 y es la escasez de recurso humano lo que nos impide abrir tantas escuelas”, indicó el director.
Años de retraso
En noviembre del 2013, la ADIN construyó la infraestructura de la Escuela de Música de Nosara, que consta de dos aulas, salón multiusos y bodega. Además, cuenta con mobiliario y equipos de sonido.
El propósito de la escuela es acoger, descubrir y formar talentos en los diferentes campos de la música y las artes. El Comité de Arte y Cultura inició a principio del 2015 con un proyecto de danza folclórica y coreografía conformado por 50 miembros y con el proyecto de la escuela se pretende ampliar las oportunidades para los niños y jóvenes.
De acuerdo con Regina Amacker, coordinadora de la escuela, hay matriculados 16 alumnos entre niños y adolescentes. Las clases son impartidas por el profesor Álvaro Díaz, todos los sábados de 8 a 12 en el salón de cultura que construyó la ADIN en el 2013.
Amacker indicó que, por ahora, solo se dan clases de guitarra y flauta, debido a que la escuela no cuenta con instrumentos y los estudiantes deben comprarlos. También dijo que el comité analiza la posibilidad de comprar instrumentos para prestarles a los muchachos que no tengan. La matrícula es abierta y tiene un costo de ¢2000 mensuales.
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