“Nunca cárcel en Nicoya”. Esta frase dicha por el alcalde nicoyano, Marco Jiménez, resume su desacuerdo de que en el cantón se construya un centro penitenciario.
El descontento del funcionario municipal obedece a la iniciativa del Ministerio de Justicia y Paz, en construir un centro de adaptación social bajo la modalidad de Unidad Productiva. El centro tiene como propósito disminuir la agresividad en las acciones delictivas.
“Para que se construya algo en el cantón de Nicoya, tiene que tener la autorización del gobierno municipal, y tenemos una directriz concreta en esta alcaldía para no permitir la construcción de ninguna cárcel porque no es lo que quiere el pueblo de Nicoya”, dijo Jiménez.
El alcalde asegura que la creación de una unidad carcelaria no beneficiaría al cantón; por el contrario, atentaría contra la seguridad y tranquilidad de Nicoya.
“Que a mí me digan con datos concretos cuál ha sido esa comunidad donde han creado cárceles y que hayan logrado tener paz y armonía. En la comunidad donde se construye una cárcel lo que se logra es enraizar perfiles anómalos, y los nicoyanos estamos acostumbrados a vivir en paz y a cultivar los valores y costumbres, por tanto, no vamos a permitir la creación de ninguna cárcel”, comentó Jiménez.
Pese a la negativa del funcionario municipal, dicho proyecto ya se encuentra bastante avanzado, propiamente en la etapa de diseño a cargo del Consorcio CGL-OPB, y se pretende iniciar la construcción en el segundo semestre de este año, en el barrio conocido como Pedernal.
De acuerdo con Gonzalo Elizondo, Coordinador general de programas preventivos del Ministerio de Justicia y Paz, estos programas promueven la rehabilitación de los privados de libertad.
“Las Unidades Productivas son el reflejo de un modelo de atención moderno y respetuoso de los derechos humanos, de las personas privadas de libertad, y constituyen centros de atención, educación y formación para el trabajo. Tiene por objetivo la búsqueda de condiciones que eviten que la permanencia en situaciones de privación de libertad reduzca las posibilidades de reintegración en la sociedad y produzca efectos negativos en las personas privadas de libertad”, indicó Elizondo.
El caso de Nicoya no es aislado, pues la creación de las unidades productivas (centros de adaptación social) es un proyecto que se viene gestionando desde el 2012 para diferentes puntos estratégicos en el país: San Isidro de Heredia, Liberia, Pérez Zeledón, Pococí, San Rafael de Alajuela y Nicoya.
Según Elizondo, se eligió Nicoya porque el convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sugiere que el proyecto se diseñará y construirá en propiedades en donde ya existiera infraestructura penitenciaria, pues el préstamo no incluye compra de terrenos.
En el caso de Nicoya, la Unidad Productiva estará ubicada en la misma propiedad en donde funciona el Centro de Atención Semi-Institucional, a 3.3kms este de la entrada a Nicoya, en el barrio conocido como Pedernal.
Dicha unidad funcionará como centro educativo en donde los privados de libertad recibirán cursos por parte del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y aprenderán a realizar diversos tipos de manualidades y, según Elizondo, este proyecto traerá beneficios no solo para los privados de libertad, sino que producirá fuentes de empleo en la zona.
La Unidad Productiva de Nicoya albergaría unos 576 privados de libertad, los cuales deberán firmar un contrato conductual y asumir el compromiso de mantener un comportamiento respetuoso.
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