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Contratos de tiempos compartidos estafan a turistas de Playas del Coco

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Si usted es turista y se encuentra paseando por el centro de Playas de Coco, Guanacaste, probablemente se le aproximen vendedores de tours, y si encajas con las características que buscan, principalmente parejas entre 30 y 60 años de edad con una tarjeta de crédito, les prometerán una cena gratis o descuentos en tours por sólo asistir a una “corta” presentación de lo que se conoce como “propiedad fraccionaria”.

Ya en la oficina o sala, le ofrecerán un trato que es demasiado bueno para dejarlo pasar y antes de que cante un gallo, se verá firmando un contrato por la compra de unas semanas en un condominio vacacional. Pero tenga cuidado, porque podría estar entrando en un fraude del que difícilmente podrá salir.

Las quejas por fraude se han publicado en sitios en Internet como ripoffreport.com, insidethegate.com y hasta el conocido tripadvisor.com. Cinco parejas que asistieron a la presentación de ventas para los programas de propiedad de vacaciones durante el 2013 y el 2014 en Playas del Coco, compartieron personalmente sus experiencias con La Voz de Guanacaste.

En diciembre del 2013, Peggy Watson y su esposo, quienes tienen unos 60 años y viven en Havasu City, Arizona, compraron 52 semanas en Coco Bay Estates por $60,000. Con 52 semanas, ellos pensaban en quedarse aquí seis meses y alquilar la propiedad los otros seis para tener ingresos.

“Se nos dijo que podíamos reservar cualquiera de los 6 meses que quisiéramos sin costos extra. Negociamos otros dos tiempos compartidos que teníamos. La mayoría de las extras fueron promesas verbales. Incluso nos llevaron a cenar langosta para celebrar la compra de nuestro nuevo condominio. Cuando regresamos a nuestra casa en enero, mi esposo fue diagnosticado con cáncer de pulmón y luego comenzó la quimioterapia, por lo que no reservamos nuestras semanas para el 2014”. 

Para finales del 2014, Watson intentó reservar su tiempo en Coco Bay Estates. Sin embargo, se le informó vía correo electrónico que sólo podía obtener una semana allí en vez de las 52, y que el resto del tiempo tendría que usarse en otra parte. Sorprendida, Watson preguntó “¿Para qué entonces son las 52 semanas que compramos? Desde entonces no he recibido una respuesta”.

A estas parejas se les ofreció una “propiedad fraccionaria” o membresías de derecho al uso de apartamentos en los complejos de Coco Bay Estates o Bahia Turquesa Residences en Playas del Coco. La propuesta incluía ofertas en hoteles cinco estrellas con precios de $199 y una póliza anual que maduraría en 25 años. Todo esto forma parte del contrato ofrecido por la compañía Four Palms Marketing S.A.

La estafa de las empresas de mercadeo

Para endulzar el acuerdo, los representantes de ventas le dijeron a las cinco parejas entrevistas por La Voz que, en caso de que no puedan o no quieran usar todas las semanas de su condominio, podían pagarle a otra empresa de mercadeo, para que ellos le alquilara algunas de sus semanas por el monto de $2600 (1,400,000 colones) semanales, con la garantía de que el dinero sería reembolsado en 300 días.

Algunas parejas firmaron contratos con Vacation Liquidation Management (VLM), otras con Mercury Property Management o Timely Travel, pero la oferta siempre fue la misma. Sin embargo, las parejas entrevistadas aseguran que nunca recibieron el dinero prometido por sus semanas alquiladas, cuestionando la legitimidad de estas empresas de mercadeo, así como de la empresa administradora del fondo de póliza anual, Amerashare. 

En abril del 2014, Chris y Emily Groszczyk, de Illinois, firmaron un contrato con el Residence Club en Coco Bay Estates, así como una membresía en Luxury Leisure Alliance (LLA). El vendedor prometió que la empresa de mercadeo Timely Travel les alquilaría a $2600, cuatro de las cinco semanas que ellos compraron. “No hubiera firmado con ellos si Timely Travel no hubiese estado ahí”, dijo el Sr. Groszczyk. “Este fue el error más grande de mi vida adulta, visitar el lugar”, afirmó.

Según Fernando May, uno de los cuatro dueños de Four Palms Marketing, estas compañías que supuestamente alquilan semanas de vacaciones, nunca han sido parte de los contratos de su empresa. May culpa a vendedores sin ética y sus “malos hábitos” por estas falsas ofertas.

“Sabemos que sucede”, dijo May. En Playas del Coco, donde su negocio ha operado por siete años, May dijo que han sospechado de falsas ofertas hechas por varios vendedores al menos tres veces en esos siete años. Una de estas fue hace apenas unos meses.

May dijo que ellos han vendido más de 2800 contratos en Costa Rica desde el 2010, la mayoría de los cuales son en Playas del Coco; sin embargo, también han vendido contratos en Tamarindo, Manuel Antonio, Jacó y La Fortuna

La Voz de Guanacaste vio los contratos en donde se indican que los compradores entienden que el alquiler de semanas de vacaciones no es responsabilidad de Four Palms Marketing— de la empresa de May; que ningún empleado de Four Palms Marketing puede dar el servicio de alquilar las semanas compradas, y que ellos no recomiendan usar otras compañías que den estos servicios. 

No obstante, para las cinco parejas entrevistadas, esta exención de responsabilidad en el contrato no encendió la luz de alarma.

Brenda y Bob Bickerton, de Winnipeg, Canadá, firmaron un contrato con Coco Bay en enero del 2014. Los Bickerton pensaron que en su caso particular los avisos legales sobre las empresas externas no aplicaba, pues todo se negoció junto, tanto el contrato de la compra del condominio como también de los alquileres de semanas con empresas de mercadeo. “Ninguno de los contratos se ha cumplido”, asegura Bickerton. Ellos pidieron que se les devolviera el dinero, pero su petición fue denegada. También le han solicitado al banco que reembolse los cargos a su tarjeta crédito amparándose en fraude, pero hasta el momento sin éxito.

Comunicación imposible

Todas las parejas entrevistadas expresaron su frustración a la hora de comunicarse con las empresas de mercadeo, así como con la compañía que ofrece la póliza anual o a la hora de hacer reservaciones a través de LLA.

Patricia Hurtado y su esposo firmaron un contrato con Bahia Turquesa Residences en Playas del Coco en julio del 2013, junto con un contrato con Mercury Property Management para los servicios de alquiler y transferencia de propiedad de su otro tiempo compartido. “Me he comunicado con ellos constantemente a través del correo electrónico, pero ellos continúan alargando el proceso con varias excusas”, dijo Hurtado.

La Voz se comunicó via telefónica con las recepcionistas de Coco Bay Estates y Timely Travel, pidiendo entrevistar a los gerentes, pero no recibimos respuestas. También enviamos correos electrónicos con las preguntas correspondientes sin que hayan sido respondido. Llamamos a Vacation Liquidation Management y Amerashare para hablar directamente con ellos pero siempre atendió contestador automático. Dejamos mensajes sin obtener ninguna respuesta.

La mayoría de esas empresas introducidas durante la presentación de ventas tienen oficinas virtuales, lo que arroja dudas sobre su legitimidad.

Amerashare tiene una oficina virtual en Hong Kong. La Voz recibió una respuesta por correo electrónico de parte de Richard Johnson, representante de Amerashare, quien escribió: “Coco Bay Estates and LLA es un club para vacacionistas en Costa Rica que solíamos contratar para presentar nuestras anualidades”. Johnson explicó que su póliza de anualidad se basa en el 6% del precio de compra en el resort, y que está diseñada para asegurarle a los desarrolladores de hoteles alrededor del mundo que cada nuevo cliente haga sus pagos y se mantenga al día con sus tarifas de mantenimiento. Al mismo tiempo, el cliente se beneficia porque, siempre y cuando sigan los términos y condiciones del contrato, cumplidos los 25 años, el 6% diferido de su anualidad madurará junto al valor de compra de la propiedad, lo que eventualmente les devolverá su inversión.

La Voz solicitó información adicional sobre la compañía a Johnson, pero él no contestó.

Una persona que trabaja en Coco Bay Estates, pero que pidió permanecer anónima le contó a La Voz como éste y sus compañeros presenciaron al equipo de ventas de LLA abrir una tienda y un restaurante con tanta rapidez que quedaron asombrados. “Algo así de rápido debe tener algo malo”, dijo. También notaron que, pocas semanas después de recibir una crítica negativa en insidethegate.com, el restaurante cerró y el equipo de ventas de LLA se fue, lo cual levantó más sospechas.

May informó que el equipo el programa de ventas de LLA está cerrado, pero que cualquier cliente que tenga contrato con LLA sigue recibiendo los servicios. May dijo que sólo tienen a la venta 15 unidades en Coco Bay Estates, y que cerró el restaurante debido al tiempo que gastaba en mantenerlo. Ahora Four Palms Marketing se encuentra enfocado en vender programas vacaciones en Bahia Turquesa Residences.

Muchos tiempos compartidos y clubes para vacacionar son legítimos. Sin embargo, las estafas con el tiempo compartido son famosas alrededor del mundo y Costa Rica no es la excepción. Si existe alguna enseñanza en esto, sería que la letra pequeña es la parte más importante del contrato porque en las ventas a plazo, las promesas en papel, no las orales, son las que valen.

Acuerdos orales contra acuerdos escritos

Este tipo de actividad es regulada en Costa Rica por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC). La Voz consultó con el MEIC, la cual informó que la compañía se encuentra registrada ante ellos como Coco Sunset Sharing y que no ha sido sancionada.

Evelyn Arroyo Santamaría, del departamento de prensa y relaciones públicas del MEIC, explicó: “En relación a las promesas verbales no incluidas en la letra del contrato que libremente firmó el consumidor constituyen ofrecimientos  extracontractuales y por ende no pueden ser utilizadas para denunciar un incumplimiento contractual en esta vía, pues el principio que opera es que el contrato es ley entre partes”. Esto limita los recursos disponibles para aquellos que hayan sido estafados por las promesas orales de los representantes de ventas.

Foto por Arianna McKinney - Vista de Bahía Turquesa Residences.

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