Prepararse para un examen puede representar una tarea titánica para algunos estudiantes, no hay duda de que es necesario esforzarse para lograr una buena nota, sin embargo, hay una gran porción de estudiantes que optan por copiar poniendo en riesgo no solo la credibilidad de su talento, sino que hay otro tipo de consecuencias aún más negativas: experimentar una serie de sensaciones que trae consigo el “hacer trampa”, por ejemplo: el miedo a que te pillen, miedo a perder el curso o máxime aún una expulsión del colegio, escuela o universidad.
Hoy en día se sabe que a algunas personas les cuesta más memorizar que a otras, lo que quiere decir que la rigurosidad y frecuencia que la persona lleva a cabo la actividad de estudiar, dependen del nivel de dificultad que experimenta para aprender la materia. Estas características son notorias desde las primeras etapas de la vida escolar, ya que aquí es cuando se le puede aconsejar a la persona, en este caso los niños o niñas, sobre cuál es la metodología más adecuada a sus necesidades.
Lo anterior es sumamente importante para ir preparando de manera consciente la necesidad de esfuerzo y disciplina, ya que si no se trabaja desde los primeros años escolares incrementan, las posibilidades de que la persona opte por pasar sus exámenes y demás actividades curriculares copiando, es mayor.
Ahora bien, las consecuencias de una costumbre de alcanzar las metas profesionales a partir del plagio tiene una consecuencia muy devastadora en la persona, y es que desde las primeras experiencias escolares, cuando realiza la conducta de copiar, se instala una idea equivocada de merecer las cosas aunque no se las haya ganado a partir del esfuerzo y llegará el momento en que el individuo realice las actividades de fraude automáticamente, sin pensarlo, sin meditar y peor aún sin sentir ningún tipo de remordimiento.
Interiormente a nivel cerebral lo que ha ocurrido es que la conducta-copiar ha retroalimentado el pensamiento con la idea de “salir bien” y viceversa, es decir entre más ocurra la actividad de “copiar”, más estimulada estará la persona por obtener una buena calificación y por lo tanto más gratificada se sentirá. Ello insta al individuo a repetirlo, llegado un momento la persona pensará que sus acciones están bien, pues no le dañan y esto instalará el pensamiento de que copiar “no es malo”.
Lo anterior tiene otra grave consecuencia y es que una vez que se termina la etapa educativa y ha sucedido lo anteriormente explicado, la persona lleva a otras esferas el comportamiento, sobre todo en el plano laboral, y por ejemplo se dan casos de individuos que presentan como suyos trabajos, ideas, propuestas, etc cuando provienen de compañeros, compañeras o sub-alternos. Lamentablemente es en éstas etapas cuando suelen ser descubiertos y se ven enfrentados a procesos que les pueden desprestigiar y afectar a nivel social y/o familiar. He ahí la importancia de identificar estas conductas de riesgo en las primeras etapas escolares.
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