En algunos círculos se plantea que Costa Rica debe seguir promoviendo la exploración para determinar sitios con viabilidad económica, social y ambiental para extraer su propio petróleo y gas. ¿Y por qué petróleo y gas? Si estos recursos son explotados y refinados de forma racional en nuestro país, se evitaría su importación.
Al mismo tiempo, se podría pensar en exportar sus productos refinados a países vecinos, mejorando así la capacidad de nuestro país de recibir recursos frescos, fomentando el empleo local, y el desarrollo de infraestructura y la riqueza en general. Mientras esto se resuelve, ¿qué hacemos?
Primera opción: no hacemos nada y seguimos como estamos, lo que nos pone en una posición muy vulnerable en caso de conflictos bélicos que comprometen nuestro abastecimiento de combustibles, ya que no los extraemos de nuestro territorio.
Opción dos: nos concentramos en desarrollar una infraestructura para la producción de biocombustibles con base en residuos orgánicos (biomasa residual) para darle más seguridad energética a nuestro país. Y las industrias del sector ganadero y de los rellenos sanitarios ofrecen un producto muy valioso que se está desperdiciando a manos abiertas: el biogás.
El biogás está compuesto casi en partes iguales por dióxido de carbono y gas metano. El dióxido de carbono no tiene valor energético, por lo que se puede purificar y comercializar para industrias que lo necesiten (alimenticia, química y otros). El gas metano sí tiene un valor energético importante que se debe aprovechar para así, además, evitar su liberación a la atmósfera, pues produce un efecto invernadero 21 veces más poderoso que el que produce el dióxido de carbono (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, 2006).
Por lo tanto, podemos con una sola acción mitigar dos problemas: primero, desarrollar una industria verde al convertir al gas metano obtenido del biogás en biocombustibles líquidos. para su uso en como sustitutos de la gasolina y diésel, así como de combustibles para la aviación. En segundo lugar, al usar de esta forma el gas metano, evitamos que este gas genere más caos del que ya está causando en la atmósfera al ser liberado sin procesarlo antes.
Lo mejor de todo es que ya existen soluciones comerciales para hacer este proceso de conversión del gas metano en biocombustibles líquidos posible, que en Inglés se denomina GTL (“gas to liquids”) o en Español, “de gas a líquidos”. Después de la reacción de reformado, el proceso GTL somete el gas metano a temperaturas de entre 250 a 350 °C, a altas presiones, y a reacciones químicas en presencia de catálisis. Uno de los materiales principales para propiciar estas reacciones es el hierro, que es un metal asequible en muchas partes del mundo.
La industria ganadera puede ver un incentivo económico al desarrollar biodigestores para transformar las excretas de los animales en biogás. La fase líquida dentro de los biodigestores, después del proceso de digestión anaeróbica, se puede utilizar como un mejorador de cultivos por sus ricos contenidos nutritivos (nitrógeno, fósforo, y otros).
Como ejemplo práctico, un establecimiento con cien cerdos adultos (con un peso promedio de 85 kg por cerdo) podría generar aproximadamente 17 m3 de biogás al día, lo que equivaldría en términos energéticos a 13 litros de gasolina o 38 kWh de electricidad diarios. Si extrapolamos este ejemplo a miles de cabezas de ganado (especialmente porcino y vacuno) las cantidades finales para el aprovechamiento de la biomasa residual en biocombustibles resultan muy interesantes.
En el caso de los rellenos sanitarios, que producen biogás por la acumulación de residuos orgánicos en ausencia de oxígeno (fenómeno denominado “fermentación anaeróbica”), tienen el potencial de generar gas metano en un rango aproximado de entre 80-85 m3/tonelada de residuos sólidos depositados dentro del relleno sanitario, lo cual es prometedor para el desarrollo de biocombustibles líquidos. Esto revela una gran oportunidad para este sector de la economía costarricense, ya que de acuerdo con el Ministerio de Salud (2023), el 89% de los residuos generados en los poblados y ciudades del país son recolectados y enviados a rellenos sanitarios.
¿Cómo podríamos dar un salto cuántico en el tema del desarrollo de biocombustibles en Costa Rica? Aunque somos un país muy pequeño, nuestro desarrollo está subordinado a la institucionalidad y la legalidad, las cuales deben ser revisadas y ajustadas a los tiempos modernos en los que nuestra demanda energética es mucho mayor que en décadas anteriores y que en el que debemos aprovechar mucho mejor el potencial que tenemos en lo referente a la biomasa residual.
Para cualquier persona interesada en investigar sobre estos temas, después de indagar un poco, podrá llegar a la conclusión de que el problema no radica en la falta de materia prima para desarrollar los productos energéticos deseados, sino más bien en mecanismos legales que faciliten la comercialización de estos productos y en la creación de una armonía entre el sector público y el privado para que estos proyectos echen a andar.
Para hacer posible esta misión, se necesita una fuerte articulación de la industria ganadera y los operadores de rellenos sanitarios con distintas instituciones y poderes de la República (Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Ministerio de Ambiente, RECOPE, Ministerio de Hacienda, municipalidades, universidades públicas, INDER, Ministerio de Salud y otros), así como el desarrollo de incentivos fiscales, subsidios, ingresos económicos por concepto de venta de bonos de carbono, etc.
Una propuesta concreta sobre cómo se puede arrancar con la producción de GTL en Costa Rica es que los generadores de biogás separen y purifiquen el dióxido de carbono y el gas metano, vendan el dióxido de carbono a industrias interesadas en este gas y vendan el gas metano a RECOPE. Luego, que esta institución genere las reacciones químicas de GTL y venda los productos derivados en el país bajo estrictos estándares de calidad y seguridad. Finalmente, RECOPE podría instalar centros de acopio de gas metano así como reactores de forma descentralizada, en distintas partes estratégicas del país, para producir y comercializar los biocombustibles líquidos.
La provincia de Guanacaste, al ser territorio con una gran recepción de turistas nacionales e internacionales, que ofrece una infraestructura para la investigación científica y desarrollo en las universidades públicas, que tiene un aeropuerto internacional, y que tiene un pujante desarrollo agrícola y ganadero, ofrece las condiciones para convertirse en uno de los sitios estratégicos para la producción de GTL. ¿Estamos dispuestos a dar el salto?
Gabriel Murillo Morales es licenciado en Ingeniería Civil, Máster en Energías Renovables y Doctor en Ciencias e Ingeniería Ambiental. Vivió en Bagaces, Guanacaste. Actualmente está haciendo un postdoctorado en aprovechamiento de la biomasa residual para la síntesis de biocombustibles en el Center for Energy and Environmental Sustainability (CEES) en Prairie View A&M University, Texas, Estados Unidos.
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