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De dónde vienen las cruces que pueblan las orillas de nuestras carreteras y qué significan

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La cruz de Edwin Díaz es de madera con pintura blanca, su nombre está escrito a mano y tiene una corona de flores plásticas encima. Está a unos tres kilómetros del cruce de Pueblo Viejo de Nicoya en dirección hacia el río Tempisque. 

Dennis Juárez, su sobrino, se desayuna un cigarro frente a la casa a las 7:26 a. m. “Lo atropellaron camino al trabajo”, cuenta, no ofrece muchos detalles pero recuerda que fue un Hilux el que lo golpeó y lo tiró hacia el carril contrario. Aquí mismo, a pocos metros de esta sepultura sin muerto.

Aunque varios antropólogos costarricenses aseguran que en el país no se ha investigado el tema, en el resto de Latinoamérica hay textos teóricos que estudian el simbolismo de las cruces del camino. Han sido analizadas estéticamente en series fotográficas y están presentes en la música folclórica chilena. En ese país las llaman animitas, en Perú capillitas y curuzú en Paraguay.

Edwin Díaz. Fallecido en 2018. Ubicada a tres kilómetros del cruce al Tempisque.Foto: César Arroyo

Son construcciones anónimas hechas por hijos, amigos o vecinos. Los adornos que las acompañan varían dependiendo de la región y las posibilidades económicas de cada persona.

El antropólogo argentino José Luis Pignocchi ha estudiado y documentado el tema durante años. Según él, el origen de estas costumbres arranca hace más de 500 años a raíz del Concilio de Trento, Italia.

Fue uno de los eventos más importantes de la historia de la iglesia católica que se extendió 18 años. Dos de los acuerdos que tomaron en sus 25 sesiones fueron: reafirmar la existencia del purgatorio y la veneración de los santos y reliquias. 

Pignocchi lo explica así: se cree que en un hecho de muerte fuera de su tiempo normal, como un accidente de tránsito, el alma continúa por ahí vagando sin rumbo. Entonces, a partir de este tipo de homenajes, se le brinda al alma del difunto la posibilidad de encontrar un camino.

Florencio N.G. Fallecido en 2011. Loma Bonita, Quebrada Honda. Ubicada en un recta habilitada para rayar en ambos sentidos.Foto: César Arroyo

Mayra l. Araya V. Fallecida el 16 de setiembre del 2000. Ubicada en una curva de la Ruta 142/ Cañas – Tilarán.Foto: César Arroyo

José A. Picado. Fallecido en 1993. Ubicada en una curva del kilómetro 7 de la Ruta 142/ Cañas – Tilarán.Foto: César Arroyo

Las cruces que logramos encontrar luego de dejar atrás a Dennis tienen fechas de nacimiento y defunción corroídas por el herrumbre. Algunas tienen casi cuarenta años de haber sido construidas, están consumidas entre los zacatales y son difíciles de ver desde el camino. Aunque hay otras más visibles, estamos tan acostumbrados a verlas que si no tuviésemos la atención puesta en ellas simplemente las pasaríamos de largo.

Están tan integradas al paisaje (las cruces) y son tan absolutamente cotidianas, que la gente ya no las identifica”, agrega José Luis.

Para él, estas estructuras también tienen más significados. En los años posteriores al Concilio de Trento, en provincias de España empezaron a utilizarse las cruces en los caminos como una forma de protección a los viajeros. 

“Cuando la ruta tenía una curva que era peligrosa, por donde se despeñaban normalmente los que transitaban, ponían una cruz de piedra. Las denominaban “cruzeiro” en gallego, de ahí viene la tradición”, asegura.

Encontramos esos símbolos de advertencia y duelo en las rectas kilométricas de doble raya amarilla entre Nicoya y Liberia, o en las curvas cuesta abajo en los tramos más quebrados entre Cañas y Tilarán.

Cruces que se asoman frente los portones de un corral. Cruces que tienen sus propios portones, cruces dueñas del espacio público.

Sin nombre. Palmira de Carrillo. Ubicada en una recta del kilómetro 26 de la ruta nacional 21.Foto: César Arroyo

Sin nombre. Filadelfia de Carrillo. Ubicada en una recta de la ruta nacional 21.Foto: César Arroyo

Sin nombre. Belén de Carrillo .Kilómetro 52 de la ruta ruta nacional 21.Foto: César Arroyo

Según el director de ingeniería de Tránsito del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT), Junior Araya, no hay ningún tipo de regulación al respecto con ese tipo de cruces. Resalta que en el derecho de vía no debería de haber ningún tipo de construcción sin permiso del MOPT,  pero como estas cruces son infraestructuras menores, no ve ningún inconveniente porque son pequeñas y no representan un peligro para los conductores.

«Cuando se amplía una calle o se le hacen reparaciones, las cruces serán retiradas porque no tienen ningún permiso. Igual sería imposible determinar quién está detrás de ellas, porque no hay una dirección a donde acudir o forma de saber quién la colocó», añade Araya.

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