Santo Domingo de Sámara vio nacer el 14 de enero de 1988 a una niña con gran pasión en todo lo que hace. La pobreza y limitaciones que ha vivido desde su infancia no fueron obstáculos suficientes para lograr cada uno de los objetivos que Dinia Díaz se propuso, tanto que su padre Concepción Díaz, cataloga a la portera de la Selección de Fútbol Femenino, como una mujer que “nació para ser una triunfadora”.
La samareña jugará en la Copa Mundial de Fútbol Femenino 2015, que se realizará en Canadá el próximo 6 de junio.
“Ella en todo ha sido así, lo que se propone lucha hasta lograrlo y nunca se da por menos. Para ella montarse en una lancha e irse a pescar es como nada. Una vez nos fuimos a pescar y mientras mis compañeros y yo no pudimos pescar nada, ella se fue por otro lado y cuando la vimos llegó cargada de pescados”, dijo Díaz.
Su mamá, Cecilia Artavia, la describe como una joven tranquila y humilde, dedicada y responsable. Actualmente cursa un Bachillerato en Educación Física en la universidad.
Según su padre en sus trajines del campo, Dinia fue creando agilidad, destrezas atléticas, fortaleza física, coraje y valentía, que luego las trasladó a la práctica del fútbol.
Sus primeras competencias en el fútbol las libró en la plaza del Torito de Sámara, con sus compañeros de escuela. En ese entonces jugaba en el campo.
Sus momentos duros
Jugando para el equipo de Flores de la primera división de Heredia en el 2011, vivió uno de los peores momentos de su carrera. Una lesión en la rodilla derecha la dejó fuera de las canchas varios meses, inclusive los médicos que la atendían le prohibieron volver a jugar fútbol; sin embargo, ella se aferró a su pasión y mantuvo lo que su mamá siempre le aconseja: “Hija, siempre debes mantener la tranquilidad y el control”, y logró reponerse.
Dicha lesión puso en peligro su participación con la Selección Nacional, pero su fortaleza espiritual pudo más. Su deseo por ser titular en su equipo actual, Moravia y en la Selección Nacional, le obligan al sacrificio diario, en donde a las 5 a.m. entrena con su equipo y a las 8 a.m. está lista para comenzar su jornada laboral en la Federación Costarricense de Fútbol donde trabaja desde hace un año.
“Son muchos los momentos difíciles. Como deportistas, las lesiones son como un fantasma que siempre nos persiguen, pero el apoyo de mi familia es la fuerza que me impulsa a luchar. Creo que la palabra sacrificio es la que nos identifica a las que estamos en esta selección, porque detrás de cada una de nosotras hay una historia de esfuerzo y sacrificio”, dijo Dinia, y con brillo en los ojos agrega: “pero hoy tenemos la recompensa de estar en el mundial”.
La futbolista, quien fue la heroína atrapando tres penales y logrando la clasificación histórica de la selección mayor femenina al mundial Canadá 2015, pretende seguir escribiendo historia y cosechando triunfos.
“Si algo nos ha caracterizado es el carácter y la personalidad. Para este mundial, llevamos una gran responsabilidad. Es un orgullo representar los colores de nuestro país y lo que sí puedo asegurar es que vamos a poner alma, vida y corazón en la cancha”, dijo Dinia.
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