La hembra pone el huevo, el macho lo cuida y ella sale a cazar, pero durante casi 62 días él es el responsable de que el huevo sobreviva. Así es el pingüino.
Hay muchos hombres que se parecen a los pingüinos, quienes por circunstancias del destino han tenido que acarrear las riendas solos, sin el apoyo de la imagen femenina. Las razones pueden ser muchas, pero los compromisos son exhaustivos.
La fotoperiodista de La Voz de Guanacaste documentó la vida de cuatro padres solteros que luchan día a día por sacar a sus hijos adelante. La idea fue hacerles un homenaje para el Día del Padre, pero al iniciar el proceso de entrevistas, también salieron a la luz historias tristes, recuerdos devastadores de familias deshechas, con historias inspiradoras como también devastadoras.
Durante las entrevistas, fue duro para estos padres revivir los momentos de pérdida, cuyas historias de amor no terminaron con final feliz. Aunque hayan pasado tres, cuatro o diez años, el recuerdo seguirá presente bajo el techo de estas familias.
La familia es el elemento fundamental. Es quizás el engranaje social con más impacto que tiene en la vida del ser humano. A partir de nuestras familias somos, nos comportamos y repetimos patrones, pero a qué llamamos familia: ¿la familia es papá, mamá e hijos? La respuesta en vez de un “sí” sin aperturas, debería ser un “también”.
Estos padres pingüinos creen que la familia no debería tener ni reglas ni estereotipos encajoneros. Saben que no es fácil para sus hijos el sentirse completos, pues la sociedad ha estipulado que la mujer debe estar presente siempre bajo el concepto de madre, sin embargo, ellos decidieron cuidar del huevo frente a viento y marea.
Naturalmente, la mujer tiene ciertas cualidades que para el hombre es más difícil de encontrar a la hora de criar un niño y hacerse cargo de un hogar, aptitudes como la suavidad, tolerancia y sacrificio. Por el contrario el hombre guanacasteco no conoce de lágrimas, es fuerte, rudo y no se mete en los cuidados del hogar. No sabe cocinar, ni lavar su propia ropa. Esos son cosas de mujeres, no de hombres.
Pero hay que ser realistas y cuando toca, toca. Las etiquetas del pobrecito se dejan a un lado. No hay tiempo para llorar ni sentirse derrotado, porque bajo el mismo techo, hay personas que necesitan esa fortaleza.
En este mundo, hay hombres que abandonan a sus hijos y también hombres luchadores, que se desviven por ellos. Mientras siempre hay que luchar por los derechos de las madres solteras, también debemos aplaudir a estos hombres que dan el ejemplo y hacen por dos; por eso, hoy homenajeamos a estos padres pinguinos. Feliz mes del padre.
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