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Editorial: La crisis del dengue y la diferencia de prioridades entre los guanacastecos

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La prioridad es un concepto subjetivo, lo que es prioritario para mí no necesariamente lo es para mi vecino. Está relacionado a la ideología y al ambiente sociocultural de cada persona, pero el factor que más incide en las prioridades es la economía; dependerá de cuánto dinero yo tenga para priorizar mis necesidades. Esa desigualdad de lo que para algunos es prioritario y para los otros no, ha sido el as bajo la manga del dengue: la carta con la que siempre gana.

Sin duda, no se puede negar que la principal causa de las enfermedades que transmite el mosquito Aedes aegypti, como el dengue, la chikunguya y el zika, proviene de la poca prevención de las personas: del generar criaderos, no protegerse con repelentes ni con cobertores en las aberturas de la casa.  ¿pero es eso una prioridad para los guanacastecos?

En el 2015 se registraron más de 12.500 enfermos de dengue en todo el país, de los cuáles el 80% provenía de las regiones del Pacífico Central (correspondiente a la provincia de Puntarenas) y la región Chorotega (Guanacaste).

Y aunque las cifras han mostrado un continuo crecimiento desde el 2013, para muchos la eficaz prevención de estas enfermedades sigue sin estar entre las prioridades de su día a día. De acuerdo con un estudio de un grupo de investigadores de la Universidad Estatal a Distancia, en el que se entrevistó a 800 personas de situaciones vulnerables en Nicoya, se demostró que para ellos el dengue es un problema más en sus vidas, superado por la pobreza, la drogadicción o la violencia doméstica.

Más que señalar a un sector de la población, el estudio refleja una cruda realidad: muchas personas preferirán comprar la comida de sus hijos, tratar de que a sus hogares no les corten la electricidad, o bien, juntar dinero para poder pagar el alquiler de la casa donde viven; que poner cedazo en su casa o comprar un repelente.

Pero si la guerra contra el mosquito no se convierte en una prioridad, no habrá interés por informarse generando el tan temido desconocimiento. ¿Sabía usted que las larvas se crían en agua limpia?  ¿O que los huevecillos pueden sobrevivir en el polvo hasta por año y medio?

Para quienes tienen mascotas, el esfuerzo es extra. Encontrar tarros con sobrantes de agua que dejan las mascotas es más que común siendo un lugar propicio para que el huevecillo del zancudo pueda incubar.

¿Estamos siendo efectivos al comunicar la importancia de la prevención en estos casos?

No del todo. Si seguimos creyendo que solamente haciendo limpiezas de barrios, fumigando o reciclando vamos a ganar la lucha, tendremos batallas por muchos más años. Pero si aceptamos que la verdadera lucha es contra la pobreza, es invirtiendo en la economía local para generar trabajos estables y bien remunerados, es ayudando a las madres solteras a ganarse el pan de todos los días sin tener que elegir si el “pan o el repelente”, entonces puede que de una vez por todas logremos decir que en Costa Rica el zancudo ya no vive con nosotros.

La salud no es poca cosa. Ubicarla en la cúspide de las prioridades de todos debería ser una prioridad país. Las enfermedades que transmiten estos zancudos no sólo enferman o inhabilitan a quienes son picados; también matan. Los costos de oportunidad y atención que generan tantos casos de gente enferma hacen impostergable que ubiquemos la lucha efectiva contra estos zancudos y sus criaderos como una prioridad de todos.

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