Podríamos ser simplistas y decir que las artes ayudan a los jóvenes a alejarse del alcohol y las drogas y seguir con la misma retahíla, pero la realidad es que la práctica de música, pintura, teatro o cualquier rama artística desarrolla disciplina, responsabilidad, compromiso y una serie de beneficios cognitivos en los seres humanos.
Entristece enormemente ver casos como el de Hojancha en el que 42 instrumentos musicales están guardados en una bodega desde hace tres años, sin explotar el uso que se puede dar a la comunidad, porque no hay presupuesto para tener a un profesor de música. Esto sin querer entrar en el detalle de que fueron comprados con fondos públicos.
Una oferta artística como clases de música es necesaria y oportuna en un cantón como Hojancha en donde los espacios de esparcimiento y entretenimientos no son muchos.
Situación similar le ocurre a Nosara, que desde noviembre del 2013 construyó un aula para impartir lecciones de música y sigue a la espera de que se le asigne un profesor de Sistema Nacional de Educación Musical (SINEM).
Científicamente se ha demostrado que las personas que reciben clases artísticas tienen mejores rendimientos a nivel cerebral. Así se evidenció en un estudio de la Universidad de Toronto, publicado en la revista Psychological Science, en donde se compararon niños de seis años que recibían clases artísticas con otros que no lo hacen.
Quienes sí recibieron los talleres, tuvieron aumento en áreas relacionadas con el desarrollo cognitivo, además de mejor conducta y adaptación social.
Esto desde el punto de vista científico, pero también las artes ayudan a que los jóvenes aprendan a administrar su tiempo, aunado con la disciplina que se genera para cumplir con calidad en las diferentes asignaciones.
El arte es tan importante como el deporte, la educación y la espiritualidad. Forma parte del ser integral y nos hace personas más completas.
La creatividad hay que estimularla. No puede quedarse dormida o engavetada por falta de planificación o indiferencia de las instituciones a cargo. Debe ser prioridad y una inversión para que las artes dejen ser actividades exclusivas de las élites y así ayude a nivelar el acceso a oportunidades de todos los pobladores.
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