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El exilio de la cantante cubana y su familia de nueve

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Para Yusneidis Benítez viajar no es una novedad, ha recorrido Cuba para cantar en restaurantes, bares y cualquier sitio en que la llamen, solo que ahora viaja fuera de la isla y acompañada de su familia.

Con ella van sus suegros, sus cuñados y sus dos hijas de 8 y 2 años de edad, quienes aún no entienden con certeza el por qué están atrapados en Costa Rica. En total son una familia de nueve.

En la mayoría de los grupos musicales los cantantes son los líderes del grupo y con Benítez no hay un excepción. Ella pone un poco de orden con las tareas que deben hacer en el aula del Colegio Nocturno de La Cruz -uno de los seis centros de migrantes cubanos que hay en el cantón- y su suegra se encarga del aseo del sitio, mientras los  hombres ayudan a limpiar los baños y a traer leña para la cocina.

Para la cantante, como para el resto de la familia, el reto ha sido difícil. Haber dejado Cuba les costó vender todo lo que  tenían en casa y reunir sus ahorros, pero a pesar de las circunstancias en las que se encuentran ahora (varados en Costa Rica sin poder seguir viaje al norte), para ellos lo ha valido.

«Con todo y todo yo prefiero estar aquí que estar en Cuba.  La gente no entiende cómo es que uno prefiere estar en estas situaciones, pero solo los que vivimos en Cuba lo podemos entender», dijo la cubana.

La familia tiene el objetivo de llegar a Estados Unidos; sin embargo, no saben realmente qué irán a hacer. Uno de los planes es ir al estado de Kentucky, pues han escuchado por otro cubanos, que es un estado con pocos latinos y tendrán más oportunidades de trabajo, además, están con la esperanza de recibir beneficios como el seguro médico y bonos de comida.

Aunque la situación de Cuba no  es nueva para nadie, la familia sintió que ya no podían vivir más con  el régimen de la isla.

«Vivir en Cuba es luchar en vano. No puedes luchar por tus sueños a 100%. La gente no entiende porque cuando van les enseñan la cara turística de Cuba, por eso es que no nos entiende. Yo no quiero seguir más callada, sin libertad», contó Benítez.

Los migrantes cubanos reciben productos de limpieza para que puedan lavar su ropa. El patio del Colegio Nocturno de La Cruz es usado de tendedero.

Temor a la deriva

Estar varados en Costa Rica ha sido la etapa más fácil de la familia. Como los casi 2500 cubanos que se encuentran en el país, entraron por Ecuador, para ir cruzando el resto de los países. Para cruzar la frontera entre Colombia y Panamá a través del mar,  tuvieron que pasar tres horas en un bote a la deriva, pues la guardia nacional panameña se encontraba en la frontera  y no podían ingresar.

«Fue una desesperación de no poder pasar. La niña se me insoló. Estábamos en pleno sol de mediodía. Era un lanchita como cualquiera y ahí estábamos a la deriva. Todos estamos con quemaduras en la piel», contó.

Sus pieles se ven  rojas, están quemadas por el sol. No hay miembro de la familia que no tenga las mejillas y nariz un poco descarapeladas.

Ante la problemática con Nicaragua, Yusneidis y su familia tienen como plan B quedarse en Costa Rica; sin embargo, no quitan de la mente la idea de cumplir su sueño americano.

«Costa Rica se ha portado increíble con nosotros. Es un pueblo solidario. Nos han dado de todo, comida, techo, ropa, productos de aseo personal. La verdad es que yo me quito el sombrero con este país. No nos dan más porque no tienen. La verdad es que no me fijo en lo que nos da, sino en cómo nos lo dan y cariño que nos han dado es bastante bonito”, expresó la cantante

Junior Quintero Silva, Maria Elena Guerra, Yusneidis Benitez, Eymy Chantal Evora, Victor Perez Laguna, Yaqmara Rosello Escalona.

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