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El hombre invisible

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Cuando enseño arte, pienso como enseñarle a la gente a ver. Creo que lo que define a los artistas es cómo experimentan el mundo intensamente. Pregúntele a una persona que no es artista de qué color es el tronco de un árbol y probablemente te dirá marrón. Pregúntele a un artista y le mostrará troncos de árboles verdes, troncos de árboles rojos y seguro que también le comentará sobre las hermosas sombras moradas que se reflejan en las sombras. Lo que más amo de enseñar arte es ver la cara de las personas que ve esos morados por primera vez. Una de las razones por las que escribo este blog es para animar a la gente a apreciar este lugar y su gente. Al igual que algunos individuos caminan por el mundo perdiéndose de gran parte de la belleza que hay en la naturaleza, también se pierden gran parte de lo que es hermoso sobre su prójimo.

Alejandro Cinquemani es un hombre invisible para muchos residentes y visitantes de Sámara. Quienes lo conocen lo llaman Flaco (refiriéndose a su alta estructura delgada). Alejandro se encuentra frente a la cancha de fútbol casi todos los días. A veces se sienta en la sombra de una sombrilla de colores haciendo joyería y vendiéndolas a los transeúntes. A veces practica malabares en su monociclo en la calle. Su mesa de joyería es pequeña, pero los compradores tienden a notarlo porque la pieza central es un sostén cuidadosamente hecho de metales enlazados, todo hecho a mano. Fue creado como parte de un conjunto de pequeñas obras maestras y es diferente de cualquier otra cosa que he visto aquí. El trabajo de un verdadero artesano.

Una cosa que aprendí de Flaco fue la derivación de la palabra “artesano”. Viene de dos palabras del latín: arte y sano. Es “arte» y «curar o hacer un todo». Un artesano es una persona que ha aprendido las habilidades necesarias para hacer su arte de manera entera.

Me encanta.

Alejandro creció dentro de una familia intelectual y progresista en Buenos Aires. Su madre era una poeta. Su padre era actor y director. Su padre fue «desaparecido» durante la dictadura argentina que encontró su punto de vista demasiado izquierdista. Irónicamente y años más tarde, Alejandro fue expulsado de Cuba, por asociarse con personas consideradas demasiado derechistas.

De niño, Alejandro parecía ser una promesa en las artes y fue a la escuela para estudiar cerámica. Después de completar un programa de dos años para artistas, continuó por tres años más y fue certificado para enseñar arte en la Escuela Nacional de Cerámica. Es un hombre con muchos dones. Trabajó como docente en Argentina. Desarrolló y promovió a artistas en Cuba durante varios años, ayudando a los artistas emergentes a documentar sus experiencias y encontrar oportunidades de exposición. Fue un actor de teatro en las calles de San José y aún regresa allí para actuar de vez en cuando. Viajó como payaso y titiritero por todo el país. Su papel favorito es un payaso llamado Spaghetti, otra referencia a su aspecto físico. Ama la poesía, la música, las artes visuales y le encantaría enseñar arte a los niños otra vez. Durante dos años ha sido un joyero en Sámara.

Flaco dice que quiere estar aquí porque es un lugar en el que se siente libre. Es una simple declaración, pero llena de la pasión y la promesa que este hombre posee.

Hablamos de Sámara, de la vida y de los sueños. Flaco quiere pintar y tener acceso a un horno para que poder hacer cerámica otra vez. Espero que lo encuentre. Sabe que estoy escribiendo sobre él y le dije que el título era “El hombre Invisible”. Otro amigo comentó que Sámara estaba invisibilizada. No tiene ni siquiera un rótulo para marcar su entrada. Mucha gente conduce la ruta principal sin siquiera saber que han estado aquí. Jugamos a crear un eslogan para el pueblo en el que se diría rápidamente qué es Samara y a qué aspira ser. He pensado en ello y creo que necesitamos un rótulo y un lema, tal vez debería decir:

¡Bienvenido a Sámara!

Relájese

Vea la belleza y déjese llevar por la inspiración

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