Regional, Especiales

Elecciones municipales 2020: así se teje la influencia evangélica en Guanacaste

Restauración Nacional tomó protagonismo en cantones con los menores índices de desarrollo social en Guanacaste, como Cañas y La Cruz. En este último cantón, este rótulo avisa de una actividad religiosa en plena campaña por la segunda ronda electoral, en marzo del 2018. Foto: Noelia Esquivel
This post is also available in: English

“Una de las crisis más importantes del país no es la crisis económica. Es la crisis moral y espiritual de las personas. Hay un vacío espiritual y moral que no está siendo satisfecho no solo por las iglesias, sino desde la municipalidad, que es donde vienen los recursos de todos los costarricenses. Deberíamos de utilizar un porcentaje en todas las municipalidades para el fortalecimiento de los valores”.

Pablo Guevara, segundo vicealcalde de Cañas y dueño de esta frase, es también pastor de la iglesia Oasis de Esperanza y cuñado de la diputada Mileydi Alvarado de Restauración Nacional, la primera congresista de un partido evangélico en llegar a la Asamblea Legislativa para representar a Guanacaste.

En el 2017, Guevara impulsó, junto a las iglesias evangélicas de la comunidad, una inversión municipal para que unos 200 niños y adolescentes de Cañas asistieran a un campamento evangélico en La Montaña Christian Camp, en San Ramón de Alajuela.

[Si querés que sigamos investigando la política local y contando las historias que importan, ayudanos. Doná acá]. 

La Montaña Christian Camp tiene como propósito “capacitar a líderes juveniles para un evangelismo agresivo, radical y de discipulado”, según su propia descripción en el sitio web. Es un típico campamento evangélico, explica el sociólogo y teólogo de la Universidad Nacional (UNA), Alberto Rojas. “Es una forma de evangelización de jóvenes para que acepten a Cristo y se conviertan al cristianismo tipo evangélico”, comenta.

El 23 de marzo, la municipalidad de Cañas ofreció una actividad en conjunto con la iglesia Bíblica de Sión para parejas.

Vía telefónica, Guevara confirmó que La Montaña se encargó de las actividades, con el objetivo de “fomentar el trabajo en equipo, los valores cristianos” y que las empresas de la zona los apoyaron para llevar a jóvenes evangélicos y católicos al campamento. Dice que eran muchachos que nunca habían tenido una oportunidad como esta antes. “Fue algo tan emocionante para muchos”.

La Muni de Cañas destinó ¢6,5 millones de su presupuesto para realizar ese campamento. El vicealcalde cuenta que también propició otras actividades con iglesias evangélicas para el fortalecimiento de las familias y de los matrimonios, donde todo el mundo es aceptado, incluso una pareja del mismo sexo. “Esa es precisamente la idea”, afirma.

En una provincia en la que el 25% de los votantes se consideran evangélicos, lo que hace Guevara es solo un ejemplo de la influencia que pueden llegar a tener los pastores y líderes evangélicos que se involucran en la política local.

Para mostrar la relación que existe entre la religión evangélica y la política a nivel local, La Voz de Guanacaste, en alianza con el Semanario Universidad, entrevistó a líderes locales y nacionales de partidos confesionales —que tienen como base social e ideológica a un grupo religioso—, a pastores que tienen o tuvieron relación con el partido Restauración Nacional en el 2018 y  académicos y especialistas que han estudiado esta relación en el país.

Mientras algunos líderes nacionales tratan de hacer ver su rechazo al uso de las iglesias como plataforma política, en Guanacaste se configura un tetris mucho más complicado, que por ahora no parece seguir un patrón. En el reporteo encontramos desde un candidato evangélico que promete impulsar estrategias para fortalecer a la familia tradicional de hombre y mujer, hasta líderes pastorales que prefieren desmarcarse por completo de las elecciones a pesar de haber participado en la campaña del excandidato Fabricio Alvarado en el 2018, el primer evangélico que llega a una segunda ronda para luchar por la presidencia de la República en el país.

1%Los partidos evangélicos obtuvieron menos de un 1% de los votos en Guanacaste durante las elecciones presidenciales y municipales antes del 2018

Los reportajes forman parte de una investigación colaborativa con el apoyo de Columbia Journalism Investigation (periodismo investigativo de la Universidad de Columbia) llamada Transnacionales de la Fe, que busca explicar la influencia de la religión evangélica en la política de Latinoamérica.

Las investigaciones revelan que los partidos evangélicos suelen tener una fuerte  influencia en políticas públicas que van en contra del matrimonio igualitario y otros derechos para las personas sexualmente diversas, la educación sexual, la fertilización in vitro y el aborto legal, así como la oposición a los proyectos de estado laico (que buscan eliminar la religión de la Constitución). Costa Rica y Guanacaste no son la excepción.

El “botín político” de las iglesias

El presidente de la Alianza Evangélica Costarricense (AEC), Rigoberto Vega, reveló en una entrevista con La Voz de Guanacaste su oposición a que los líderes evangélicos se involucren en política electoral.

“Me preocupa la participación de la iglesia, de los líderes en la política partidaria. Eso es algo en lo que no deberíamos involucrarnos. Ni mucho menos facilitar nuestros recursos, infraestructuras, púlpitos o nuestros servicios”, dijo.

Según Vega, el pronunciamiento oficial de la Alianza todavía está en redacción, pero desde ya está visitando las comunidades para conversar con pastores y otros líderes y comunicarles lo que piensa la Alianza.

La AEC alberga, según Vega, el 85% de las iglesias evangélicas del país. En el 2014 y en el 2018 el Tribunal Supremo de Elecciones condenó a la organización por utilizar su plataforma religiosa para pedir el voto por los candidatos que se apegaran a los valores cristianos.

A Nicoya vino a finales de mayo y en su Facebook muestra que está en contacto constante con líderes de iglesias de todas las localidades. No es el único pastor influyente que ha dado este tipo de declaraciones.

En entrevista con Semanario Universidad, el pastor Carlos Chavarría, líder de la iglesia G 3:16 contó que él mismo fue quien colocó a miembros de su iglesia en la cúpula de la campaña de Fabricio Alvarado, aunque ahora opina que está en desacuerdo con que  “un cristiano que tenga un llamado (espiritual) sea político”.

Empresarios, profesionales, políticos y deportistas famosos se han acercado a Chavarría para pedirle consejo: Ottón Solís, los ex presidentes de la república Óscar Arias Sánchez y Miguel Ángel Rodríguez. También el actual entrenador del Saprissa Walter Centeno y el diputado Carlos Avendaño.

A cientos de kilómetros de las oficinas de estos líderes de San José, el candidato por el Partido Restauración Nacional para Santa Cruz, Diego Contreras, atiende a La Voz de Guanacaste. Sentado en una banca de una panadería, explica su visión sobre la relación que debe existir entre la religión y la política electoral.

Las iglesias son autónomas. Hay un líder ahí que define las cosas. Por ejemplo, yo puedo hablar con un pastor. Yo puedo conversar con los hermanos, llegar a una iglesia y [que] me inviten a predicar. Y si el pastor quiere, en un momento me dice: ‘si quiere usted anuncie que es candidato a alcalde’, lo puedo anunciar. Nada más. Pero no puedo hacer pancartas ni nada de eso. Sí puedo anunciar que soy candidato a alcalde, que eso no es pecado ni tampoco perjudica a ninguna iglesia ni a mi persona”, dice el candidato.

Contreras es pastor de una iglesia evangélica en Villareal de Santa Cruz y asegura que jamás ha dado un sermón para fortalecer su campaña política ni lo hará.

“Está prohibido por el partido”, dice. Sin embargo, no tiene reparos en aseverar que continuará siendo pastor sin importar si resulta electo como alcalde. “Si a mí me pusieran a escoger: don Diego, qué prefiere, ¿la alcaldía o Dios? Dejo a un lado la alcaldía y me voy con Dios”.

Imagen tomada del facebook oficial de Diego Contreras

Fue uno de los primeros precandidatos de la provincia en anunciar su interés político y asegura que tiene la bendición de sus líderes evangélicos y de su jefa en la provincia, la diputada por el partido Restauración Nacional Mileydi Alvarado.

De hecho, la diputada opina que los líderes religiosos tienen todo el derecho a involucrarse en política. Que en su caso, tener una religión no tiene ninguna influencia más allá de los “principios y valores” que profesa su partido.

Alvarado, por ejemplo, apoya la reforma a la Constitución Política para proteger la inviolabilidad de la vida humana desde la fecundación y la declaración del día nacional de la vida antes de nacer. También apoya el proyecto de ley para la libertad religiosa y de culto y el fortalecimiento de la asociación Obras del Espíritu Santo con fondos de la Junta de Protección Social.

En Liberia, el administrador de empresas Jeffry Esquivel fue ratificado en junio pasado como candidato a alcalde por Restauración Nacional para los comicios del 2020. Aunque no es líder evangélico, asiste a una iglesia de esta denominación. Dice que la religión solo tendrá influencia en sus “principios y valores” como por ejemplo, el fortalecimiento de la familia siendo “inclusivos” de todas las religiones.

Cuando me refiero a inclusivo me refiero a lo que está basado en la constitución de Costa Rica que menciona hombre y mujer como familia. Yo hasta ahí puedo llegar porque yo respeto las leyes de Costa Rica”, explica el candidato.

En el 2018, con la explosión de la campaña de Fabricio Alvarado, pastores de toda la provincia se volcaron a apoyar al candidato.

Uno de ellos fue el pastor de la iglesia Oasis de Esperanza en Nicoya, Marco Quesada, quien hoy prefiere desmarcarse de todo comentario político y asegura que solo estuvo involucrado en la campaña de Fabricio Alvarado durante un mes y que luego desistió por la cantidad de obligaciones que tenía en su propio trabajo.

“Lo hice por apoyar a la federación de pastores de Nicoya”, dice. Su colega, la pastora Anabelli Madriz fue quien presidió la campaña de Restauración Nacional para el cantón y hoy lo hace para el partido nuevo Nueva República —liderado por Fabricio Alvarado luego de su ruptura con Restauración Nacional—, pero prefirió no dar declaraciones, explicando que lo haría después, pues su partido está terminando de formalizar su conformación ante el Tribunal Supremo de Elecciones.

Cómo comenzó todo

Los partidos confesionales nunca habían alcanzado más de un 1% en comicios cantonales ni nacionales, según comprobó un análisis de datos de La Voz desde el año 1990. Pero en el 2016, Liberación Nacional y Restauración Nacional se unieron para la candidatura de Luis Fernando Mendoza, actual alcalde de Cañas, con el pastor Pablo Guevara como segundo vicealcalde. Este es quizás un entremés del éxito que surgiría dos años más tarde para el partido evangélico Restauración Nacional.

27%Porcentaje de votos obtenidos por Restauración Nacional en Guanacaste en la primera ronda de votaciones del 2018

El fenómeno en toda Costa Rica se desató en el 2018 y la historia ya es conocida: un video viral del candidato Fabricio Alvarado lo catapultó hasta la cima en las encuestas políticas de finales del 2017 y principios del 2018.

En el video, exclamaba con pasión que sacaría a Costa Rica de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que recientemente había emitido una opinión consultiva de acatamiento obligatorio en la que comprometía a los países de Latinoamérica a aprobar el matrimonio igualitario y el cambio de nombre de las personas transgénero en la cédula de identidad, entre otras medidas.

Sin embargo, varios académicos han explicado que ese triunfo no es tan repentino. Un mapeo del Programa Latinoamericano de Estudios Sociorreligiosos (Prolades) muestra que de 1983 al 2017 el protestantismo en Costa Rica pasó de conquistar un 8% de la población a un 25% en el 2017. Y aunque pocos, los diputados evangélicos también tuvieron participación en la Asamblea Legislativa desde 1998 y fueron logrando cambios positivos para sus iglesias.

Justo después de la primera ronda electoral, un panel elaborado por el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica y el Programa Estado de la Nación mostró que el 70% de quienes votaron por Restauración  en el país se identificaban como evangélicos y el 20% eran católicos.

Los estudios también muestran que muchos cantones con el mayor porcentaje de apoyo a Fabricio Alvarado en la primera ronda coincidían con los índices de desarrollo social (IDS) más bajos. En Guanacaste, un análisis de este medio muestra cómo La Cruz y Cañas, que tienen bajos niveles de IDS, votaron en mayoría por el candidato de Restauración. 

Las comunidades evangélicas han satisfecho una necesidad social, además de las creencias religiosas”, explica el presidente de Prolades, Cliffton Holland, quien lleva más de 40 años estudiando las religiones de Latinoamérica desde Costa Rica.

Se refiere a que es una religión más horizontal, con menos jerarquías y a la que pueden acudir para solventar sus necesidades no solo espirituales sino a veces económicas, sicológicas y hasta de trabajo.

En contraposición con la religión católica, explica Holland, “los pobres están buscando nuevas opciones y los evangélicos representan una sociedad más igualitaria donde cualquier persona puede ejercer un liderazgo por su talento natural”.

La guerra espiritual

La influencia evangélica en la política no es para nada nueva. La socióloga Laura Fuentes de la Universidad Nacional  explica en uno de sus artículos que la religión evangélica (y también la católica) tiene amplia experiencia en permear decisiones de la política pública a través de su agenda provida.

Como ejemplo cita la demora en aprobar la fertilización in vitro, los proyectos de ley para impedir el aborto y hasta recuerda el episodio del 2005 en el que el diputado de Restauración Nacional Carlos Avendaño se encadenó al Monumento Nacional luego de que el Ministerio de Salud cerrara 37 “iglesias de garaje” evangélicas.

De hecho, la intención del presidente de la Alianza Evangélica, Rigoberto Vega, es continuar comunicando sus mensajes a los políticos para influir en la política pública, pero alejarse del foco y la polémica electoral.

Fuentes y otros teólogos y estudiosos de las religiones explican que la politización de la religión a nivel partidario va de la mano de un movimiento llamado neopentecostalismo, que entre otras cosas promueve una “guerra espiritual” para derribar a los “demonios” que ocupan los puestos de poder para “conquistar a todas las naciones para Cristo”. Entre sus creencias están las “misas de sanación”, la teología de la prosperidad y algunas otras prácticas como hablar en lenguas.  

Si le parece conocido es porque el excandidato presidencial Fabricio Alvarado, su esposa Laura Moscoa y su pastor, Ronny Chaves, profesan esta fe. Según los investigadores, los neopentecostales nacieron de la clase media y adinerada de Estados Unidos, comenzaron su relación con el partido Republicano de ese país y financiaron varias campañas presidenciales, incluyendo la del actual presidente Donald Trump.

Guanacaste tiene una fuerte presencia de mega iglesias evangélicas llamadas Oasis de Esperanza, que son clásicamente neopentecostales. Sin embargo, el teólogo y sociólogo de la UNA, Alberto Rojas, explica que depende del líder de cada sede si siguen o no los lineamientos o los mezclan con otras tendencias.

Rojas explica que, sean neopentecostales, pentecostales o de otras ramas, los votantes evangélicos suelen identificarse con los candidatos que insisten en hablar de sus “valores cristianos”, como lo hicieron varios de los entrevistados para este reportaje.

¿Esto quiere decir que automáticamente tendremos más pastores o religiosos en la política local en Guanacaste? No necesariamente. El politólogo Felipe Alpízar, quien fue director del CIEP, explica que la división de Restauración Nacional y los últimos escándalos con respecto a la forma en que han manejado el dinero y las cuentas, le podrían pasar la factura en las próximas elecciones.

En un panorama en que la Alianza Evangélica hace un llamado a sus líderes para alejarse de la política electoral, esos quiebres podrían significar menos votantes, coincide el teólogo Rojas.

***

Esta nota forma parte del proyecto Transnacionales de la Fe, una colaboración de 16 medios latinoamericanos, bajo el liderazgo investigativo del Columbia Journalism Investigation de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia (Estados Unidos).  Los siguientes socios latinoamericanos son: Agencia Publica (Brasil); El País (Uruguay); CIPER (Chile); El Surtidor (Paraguay); La República (Peru), Armando.info (Venezuela); El Tiempo (Colombia); La Voz de Guanacaste y Semanario Universidad (Costa Rica); EL Faro (El Salvador); Nómada y Plaza Pública (Guatemala); Contracorriente (Honduras); El Centro de Investigación de Puerto Rico; Mexicanos contra la Corrupción (México); y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, CLIP.

También contribuyeron con este reportaje las periodistas: Andrea Rodríguez, Noelia Esquivel, Angélica Castro y Emiliana García; el fotógrafo César Arroyo y el diseñador Roberto Cruz. El resto de integrantes del equipo de La Voz de Guanacaste lo completan Jennifer Vega, Jessie Ramos, José Pablo Román y Margarita Quesada. 

Comentarios