Investigadores del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional (UNA) afirmaron que los agroquímicos no han sido descartados como uno de los factores que podría causar la Enfermedad Renal Crónica de origen no-conocido (ERCu) en Guanacaste y que, por lo tanto, requieren ser investigados.
La declaración del IRET surgió como reacción a las afirmaciones hechas por Martín Zúñiga, Director Regional de Centroamérica y el Caribe para CropLife Latin America, quien negó que dicha enfermedad, que padecen tantas personas en la provincia de Guanacaste, fuera producida por plaguicidas.
«No es correcto; no puede hacer una aseveración así», dijo Luisa Castillo, directora del IRET-UNA, al ser consultada por la Voz de Guanacaste, sobre lo que dijo Zúñiga.
El directivo de CropLife Latin America indicó que ellos «como industria», tienen sus propios estudios; «pero no queremos basarnos en esos estudios para demostrar que la insuficiencia renal crónica no es producida por los plaguicidas».
Se le solicitó a Zúñiga dichos estudios pero hasta la fecha de cierre no obtuvimos respuesta al respecto.
En el artículo «Uso de herbicida podría estar asociado a muertes por problemas renales en Guanacaste«, publicado por la Voz de Guanacaste en junio, se explica un posible vínculo entre el uso de herbicida glifosato, las zonas donde el agua tiene arsénico y metales pesados con el alto índice de muertes por enfermedades renales en Guanacaste.
Posteriormente, en el artículo «Industrias agroquímicas aseguran que no hay relación entre herbicida y enfermedad renal» Zúñiga se enfocó en apuntar que el IRET ha realizado muchas investigaciones a largo plazo en este campo.
Sin embargo, Castillo aclaró que el IRET ha realizado investigaciones en el campo de plaguicidas y su relación con el cáncer y con enfermedades crónicas; pero que apenas se están iniciando las investigaciones sobre IRC de origen no conocido.
En un comunicado oficial enviado por el IRET se enfatizó: «En Costa Rica no existen investigaciones publicadas sobre la exposición humana a plaguicidas y la incidencia de la Enfermedad Renal Crónica de origen no-conocido (ERCu)».
En la entrevista otorgada a este medio, Zúñiga dijo que las investigaciones del IRET habían concluido que esta enfermedad «es un problema de origen multifactorial en donde los plaguicidas no son ni están considerados entre los primeros en interés como responsables de la enfermedad».
En su comunicado, efectivamente el IRET destacó que «hasta la fecha, hay un consenso científico de que la ERCu probablemente sea una enfermedad multi-causal con interacción de diferentes factores de riesgo». Pero citan un consenso científico; no investigaciones propias específicas ni hechas a nivel nacional.
Castillo dijo que ella también participó en la reunión First International Research Workshop on Mesoamerican Nephropathy, realizada en San José en el 2012, donde se abordó esta problemática. «La mayoría de los expertos que vinieron de otros países lo expusieron así y se llegó a ese consenso, de que la ERCu probablemente sea causada por múltiples factores; pero no se ha descartado que los plaguicidas jueguen un papel».
Los factores podrían ser la deshidratación crónica en condiciones de mucho calor, posiblemente con exposición a algún contaminante ambiental, algún agroquímico, metal pesado, o inclusive ser algo no identificado aún.
Los investigadores del IRET también resaltaron que «las personas con enfermedad renal crónica deben ser protegidas de toda exposición tóxica que pueda empeorar su salud y función renal y que el IRET apoya las políticas de regulación e intervenciones en los lugares de trabajo para limitar la exposición a plaguicidas».
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