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Estudio indica que Efectos psicológicos del terremoto en Nicoya siguen vigentes en los jóvenes

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Después de más de tres años de ocurrido el terremoto en Nicoya la afectación psicológica en la población aun muestra sus signos negativos, de acuerdo con un estudio realizado por expertos de la Universidad Estatal A Distancia (UNED) con estudiantes del Colegio Técnico Profesional (CTP) de Mansión de Nicoya.

El estudio fue liderado por Benicio Gutiérrez, científico del área psicosocial de la UNED sede San José, en junio del 2013, basado en la teoría conservación de recursos la cual supone que los seres humanos suelen presentar una reacción psicológica ante la pérdida de recursos materiales ó inmateriales.

El estudio tiene el objetivo de medir los efectos post traumáticos provocados por la pérdidas económicas que provocó el terremoto de Nicoya del 2012 en la población juvenil, y preparar las bases a nivel institucional para dar respuesta a esas afectaciones.

“Como todo estudio científico, nosotros nos basamos en una teoría que indica que los pueblos poseen una gama de recursos, sean materiales o inmateriales, y que la pérdida de esos recursos puede desencadenar en un deterioro o erosión de la salud física y mental sino afrontamos esa pérdida de una manera adecuada”, explicó Gutiérrez.

Según Gutiérrez, existen una serie de síntomas que pueden derivar en deterioro de la salud tales como ansiedad, estrés, somatización o problemas en la piel y depresión, después de ocurrido un desastre natural como huracanes, inundaciones, terremotos, Tsunamis, entre otros.

Para efectos del estudio se  tomó como muestra 554 jóvenes del Colegio Técnico Profesional de Mansión de Nicoya. La mayoría de los jóvenes entrevistados que dijeron tener pérdidas materiales totales y pérdidas parciales mostraron un mismo nivel de afectación en la parte psicológica, tales como la sensación de re experimentar el evento, sentirse a la expectativa o vigilante a que vuelva a ocurrir, ó la tendencia de evadir mentalmente la situación.

El 57% muestran trastornos somáticos, 46% trastornos sicosomáticos, 23% problemas músculo-esqueléticos, 16% problemas en la piel, 5.15% trastornos cardiovasculares y el 3% problemas óseo-motores. 

Otras de las manifestaciones que se logró comprobar en los jóvenes es la pérdida de la capacidad para dormir, pérdida de la motivación para emprender sus tareas, dijeron haber perdido la paz y el sentido del humor, además mostraron altos niveles de nerviosismo e inquietud de forma permanente.

También, los jóvenes se quejaron del escaso apoyo recibido, incluso dos años después de ocurrido el terremoto.

De los agentes sociales como familiares, amigos, grupos e instituciones solo recibieron apoyo, ayuda o algún consejo de parte de familiares, de los demás agentes dijeron recibir muy poco apoyo o ninguno. 

Para Gutiérrez las instituciones no están preparadas para brindar respuesta a este tipo de crisis.

“Resulta que las instituciones no están preparadas ni saben cómo hacer para brindar apoyo en estos casos, por lo que vale la pena entrenarlas de modo que puedan crear una movilización de redes sociales que permita atender a las personas afectadas por diversos fenómenos naturales y darles el respectivo seguimiento”,  dijo Gutiérrez.

Gutiérrez dijo que está coordinando con TanniaTanchez, directora del Área Rectora de Salud de Nicoya, con tal de realizar una movilización de personal en psicología y farmacodependencia para dar seguimiento con ayuda profesional a los jóvenes del CTP de Mansión.

Así mismo, para el 2016, Machael Picado estudiante de la Universidad de Costa Rica (UCR)realizará su tesis en Maestría en dicho centro educativo, con el objetivo de llevar apoyo clínico-terapéutico a los jóvenes estudiantes. 

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