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Histórico templo de San Blas en Nicoya reabrió sus puertas

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“¡Bomba! Chim pom y se vino un mecatazo, un 7.6 en Nicoya que fue un riendazo que nos dejó azurumbados y con el templo hecho pedazos, pero mi tierra aguanta meniones por montones, sino pregúntele a San Blas y a la Lupita que son los patrones de esta tierra de bendiciones y alegría inmensa…”

Con esta retahíla el nicoyano Farid “Pilón” Nema nos recuerda el terremoto de Sámara ocurrido en 2012, evento que dejó seriamente dañado un importante edificio patrimonial de los costarricenses: el templo de San Blas de Nicoya.

El antiguo edificio se mantuvo cerrado por casi siete años, pero luego de la inversión de 670 millones de colones, por parte del Centro de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud, volvió a abrir sus puertas a la comunidad, así como a los turistas que a su paso por Nicoya lo visitan.

Su rehabilitación incluyó tres etapas de reforzamiento estructural, la última de estas finalizó en julio pasado, justamente para celebrar la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica.

Durante las investigaciones arqueológicas preliminares encontraron diferentes objetos, algunos de tipo cerámico, así como individuos enterrados según fue la tradición en la Colonia. También, descubrieron los cimientos del templo de 1644, por lo que se optó por dejar dos “ventanas” para que el público visitante pueda observarlos, además de un “testigo” donde se aprecia el calicanto y, al lado, la fibra de carbono utilizada en la restauración. Una exposición con siete paneles informa al público sobre la historia y los trabajos realizados.

Desde el 24 de julio por la noche, día en que reabrió sus puertas, la antigua y querida ermita continúa siendo el epicentro de la ciudad de Nicoya, de sus fiestas patronales en honor a San Blas cada 3 de febrero y de las de Nuestra Señorita La Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre; de alegres mascaradas, juegos de pólvora, procesiones y un sinnúmero de festividades y tradiciones que la hacen un ícono de la comunidad y de Costa Rica; un valioso patrimonio histórico-arquitectónico que perdurará por muchos años -o siglos- más.

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