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De acuerdo con Brenda Bombard, que dirige el refugio, los monos capuchinos, a diferencia de los monos Congo que son comunes en la zona, son “hiperactivos, muy fuertes y pueden ser rápidos para perder los estribos y morder.”
Bombard ha recibido informes de que la gente ha estado alimentando a los capuchinos, y que inclusive les han animado a entrar en porches, patios y en las zonas de origen abierto. “La gente no debe darles de comer,” Bombard dice, “Hay un mucho alimento en la selva para comer, ellos no van a morir de hambre, ya que se puede comer de todo.”
De hecho, los capuchinos son consumidores de carne, por lo tanto, tienen los dientes afilados y son agresivos. En comparación, los monos aulladores son vegetarianos. De todos modos, ella dice que no hay necesidad de hacer daño a los capuchinos, y añade, “observar y disfrutar de ellos, pero no excitarlos”.
El hábitat habitual de los capuchinos en Guanacaste, de acuerdo a Bombard, es la zona profunda con bosque espeso que hay en las colinas en las afueras de Playa Guiones. Porque la comida es abundante donde suelen habitar, es inusual y difícil explicar por qué se mudaron de su hábitat a esta área donde se han integrado en una familia de monos aulladores. Tambien se encontraron dos capuchinos como mascotas. |