Los trabajadores del ICE trabajaron durante un mes aislando cables dentro de la comunidad de Guiones.

"Solo los monos bebes son los que tienen la mayor posibilidad de volver al bosque y es muy frustrante saber que, una ves curados y adaptados a su ambiente natural, el riesgo de volver a electrocutarse sigue estando presente. "

La transmisión de energía sostenible es ahora una realidad para la comunidad de Nosara.

Los monos de Nosara tiene motivos para celebrar: el Instituto Costarricense de Electricidad (I.C.E.) está cambiando los cables eléctricos de alta tensión descubiertos, por cables semiaislados, una medida que puede salvar cientos de vidas de animales silvestres.

En este pequeño pero progresista país llamado Costa Rica, un 95% de la electricidad se considera “limpia”, quiere decir que se emiten pocos o ningún gas de efecto invernadero durante el proceso de su generación. Alrededor de un 80% es energía hidroeléctrica, complementado con geotérmica y eólica. Sin embargo, la manera en la que se transmite esa energía “limpia” también puede causar serios impactos negativos en los ecosistemas naturales.

El mayor problema con los cables superficiales es que muchos animales arborícolas los confunden con ramas o bejucos, se electrocutan cuando los tocan y, si tienen suerte, mueren. Desgraciadamente, muchas veces quedan vivos pero severamente quemados y deformados, a la merced de automóviles, perros sueltos o algún alma caritativa que los atienda. Sin embargo, hay una solución viable al problema: la instalación de cables eléctricos semiaislados.

Los Congos necesitan de su grupo familiar al igual que los seres humanos. Cuando son heridos y sin su familia, las defensas de su cuerpo bajan y son propensos a contagiarse virus y bacterias, haciendo que la recuperacion sea todavia mas dificil.

En el caso de este mono adulto, la cara fue quemada completamente. Las posibilidades de recuperacion son casi nulas.

En este aún más pequeño y, tal vez, aún mas progresista pueblo llamado Nosara, un sitio con poblaciones importantes de animales silvestres arborícolas, estamos siendo testigos de los primeros pasos de la transmisión sostenible de energía. El I.C.E. está reemplazando 20 kilómetros de los viejos cables descubiertos por cables semiaislados. A pesar de que persiste el impacto visual, al menos los animales no se electrocutan y eso es un enorme avance hacia la sostenibilidad en el servicio.

El I.C.E ya ha reemplazado, o enterrado, cientos de kilómetros de cables en áreas protegidas, como por ejemplo los Parques Nacionales. El problema es que las electrocuciones accidentales de vida silvestre no se contemplaron para las zonas fuera de áreas protegidas, por lo que no se consideró necesaria la instalación de cables semiaislados. Existen en Costa Rica todavía muchos pueblos rurales que, al igual que Nosara, tienen poblaciones grandes de animales silvestres tratando de convivir con sus vecinos humanos. Desgraciadamente, esta relación ha ido en detrimento de las poblaciones de animales pues están expuestos a peligros como cables eléctricos, perros y automóviles, entre otros. Fue hasta que la comunidad se organizó, recolectó pruebas irrevocables de lo que estaba sucediendo y lo expuso al I.C.E, que se hizo conciencia del problema y se justificó la inversión en el nuevo cable.

Estos 20 km de cable semiaislado, considerado apenas el comienzo de lo que se debe de hacer, se lograron luego de años de incansable e incondicional labor de Brenda Bombard, Vicky Coan y una larga lista de veterinarios, biólogos, periodistas, voluntarios y vecinos conscientes que, cansados de ver animales silvestres sufriendo un su comunidad, exigieron una solución. Pereciera como un logro digno de celebración, y lo es. Sin embargo, ya los vecinos están pensando en los muchos cientos de kilómetros que aún restan por cambiar otras áreas sensibles para animales silvestres.

De parte del I.C.E., es un comienzo muy positivo pero la realidad es que esto es apenas el comienzo de la maratónica labor que se presenta para los próximos años: lograr que todas las líneas de alta tensión y todos los transformadores que se encuentren en áreas sensibles a la vida silvestre, sean sostenibles. Son miles de kilómetros, que significaría una inversión de recursos enorme. I.C.E esta invirtiendo solamente en este proyecto cerca de unos doscientos diez millones de colones una ves que el proyecto este terminado. Afortunadamente, al mismo tiempo generaría empleo, le daría una imagen muy positiva al país en la comunidad internacional y, lo mejor de todo, salvaría la vida a miles de animales silvestres.

Ahora más que nunca el I.C.E. necesita una imagen positiva ante los costarricenses. En el recién abierto mercado de las telecomunicaciones, tendrá que competir contra gigantes transnacionales y una buena imagen de servicio sostenible le da una ventaja importante. Estos esfuerzos también se pueden enmarcar dentro del programa “Paz con la Naturaleza” del presente gobierno y de su intención de ser carbono neutrales para el año 2021.

Para Brenda Bombard la respuesta del I.C.E es “una bendición” ya que finalmente sus esfuerzos y los de el equipo con el que trabaja, están siendo recompensados. “Solo los monos bebes son los que tienen la mayor posibilidad de volver al bosque y es muy frustrante saber que, una ves curados y adaptados a su ambiente natural, el riesgo de volver a electrocutarse sigue estando presente. Solo que ya no son bebes y sus posibilidades de sobrevivir son drásticamente menores”. Steve y Vicky Coan permanecen más escépticos. “No queremos tener muchas expectativas con todo este trabajo del I.C.E por que ellos nos prometieron aislar los cables en el 2007 y no sucedió, así que ahora vamos a colaborar en lo que podamos pero sin ilusionarnos mucho”, sin embargo, el brillo en los ojos de Vicky dice que lo que mas hay dentro de ella es una gran ilusión. Esa ilusión de no ver más monos bebes huérfanos muriendo de tristeza.

Para mas informacion visite nosarawildlife.com