Escondida en Santo Domingo, en las montañas arriba de Sámara, se encuentra una impresionante catarata de aproximadamente 100 metros de altura que cae hacia una piscina de agua fría y limpia. La catarata se ubica en una finca propiedad de la familia Díaz, y Chong Díaz, quien nació hace 51 años, y quien lleva a la gente allí a caballo. Al preguntarle si la catarata tiene nombre Chong dice que no, pero luego decide llamarla Catarata Los Díaz.
Cerca de las 8:30 de la mañana salimos a caballo y cabalgamos por la arena a lo largo de Playa Sámara. En Matapalo dejamos la playa, cruzamos la carretera y subimos hacia Santo Domingo, siguiendo el camino montañoso hacia arriba y más arriba, acompañados por las vistas panorámicas de la costa de Sámara. Después de pasar algunas casas, somos tan solo nosotros y la belleza natural de la montaña. Los sonidos del silencio - hasta los monos congos colgando de los árboles no hacen un solo ruido. Solo se escuchan los pájaros cantando y el sonido de los cascos de los caballos sobre el camino de tierra. Los caballos están cubiertos en sudor y su respiración se ha vuelto pesada. No puedo tan siquiera imaginar cuantas veces tendría que parar a descansar yo si tratara de subir este camino empinado a pie y por eso me compadezco y admiro a estos caballos tan trabajadores.
Mas arriba la vegetación cambia – no hay más que árboles de teca, creciendo rectos y alto. Chong recuerda cuando la montaña estaba cubierta con gran variedad de árboles frutales como la guayaba y el aguacate, junto con palmeras y potreros. Pero ahora la teca se cultiva comercialmente.
Hemos estado montando durante una hora y 45 minutos, cuando escucho la corriente de agua. Poco después nos desviamos hacia la hierba alta, en donde no hay camino visible, pero Chong conoce esta tierra. Atamos los caballos a un grupo de árboles, en donde disfrutarán de un merecido descanso mientras nosotros continuamos a pie, saltando de una piedra a otra a través de un riachuelo, agachándonos bajo el alambre de púas. Si utilizara un camino fijo ya no sería natural y lo natural es más hermoso, explica Chong.
|