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La Anexión… deuda histórica de Costa Rica

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Una vez al año, el 25 de Julio, el país entero vuelve su mirada a Guanacaste y principalmente a Nicoya. Es durante este único día en que los medios informativos le dedican reportajes completos a la gesta histórica anexionista del Partido de Nicoya a Costa Rica.

Pero la cara bonita de la anexión tiene otra de mayores dimensiones y que siempre queda tapada por el esplendor de los actos protocolarios y la presencia del poder ejecutivo en tierras pamperas.

Desde el 2008 este medio, anteriormente con el nombre La Voz de Nosara, ha dado cobertura a las repetidas celebraciones de la Anexión y las visitas presidenciales a la Ciudad Colonial. Y todas son iguales: llenas de promesas a medio cumplir,y discursos cargados de demagogia que dejan un sentimiento de traición a las ilusiones de toda una provincia.

Podemos citar dos ejemplos concretos: uno es el proyecto de construcción de la torre médica del hospital de Nicoya, prometido desde el 2010 por Laura Chinchilla para comenzar a ser construida en el 2011, pero apenas abrieron el cartel de licitación para la obra en marzo de este 2013.

Otra es la promesa de asfaltar la ruta 160 que une a Nosara con Samara, causante de tantos problemas respiratorios en niños y ancianos, como también de varios accidentes de tránsito. De acuerdo a estadísticas del EBAIS en Nosara, esta unidad médica atendió el mes de enero del 2012 a 186 pacientes, en su mayoría niños, con algún tipo de complicación respiratoria, lo que equivale a un promedio mensual de 6 personas diarias.

En el 2009, el ex presidente Oscar Arias, prometió que los fondos estaban listos y que llegarían de un prestamo hecho por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El gobierno de Arias, inclusive aclaró que solo había que esperar los planos, pero en abril de este año los pobladores de la costa recibieron un baldazo de agua fría tras la noticia dada en Casa Presidencial por Luis Antonio Aiza, diputado del PLN, donde anunció que el dinero nunca existió o por lo menos ya no está.

Estas son solo dos de una larga lista de promesas sin cumplir, y que cada 25 de julio se vuelven a prometer por presidentes, ministros y diputados. Entonces, no es de extrañar que en los últimos años las manifestaciones hayan aumentado en todo el país y Guanacaste no ha sido la excepción. 

Un ejemplo fue la manifestación hecha por Marcos Jiménez, alcalde de Nicoya, quien cansado del abandono de las rutas nacionales del cantón, decidió armar “escandalo” al no recibir oficialmente a la mandataria Laura Chinchilla y lanzarse a las calles en protesta durante las celebraciones de la Anexión en 2012. Su postura, alabada por algunos y criticada por otros, logró poner a Nicoya en los titulares de los medios nacionales y al menos el país habló de Nicoya por más de un día.

¿Y qué se puede esperar para el 25 de Julio de este año? Por el lado del gobierno, no mucho pues Chinchilla termina su periodo como presidenta en mayo del 2014, por lo que podría alegar la falta de tiempo para efectuar obras.

Por el lado de los guanacastecos, las frustraciones acumuladas de ver como pasan los años y todo sigue igual ha llegado a su límite. Es asi como las comunidades costeras y otras organizaciones amenazan con realizar una manifestación sin precedentes para el próximo 24 y 25 de julio, en donde ni siquiera se le permitiría ingresar a Guanacaste a Chinchilla y a sus acompañantes.

Desde este editorial queremos dejar claro que entendemos los sentimientos de los guanacastecos. La protesta pacífica, con respeto y sensatez, es un medio por el cual se puede llamar la atención de los actores del gobierno hacia los problemas y empezar a entablar diálogo y acciones concretas para remediar la situación. 

Ni Nicoya ni Guanacaste merecen ser noticia nacional únicamente los 25 de Julio.

La provincia le ha anexado voluntariamente a Costa Rica su legado cultural, económico, histórico y social. Es una deuda histórica pendiente. Los guanacastecos merecemos más.

Así lo recuerda la vieja canción…“Guanacaste tu historia y tu empeño Costa Rica no debe olvidar cuando alzó el estandarte Briceño “¡De la Patria por nuestra voluntad!”.

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