Regional, Nosara

La construcción de “muertos” no se recomienda en caminos de lastre

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La cantidad excesiva de polvo que levantaban los vehículos a lo largo de la carretera en Guiones, Nosara, ocasionó que un grupo de vecinos instalará reductores de velocidad o “muertos” a lo largo del camino de lastre entre Giardino Tropical y The Village, pasando por el Frog Pad y el Gilded Iguana. Sin embargo, otro grupo de vecinos objetó la medida y presentó una queja ante la Municipalidad.

El martes 10 de diciembre, representantes de la Municipalidad de Nicoya viajaron a Guiones para supervisar la demolición de los 12 “muertos”, pues estos se habían colocado sin permiso ni estudio previo. Steven Alfaro Arnáez, promotor social de la Municipalidad, dijo que identificar a los responsables de la construcción de los “muertos” era imposible, pero que gracias al material con que se hicieron se pudo arreglar un tramo de la calle.

Para instalar un “muerto” en cualquier calle es necesario tener un estudio técnico por parte del Departamento de Ingeniería de Tránsito del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT), en coordinación la Unidad Técnica Vial de la Municipalidad.

Según José Miguel Calvo Espinoza, ingeniero civil a cargo del Departamento de Ingeniería de Tránsito de Nicoya, la petición para colocar un “muerto” debe hacerse por escrito y debe llevar la firma de más del 50% de los vecinos del área.

Una vez recibida la petición, el Departamento de Ingeniería de Tránsito programa una visita al lugar para realizar un estudio técnico; luego se procede a analizar cuestiones como curvas, que la distancia entre intersecciones y entradas no sean menores a 25 metros y si la carretera está pavimentada.

Calvo explicó que usualmente no se autoriza la construcción de muertos en caminos de lastre, pues estos deben estar propiamente demarcados y resulta imposible pintarlos si están hechos de tierra. Por otro lado, los “muertos” hechos de asfalto o concreto se dañan con mayor facilidad en caminos de lastre. “La inversión se pierde”, dijo.

Calvo admitió reconocer la frustración que pueden sentir los vecinos cuando se reparan las carreteras durante el verano: sin huecos que les obligue a disminuir la velocidad, los vehículos tienden a transitar a grandes velocidades, lo que resulta problemático en centros residenciales. “La solución se convierte en un problema”, Calvo aceptó.

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