La campaña de vacunación contra el COVID- 19 comenzó en Nicoya el lunes 11 de enero a eso de la 1 p. m. dentro del hospital de la Anexión. A diez meses del inicio de una crisis sanitaria que cambió por completo la forma en que mirábamos el mundo, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) inmunizó a las primeras 15 personas en el cantón, todos parte de la unidad de Cuidados Intensivos y la unidad COVID del hospital. Todos han visto desde la primera línea las consecuencias letales del virus.
Así, la institución inició en Guanacaste una campaña histórica, enfocada en reducir los contagios de la enfermedad mediante la vacunación a todas aquellas personas con el mayor a riesgo a adquirirlo o infectar a otros. En este primer grupo, la prioridad es el personal de Salud, personas de la tercera edad viviendo en hogares de larga distancia y el personal que trabaja en dichos centros.
Desde el inicio de la pandemia, el Ministerio de Salud reporta 1.683 casos positivos de COVID-19 en el cantón de Nicoya. De esos, 27 personas han muerto. Por eso en el corto plazo, dice el médico asistente Óscar Méndez, la vacuna le da mayor tranquilidad a todo el personal de Salud que convive con las personas detrás de esas cifras diariamente.
Profesionales que al final del día cuando regresan a sus hogares, siguen siendo personas. Entre atender todas las necesidades de sus pacientes y tratar de seguir todos los protocolos de seguridad necesarios, le dedican más de 14 horas de su día al COVID y aún teniendo la desinfección como rutina diaria, viven con el temor de contagiar a sus seres queridos.
Méndez es uno de los 15 vacunados, pues trabaja en el área de urgencias relacionadas a la pandemia. En este momento está reemplazando al director médico del hospital debido a que está de vacaciones.
Es de tez morena y su cabello está cubierto de canas desvelando la muestra de los años de experiencia en el campo. Detrás de su mascarilla quirúrgica N95, el mismo tipo que han usado los profesionales de Salud durante estos meses, están las marcas semipermanentes de los cubrebocas y unas ojeras profundas. Los números altísimos de casos COVID que oímos en las conferencias, significan horarios laborales interminables para asegurar la vida de los demás.
Es una situación tensa diariamente dentro del hospital”, dijo.
Los hospitales de Guanacaste experimentan retos únicos como el tiempo de distancia que hay a la capital. Estos desafíos quedan en evidencia con el traslado de las vacunas, pues la Caja debe asegurarse que durante todo el tiempo de viaje estas mantengan las temperaturas correctas. De no ser así, la dosis no surtirá efecto. Aún así, para el doctor esos inconvenientes técnicos son mínimos en comparación a los beneficios que la provincia experimentará.
En total, la región Chorotega recibió 1.600 vacunas. De estas, la Caja entregó 200 dosis exclusivas para el personal de La Anexión.
Por otra parte, la institución envió otras 950 dosis para la red de Áreas de Salud de Liberia, Nicoya y Upala. Estas vacunas serán usadas en funcionarios de la institución, trabajadores, adultos mayores de hogares de larga estancia y personal de primera respuesta como Cruz Roja, Bomberos y cuerpos policiales.
Todo el personal experimenta tanto física como emocionalmente el aumento de pacientes. Una rutina que según él no variará tras la vacuna. En todo caso, la crisis del COVID solo les enseñó que pueden salvar vidas y mejorar la calidad de otras, en mayor cantidad.
No va a cambiar en nada (la rutina). Es más, estamos viendo la posibilidad más bien de que el hospital en algún momento se convierta en un hospital dual, que nuestras camas puedan ser utilizadas por pacientes que necesiten de un espacio hospitalario que no haya en otras unidades y que nosotros ahora podamos atenderlos”, afirmó.
Méndez afirmó que los protocolos de limpieza tampoco van a variar en el hospital, pues la pandemia no terminó. “Las medidas de contención, distanciamiento, lavado de manos, uso del cubrebocas son factores muy importantes, además de colocarse la vacuna”, recordó.
Aunque ninguno del personal de Salud esperaba vivir una crisis sanitaria mundial, el COVID llegó a reforzar que escogieron la carrera correcta. Una profesión que al final, exige sacrificios que ellos toman sin dudarlo. La vacuna es un recordatorio, un aliciente, que todos estos meses de batalla valieron la pena, que las marcas en sus rostros por las mascarillas y que la distancia que deben tomar de sus seres queridos significa algo y lo seguirá significando.
Para esta nota colaboró el fotoperiodista César Arroyo
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