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La evolución de la comida ambulante: Food Trucks en Guanacaste

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¿Quién alguna vez compró un helado a los señores que pasan con un carrito al frente de las casas? ¿O tomado una pipa fría de los señores que pasan en bicicletas? ¿O comido una empanada de frijol a la salida de la escuela de la señora que llegaba con su canasta con ruedas?.

Si recuerdan bien, los carritos eran básicos: una refri o canasta montada en una bici y listo, pero ahora la cosa se puso más seria y gracias a la tecnología y a la creatividad de algunos, de la bicicleta nos fuimos a los camiones llamados en inglés como Food Trucks.

Nosara, que a pesar de estar metida en la selva y rodeada de monos,  está ofreciendo una variedad de Food Trucks. Uno de los primeros en instalarse en Nosara fue el “Go Juice”, del estadounidense Nick Fairman, en noviembre del 2014.

Tiene como cierto estigma de que es “cool” y de moda y que la gente debería  venir aquí a tomar jugos en el medio de la jungla de Costa Rica. No lo pueden creer”, dice Fairman.

GoJuice alquila un terreno privado por lo que tiene permisos municipales.

El carrito tiene un baño para empleados y clientes. Se conecta a la electricidad desde el medidor y también al agua. El truck cuenta con una refrigeradora, un congelador, lavamanos, extractor de jugos y licuadora y tuvo una inversión de ¢2 millones.

Otro en seducir a los consumidores es el JuiceCr, ubicado frente al Hotel Harmony desde hace dos meses y medio. El proyecto arrancó cuando los dueños: Manuel Quirós, Andrés Araya y Tziru Pérez buscaban una actividad económica, pues la oferta laboral en la actualidad es complicada.

Para los dueños, el Food Truck tenía que tener un diseño que fuera de bajo impacto ambiental, bajo uso de electricidad y generar pocos desechos.

Para la electricidad, el carrito tiene tres paneles solares que le genera una corriente de 12 voltios a las baterías y de ahí migra a los aparatos electrónicos como la refri y la bomba de agua. La refri es de 12 voltios, similar a la corriente que necesita el cenicero de un carro. La bomba puede cargar hasta 50 litros de agua.

Compraron la infraestructura en ShangHai, China, y tuvo un costo de $12.000, pues en Estados Unidos costaba casi el doble.

Además, para el sector de Playa Guiones se espera un crecimiento de este tipo de negocios, específicamente en el lote contiguo al restaurante Al Chile, como parte de la expansión del Hotel Harmony.

Tamarindo también se ha apuntado a la tendencia de los Food Truck. Por ejemplo, está “Eat my Taco” (Come mi taco) que tiene su lugar fijo en el mercado de productores cada sábado, aunque también se los puede ver durante la semana en diferentes puntos del pueblo, como al lado de la biblioteca.

O bien, está la Perfect Burger (hamburguesa perfecta) que está preparada desde una de esas camionetas VW que solíamos ver en películas de surf de los años 70s, y que según los comentarios de los clientes en TripAdvisor el nombre sí acierta con la hamburguesa perfecta.

¿Son legales?

Actualmente los Food Trucks, a pesar de ser una tendencia mundial, están luchando en contra de las leyes locales, al igual que ha sucedido con Uber.

Para que el Food Trucks funcione bajo la norma, debe operar desde una propiedad privada y solicitar un permiso de uso de suelo a la Municipalidad, como es el caso de Go Juice; sin embargo, parte del atractivo de estos carros es que se puedan desplazar por distintas  zonas.

De acuerdo con Christian Soto, del departamento de patentes de la Municipalidad de Nicoya, los Food Trucks son calificados como ventas ambulantes; sin embargo, en el caso de cantones que tengan un reglamento interno de patentes, ellos podrían modificar la norma para que los Food Trucks puedan solicitar una patente.  

También, como cualquier negocio comercial, los Food Trucks también deben cumplir con las normas del Ministerio de Salud.

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