Regional, Cultura

La parrandera y la marimba son algunas de las evidencias de nuestro origen africano

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En los últimos años, investigadores costarricenses han descubierto la riqueza histórica, cultural y social de las personas negras en Guanacaste: palabras, nombres de lugares y características musicales que han permanecido ocultos a través de la historia.

Es una invisibilización intencionada. La negritud fue siempre una población despreciada y esclava; nadie quería parecerse a los negros, explica la cantautora guanacasteca, Guadalupe Urbina, quien en su música ha incorporado la herencia africana.

Por eso, cuando pensamos en el aporte de la población afro a Costa Rica, debemos traer a nuestra mente no solo a la provincia de Limón, sino también a Guanacaste, que fue el primer lugar del país al que llegaron las personas negras durante el siglo XVI.

La historia revela que en esa época, los españoles que estaban conquistando Guanacaste enviaron a los indígenas de nuestro territorio a trabajar en las minas de Perú, aunque algunos pudieron escapar a las montañas de Matambú y otros lugares.  

Al mismo tiempo, los españoles trajeron mano de obra africana al país y al resto de Centroamérica.

La mayoría fue traída como esclavos de Congo y Angola, según la investigadora y catedrática de la Universidad de Costa Rica (UCR), Rina Cáceres.

En el marco de la celebración del Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense, queremos conmemorar que nuestras raíces guanacastecas tienen un componente africano que nos heredó mucho de lo que somos hoy y que, según los investigadores, aún falta por explorar y descubrir.

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