La palabra política a veces suena ajena a nuestra vida y a nuestra personalidad. Es común escuchar a cualquier vecino o amigo decir que no le interesa la política y hasta podría ser una posición suya o mía; sin embargo, no nos damos cuenta que la política la comemos a diario.
Cuando nos ahogamos del polvo que envuelve las calles de nuestro barrio, eso es política. Ese polvo responde a la falta de gestión de nuestros gobernadores y la despreocupación por temas de interés de salud.
El mal olor de la basura acumulada por no tener un servicio de calidad que recoja los desechos, también es política. El agua sucia en su casa, el camino en mal estado que transitan sus hijos para ir a la escuela, tener un lugar adonde llevar a su abuelo para tener actividades y envejecer con dignidad, todo es política. Todos los aspectos que vivimos día a día, son resultado de acciones políticas.
El próximo 7 de de febrero los ciudadanos tenemos la oportunidad de elegir quién será la persona encargada de administrar y liderar nuestro cantón, y por ende, no podemos elegir a ciegas al aspirante de la alcaldía.
La función de los alcaldes en nuestras comunidades son más importantes de lo que nos han hecho creer. Las tareas de los gobernadores locales van más allá de recoger la basura y procurar el aseado del parque central.
El trabajo de estos líderes debe ampliarse al desarrollo económico del cantón, a la gestión de proyectos comunales, a la ampliación de oportunidades laborales de sus vecinos y al cumplimiento de los derechos humanos que tienen cada uno de los pobladores.
Estos jerarcas tienen la posibilidad de dialogar con las diferentes instituciones públicas y privadas como crear alianzas con las empresas para lograr inversión y empleo en el cantón, trabajar con el Gobierno central— y también presionarlo— para generar más recursos, para aprobar proyectos de ley que son necesarios en este lugar del país, para aliarze con ministerios como los de salud, vivienda y turismo y generar estrategias que posicionen el cantón en un lugar atractivo para el comercio, turismo y una buena calidad de viva.
Por supuesto, no podemos ignorar la importante labor administrativa que deben ser capaces de asumir para que el aparato municipal no sea un detractor e impedimento a nuestros proyectos, si no más bien un aliado que apoye el emprendedurismo y el progreso del cantón.
Periódicamente debemos sacar de nuestra bolsa un dinerito para pagar los impuestos, motivo por el que debemos exigir cada vez más que esa plata se invierta de la mejor manera en nuestros barrios.
De acuerdo con el artículo 15 del Código Municipal, para ser alcalde solo se necesitan los requisitos de ser costarricense y ciudadano en ejercicio, pertenecer al estado seglar -no formar parte de ninguna orden religiosa-, y estar inscrito electoralmente, por lo menos con dos años de anterioridad, en el cantón donde ha de servir el cargo. Así las cosas, no hay mucho filtro para ocupar tan importante cargo, por lo que es responsabilidad de cada ciudadano elegir con seguridad y argumentos al mejor aspirante.
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