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La solución del 5%

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Para algunos de nosotros, el primer verso que recitamos de memoria fue aquel de “La Rima del Marinero”: “agua, agua, a todos lados, y ni una gota para beber”. En las playas de Nosara, cada vez que no llega agua a nuestras tuberías, no podemos evitar sentir un dêja vu al estar nosotros rodeados también de agua.

En una reunión especial de la ASADA el pasado 20 de diciembre, tan sólo 30 de los más de 250 afiliados se presentaron con la intención de informarse sobre el reporte que involucra, parcialmente, el posible futuro del ASADA “proyecto americano”.

La Voz de Guanacaste estuvo presente y reportó en sus titulares que “Estudio de Guiones y Pelada muestra 20 años más de agua”. El único problema con estas noticias tan positivas es que el estudio se basó en un crecimiento del 5% anual, calculando que el ASADA necesitará redoblar su capacidad dentro de 14 años.  

Sin embargo, el crecimiento actual es del 15% lo que significa que, a este paso, el ASADA deberá redoblar su capacidad en 4.66 años. Esto significa que la conservación, sin importar que tan cuidadosos seamos, no resolverá nuestro problema de escasez, y el aumento en las tarifas, voluntario u obligatorio, no logrará llenar el vacío entre la demanda y el abastecimiento con la velocidad actual de crecimiento.

Mientras escribo este blog entre Navidad y Año Nuevo, los cortes en el abastecimiento del agua han sido atribuidos a un uso total de la capacidad en Playas de Nosara, lo que es normal en esta época del año. Por lo tanto, aunque podamos disminuirlo a un crecimiento del 5%, los períodos “pico” podrían afectar nuestro principal ingreso económico, es decir, los turistas que pagan bastante para vacacionar con nosotros y que esperan los mismos servicios: agua para los inodoros, duchas y batidos.

Si queremos bajar nuestro crecimiento al 5%, necesitamos mejorar el sistema y reforzar los mecanismos que frenen el crecimiento urbanístico excesivo, reducir la relación área-suelo (FAR, por sus siglas en inglés, indica la relación que existe entre el suelo total de un edificio y el tamaño del área en el cual este se construyó), y también verificar que toda construcción este propiamente verificada y los impuestos bien pagados. Sin nadie que lo contenga, el crecimiento urbano descontrolado reduce el abastecimiento de agua, lo que reduce las posibles ganancias y devalúa las propiedades.

A pesar de lo que se cree, la Constitución Política de Costa Rica NO garantiza nuestro derecho al agua. En el título V de la Constitución, el artículo 50 señala que: “Toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”. El borrador de la Ley Hídrica nunca se ha terminado, al no poder resolverse las diferencias que existen sobre el derecho humano al agua.

Según el bufete Beverage & Diamond,

La Política Hídrica Nacional (la cual NO es una ley) incluye una serie de principios básicos para garantizar la apropiada administración de los recursos hídricos en el país, entre los cuales están: (i) derecho humano fundamental de acceso al agua potable y saneamiento básico; (ii) enfoque ecosistémico e integral del manejo del agua; (iii) prioridad del uso del agua para consumo humano ; (iv) unidad territorial de planificación y gestión; y (v) el principio contaminador pagador, con el cual el estado deberá garantizar la internalización de los costos ambientales y sociales de la contaminación de manera que dichos costos los asuma quién los provoca. Además, la Política Hídrica Nacional señala ocho áreas estratégicas de acción, muchas de las cuales se enfocan en establecer un Marco Administrativo que garantice el cumplimiento de estos principios.

El Marco Legal costarricense sobre las aguas, como lo es la Ley de Agua, prácticamente no ha sido modificado desde 1942. Vacíos legales (por ejemplo: el agua no se considera un derecho humano), crean confusión sobre las responsabilidades del estado y su rol, así como sobre la legalización de la política y un sistema fragmentado de administración hídrica.

La ASADA, basándose en un estudio de ingeniería en Playas de Nosara, ha estimado que el crecimiento del 5% permitirá un sistema hídrico estable. Sin embargo, todos debemos comprometernos para conseguir este porcentaje de crecimiento y cumplir con la Política Hídrica Nacional. Si el crecimiento es mayor, tendremos que sufrir y tolerar las consecuencias.

Me referiré más sobre este tema cuando se desarrolle una estrategia para la implementación.

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