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Lo que se necesita para montar un toro

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El primero de enero, a la sombra detrás del redondel en Sámara, los montadores se reúnen. Visten jeans y camisas azules con cuadros blancos que los identifican como miembros del grupo profesional conocido como Los Nicoyanos. Algunos permanecen de pie sosteniendo unos niños pequeños entre sus brazos mientras los demás se arrodillan en el suelo para una oración. Después de la oración, uno a uno sacan del sombrero el nombre del toro que deberán montar esa noche. Muchos de ellos deciden relajarse y matar el tiempo con un cigarrillo. En un rato, entrarán en grupo al redondel entre gritos de algarabía y juegos artificiales, dispuestos a dar a los espectadores el mejor espectáculo posible.

Los Nicoyanos es uno de los tres grupos de montadores profesionales manejado por Mauricio Arce Villareal, Israel Flores Stoviak y Royner Villalobos Moreno, un trío de socios de Nicoya. Alrededor de unos 45 montadores participan en al menos uno de los 3 grupos. Algunos incluso practican más de un estilo. Como profesionales, Los Nicoyanos participan en los campeonatos de monta, donde los jueces los evalúan y puntúan en cada uno de los eventos. Para sujetar y sostenerse mejor en el toro, ellos utilizan una espuela en forma de gancho con dos picos de 7 milímetros y una cuerda llamada verijera, amarrada alrededor del costado del toro, para que este patee y brinque más con sus patas traseras. En algunos casos, la cola también está amarrada con una rabera.

Los Coloniales se especializan en la monta rústica: un estilo tradicional único de la región guanacasteca, el cual utiliza una espuela con una estrella de siete puntas y barra curva, lo que dificulta el agarre del toro. En el estilo rústico no se utiliza la verijera, por lo que el toro tiende a saltar más con sus patas delanteras. La monta es más cruda, se golpean más y el montador debe usar mas fuerza en las piernas.

Los Cumiches son un grupo de exhibición que realizan proezas difíciles como montar de espaldas, sentarse en la nuca del toro o la monta con dos jinetes al mismo tiempo. También montan el toro en la arena y no en la manga.

La fuerza del toro reside en su nuca, por lo que sentarse en ella requiere mucha habilidad y se traduce en una monta más dura, nos asegura Jefferson Gómez Fonseca, de 25 años, residente de San Lázaro de Nicoya y miembro del grupo Los Cumiches. Aunque él practica los tres estilos, dice que su favorito es el rústico. Sea cual sea el estilo, sea que uno se sujete del pretal con las dos manos, con una, o ninguna, Gómez dice que lo importante de una buena monta es el balance que se consiga en el toro mientras este aún está en la manga. “Tiene que salir seguro de la manga”, afirma.

Además de montar toros, Gómez trabaja en una lechería ordeñando vacas. Aunque él empezó a montar a muy temprana edad, ni a su madre, abuela o tías aprueban su profesión. Él vive con su abuela y cada vez que ella lo ve salir con su mochila, camino al redondel, guarda silencio.

La mayoría de los montadores comienzan cuando son jóvenes, entre los 14 y 15 años, y montan hasta los 25 o 30. Sin embargo, toda regla tiene sus excepciones. El montador más viejo de Los Cumiches tiene 40.

José Arnoldo Tasara Fonseca, de 28 años, no empezó a montar sino hasta que cumplió los 25. En un ternerado que se realizó en su pueblo en La Mansión de Nicoya, él decidió montar uno de los toros más jóvenes para sentir la adrenalina, y logró mantenerse en el pretal hasta que este se detuvo. Ahora es miembro del grupo Los Coloniales y dice que entre más brinca el toro, mejor. Tasara Fonseca se quebró su clavícula en marzo del 2013, cuando fue golpeado contra la barrera, aunque orgullosamente asegura que el toro no logró tirarlo. Cinco meses después ya estaba montando de nuevo.

Las lesiones son comunes. Los montadores están cubiertos por un seguro especial del Instituto Nacional de Seguros, por lo que reciben la atención médica necesaria, asegura Flores Stoviak. Hace dos años ocurrió una tragedia cuando Carlos Mendoza se estrelló contra la barrera y acabó en una silla de ruedas. Desde entonces no ha podido trabajar. A pesar del peligro y las lesiones, Flores estima que la taza de recambio de los montadores es sólo el 25%.

José Edward Obando Espinoza, de 26 años, de San Antonio de Nicoya, ha sido miembro del grupo Los Nicoyanos desde que Arce Villareal lo inició hace cinco años, en el 2008. Antes de eso era miembro de otro grupo, por lo que tiene unos 10 años de ser un montador profesional. Hace un año un toro le rompió su pierna, lo que lo mantuvo alejado de los redondeles por 6 meses. “Cuando estuve en el hospital quebrado, decía que nunca más pero cuando salí del hospital y vi a los toros, me picaron los pies para volver a hacerlo”, dijo.

¿Qué los hace volver, una y otra vez? La adrenalina y la emoción de lo inesperado; no saber de qué forma el toro se va a mover.

Aunque algunos consideran que la monta es un deporte cruel, Obando Espinoza nos asegura que sus grupos no utilizan chuzos eléctricos en los toros. “Los toros de este ganadería son muy educados, nobles. Con solo hablar el dueño, ellos entienden”, él dice.

El éxito de un ganadero está en hacer los toros en su propia finca, dice Villalobos Moreno. Un toro en Costa Rica cuesta entre 3 y 4 millones de colones y un toro muy bueno puede llegar a costar incluso los 7 millones de colones. Una vez que el toro cumple 2 años y pesa alrededor de 300 o 400 kilos, los comienzan a probar. Si salen buenos, pueden ser montados hasta los 11 o 12 años.

Flores Stoviak estima que de 100 toros probados, 3 o 4 salen buenos para la monta. Su finca familiar, El Tigre Los Cumiches, es la base principal para los montadores profesionales. De los 35 toros que tienen para montar, 75% fueron criados en su propia finca. Uno de sus mejores toros es Jalapeño, el cual, aunque no tiene cuernos, es redondero, lo que lo hace difícil de montar.

Ediver Moraga Toruño, de 27 años, oriundo del centro de Nicoya, monta en los tres grupos y presume de haber montado en una ocasión al famoso Malacrianza, en Cóbano, y de lograr permanecer en el lomo hasta que el toro se detuvo. Él empezó a montar desde los 17 años y admite haber tenido miedo al principio, pero ya no más. En su casa hace levantamiento de pesas y también usa la bicicleta para mantenerse en forma, sin embargo asegura que la mayor preparación es mental. Él dice que la clave es “encomendarse a Dios y meterse en la cabeza que uno es bueno y que puede parar al toro”.

Por año, los tres grupos participan en más de 70 eventos de monta. Los montadores profesionales también participan en eventos comunales. Por ejemplo, en septiembre ayudaron con el proyecto de pintar la escuela y la clínica del EBAIS de Sámara. El año pasado también ayudaron a recaudar fondos para Melany Sequeira Vallejos, una niña en Garza a quien le tuvieron que amputar la pierna debido al cáncer en sus huesos, así como a dos familias a quienes se les quemó la casa en Copal de Nicoya.

 

Próximos eventos de monta de toros

 

Cuándo             Quiénes             Lugar                         A qué hora

 

Febrero 9              Los Nicoyanos             Nicoya                         7 p.m.

Febrero 10            Los Coloniales             Nicoya                         6 p.m.

Febrero 14            Los Cumiches             Lepanto                        7 p.m.

Febrero 15            Los Nicoyanos             Lepanto                        7 p.m.

Febrero 16            Los Nicoyanos             Parrita                          7 p.m.

Marzo 2                Los Nicoyanos             Quepos                        7 p.m.

 

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