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Los Cabos

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Recientemente asistí a un simposio en Los Cabos, México patrocinado por el Centro de Turismo Responsable (CREST, por sus siglas en inglés), un programa de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford.

Para Costa Rica, Guanacaste y Nosara hay amplia evidencia de que el modelo de negocios para los nuevos grandes complejos todo incluido (por ejemplo, en Papagayo, al norte de Nosara) ya no funciona para los mercados de capital y ya no son competitivos en términos de su tasa interna de retorno (TIR).

Nuevos proyectos financiados con deuda altamente apalancada  terminaron en 2008 y muchas ocupaciones de México y Costa Rica, que alcanzaron el 80% en 2007 están ahora en un promedio de 60% o menos.

Nueva inversión para hoteles de la costa, campos de golf, puertos deportivos, balnearios y otros servicios ahora tienden a centrarse en el flujo de caja e inversiones más modestas y  a largo plazo de personas y entidades estratégicas que no esperan un alto TIR y están motivados, en parte, por objetivos no financieros.

De acuerdo al especialista en inversiones de bienes raíces, Eric Bergstrom, los inversionistas «de vida lenta», actualmente activos en el sector de la hotelería están cada vez más interesados en la innovación, criterios de alta sostenibilidad y planificación de abajo hacia arriba.

Si bien es probable que crezca el segmento de hoteles boutique; los condominios de alquiler, casas unifamiliares y construcciones pequeñas son actualmente la tendencia principal en el desarrollo costero de América Latina.

El foco de la conferencia fue la innovación en la creación de nuevas y mejores prácticas en  términos de construcción y operaciones de hoteles y residenciales, la dinámica de las asociaciones público-privadas, el compromiso de inversionistas, salarios dignos en apoyo de la mitigación de la pobreza local y la gestión ambiental.

El simposio comenzó con una interesante mesa redonda en innovación dirigida por William («Bill») Barnett de la Universidad de Stanford. Su conclusión fundamental: «“Foolishness is the price we pay for genius,” (que se puede traducir  como: la  necesadad es el precio que pagamos por la genialidad), con la observación: «La buena innovación se da cuando cometemos errores de lo que nos podemos dar cuenta rápidamente y que no tienen un elevado costo económico para la organización».

Bill sugirió que la iniciativa de Nosara para un nuevo gobierno municipal (actualmente denominado «Cantón Costa de Sol) tiene todos los elementos esenciales para un caso de estudio de parte del programa de Sistemas innovadores de Stanford, ya sea que tenga éxito o fracase. Como él dijo, «el elemento crucial para el éxito requiere una amplia coordinación intersectorial entre las partes interesadas y fundamentales que tendrán que asumir un gran riesgo y por ende tener una alta tolerancia a este.»

 Finalmente, la conclusión de la actividad podría ser que para el desarrollo del turismo, lo más importante es fomentar comportamientos innovadores basados en la experiencia de la demanda, sin dejar de lado el manejo responsable de los costos fijos por parte de los oferentes.

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