Regional

Los siete “pecados” de las fiestas de Liberia y Santa Cruz

This post is also available in: English

Las fiestas patronales y cívicas tienen una única directriz además de generar el disfrute del pueblo: que sean autosuficientes, que no dejen pérdidas. Pero en el caso de Liberia y Santa Cruz, eso no siempre se cumple.

La falta de planificación, de experiencia de quienes están al frente de la organización y hasta el desentendimiento de las autoridades municipales son algunos de los errores que se repiten una y otra vez en la coordinación de los festejos.

Que las fiestas en honor al Santo Cristo de Esquipulas en Santa Cruz o las cívicas de Liberia generen más gastos que ganancias, afecta a todo el pueblo, pues la municipalidad terminará por asumir esas pérdidas y pagarle a quien la comisión le haya quedado debiendo.

¿Con qué dinero? Con el de todos los ciudadanos del cantón, que de otro modo podría ser invertido en obras para la comunidad.

Si en vez de pérdidas dejaran ganancias, la muni podría usarlas para los proyectos que el concejo municipal defina, como inversiones de infraestructura en el mismo campo ferial: desde accesos para personas con discapacidad hasta aceras.

La Voz de Guanacaste conversó con presidentes de comisiones actuales y pasadas, con regidores y con vice alcaldes para enumerar los siguientes siete “pecados” en los que incurren las comisiones que organizan las fiestas:

1. Siempre una comisión diferente

Las comisiones las integran diferentes personas del pueblo interesadas en desarrollar los festejos. Estos integrantes pueden repetir, pero casi nunca lo hacen. No porque algo se los impida, sino porque quedan desgastadas para volver a hacerlo.

Consultados por este medio, cuatro presidentes de comisiones de fiestas de Santa Cruz y Liberia coincidieron en que llegaron a liderar las fiestas por primera vez y fueron únicamente motivados por el cariño que le tienen a sus cantones.

La muni le paga a los organizadores de las fiestas solo lo equivalente a la mitad de la dieta de un regidor propietario por cuatro meses. En total, poco más de ¢300.000.

Según Ting Lou Hu, presidente de la comisión de fiestas 2018 de Liberia, que dejó ¢15 millones en ganancias, ese dinero es la más pequeña de las motivaciones. “Es un trabajo muy arduo para recibir ese monto. Es un evento que empieza a organizarse desde noviembre con tramitología hasta finalizar la primera semana de marzo”, dice.

Ting asegura que sus compañeros y él se metieron en la organización solo porque se retaron a hacerlo. “Queríamos tantear ese terreno. No teníamos experiencia en lo absoluto”.

El presidente de la comisión para las fiestas de Liberia del 2019, Rodolfo Charpentier, cree que por lo menos la mitad de los miembros de la comisión pasada deberían mantenerse activos en la del año siguiente, para compartir el conocimiento adquirido.

En un cantón como Nicoya, por ejemplo, utilizan un mecanismo distinto para operar sus fiestas. El Concejo las adjudicó para los años entre 2017 y 2020 a una sola asociación sin fines de lucro llamada Orden. En los dos periodos que han estado al frente del evento, han reportado ganancias.

Aunado al tema de comisiones diferentes cada año, el perfil de los miembros que integran la comisión también está en discusión. Según Arcadio Carrera, síndico de Santa Cruz, el Concejo Municipal debería definir cuáles criterios deberían de considerarse a la hora de elegir a los miembros de las comisiones de fiestas. Por ejemplo, exigir a los postulantes conocimientos en costumbres y tradiciones y pedirles disponibilidad de tiempo.

“Deberían depurarse esos nombramientos. Que sea más por mérito y menos por algo político”, comentó.

2. Papel vrs Realidad

En el caso de Santa Cruz, existe un manual de Fiestas Típicas Nacionales que, a criterio del vicealcalde del cantón, Iván Ramírez, “lejos de facilitar la organización, la entraba”.

Según Ramírez, los cheques que utiliza la Comisión de fiestas para pagar por los servicios necesitan no solo la firma del presidente y del tesorero de la comisión, sino además los permisos del tesorero y del director financiero municipal.

Muchas veces los tesoreros o directores de la municipalidad no quieren asumir esa responsabilidad de si existen pérdidas o no, entonces todo se atrasa”, comentó el vicealcalde.

Está en manos del concejo municipal la posibilidad de hacer una reforma al manual y generar más agilidad en los procesos. Sin embargo, Ramírez asegura que no ha existido voluntad de los regidores para hacerlo.

3. Municipalidades ajenas

Carrera, síndico de Santa Cruz, considera que la municipalidad debe tener mayor involucramiento en los procesos.

“No tenemos un mapa para saber a dónde va cada cosa en el campo ferial, lo que facilitaría los procesos. Eso puede ser competencia municipal”, dice.

La misma crítica la hace Ting Lou en el caso de Liberia, donde asegura que para las fiestas del 2018 la municipalidad no les ayudó a definir procesos para la organización de los eventos, por ejemplo. “La muni nos quedó debiendo”.

Las fiestas de Santa Cruz son en honor al Santo Cristo de Esquipulas.Foto: César Arroyo Castro

4. Informes deficientes

Cada comisión debe generar un informe al finalizar las fiestas, pero algunas veces no llegan hasta el Concejo, llegan tarde, o cuando llegan, es con información que no es suficiente para ayudar a las próximas comisiones a elaborar un nuevo plan de trabajo.

“Los informes que se entregan muchas veces ni explican cómo fue que las comisiones llegaron a los resultados que presentan”, dice Carreras.

Para las fiestas de Liberia en 2016 y 2017, el auditor liberiano Donaldo Castañeda denunció en un informe que las comisiones de fiestas de esos años no presentaron una rendición de cuentas al Concejo Municipal.

“Los integrantes de las comisiones no entregan informes contables a la auditoría para no hacerse responsables de las deudas”, dijo Castañeda a este medio en julio de 2017.

Es obligación de cada concejo exigir esa documentación y, de ser necesario, solicitar a la comisión que especifique sus logros.

5. Sin recursos iniciales

Para el síndico santacruceño, la muni debería apoyar económicamente a las fiestas. “Es el evento con la máxima expresión de cultura y tradición del cantón y la municipalidad únicamente destina ¢500.000 para el inicio operativo de la actividad. No hay ayuda ni apoyo para solicitud de recursos”, alega.  

En el caso de Santa Cruz, hasta octubre y noviembre se hacen los primeros remates de chinamos (el alquiler de los tramos o puestos para los comerciantes), y ese ingreso es el que más inyecta de dinero a la comisión. Es decir, la comisión logra tener recursos hasta escasos dos meses antes del evento.

Charpantier, de Liberia, asegura que ellos tuvieron que autofinanciarse para empezar a organizar los festejos. La comisión luego reporta esos gastos que les deben reembolsar con los ingresos de las fiestas.

“Es comenzar de cero. Empezamos con recursos propios para ir a San José, comprar libros contables. Imagine que dos libritos son ¢120.000”, alega Charpantier.

6. Presupuestos difusos

Las fiestas de Santa Cruz del 2016 dejaron pérdidas por más de ¢20 millones y hasta demandas penales que interpusieron las empresas y personas contratadas para brindar servicios, por el incumplimiento de pago.

Ese año, por ejemplo, no hubo un presupuesto claro que planificara el gasto de las corridas de la Plaza Los Mangos y las actividades en el campo ferial.

Para Ting Lou Hu, presidente de la comisión de fiestas de Liberia en 2018, la elaboración de un presupuesto fue parte de la fórmula para que ese año las fiestas dejaran ganancias por alrededor de ¢15 millones y  cortar con la racha de números rojos que traía el cantón por dos años consecutivos.

La clave de ser autosostenibles está en tener presupuestos claros. Hay que ajustarse. Hacer un balance entre lo que sale caro y lo que sale barato. Tener todo anotado, definido”, dijo Lou.

7. Desorden

A la creación de comisiones nuevas cada año y la falta de presupuestos claros, se unen otras malas prácticas como la falta de fiscalización de los procesos por parte del concejo y de la muni.

Para  los ex presidentes de las distintas comisiones, la muni debería exigir y establecer procedimientos, y recopilar bitácoras de trabajo para que las nuevas comisiones tengan mucho más claro el norte.

 

Comentarios