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Marcha contra el maltrato animal en Nicoya: con poca asistencia pero mucho compromiso

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Durante los últimos cinco años, un grupo de perros callejeros frecuentaba las instalaciones del Colegio San Ambrosio donde se les brindaba agua, comida y baño. Los animales fueron parte del día a día de la vida de muchos estudiantes, hasta que durante un día de examen, los alumnos presenciaron el envenenamiento de cinco de ellos en la institución.

Cabrito fue el único sobreviviente de esta tragedia. Acompañado de Rubén Valencia y Jason Arley caminó por el centro de Nicoya este sábado 20 de setiembre, como la mascota oficial de la primera marcha en Nicoya en contra del maltrato animal.

El evento fue organizado por el grupo de la Juventud Pac Nicoya como parte de su movimiento de cambio en la sociedad, el cual inicia con los niños y jóvenes. Lis Rodríguez Paniagua organizadora del evento dijo: “Me motivó la frustración que sentí con el asesinato de los animales delante de tantos jóvenes y el sufrimiento que eso causó. “

Esta primera edición de la marcha unió a unas 50 personas que dieron la cara en contra de la violencia y el maltrato animal. El liceo de Nicoya también marchó con su estandarte, y aunque Cabrito y algunos estudiantes de San Ambrosio se hicieron presentes, no se observó ningún docente o representante de la institución.

“Esperábamos que el colegio en el que pasó esto se manifestara para lavar un poco el nombre de la institución y nos quedamos esperándolos con las manos abiertas” comentó Rodríguez.

Mariangel Guevara, del grupo Pro Bienestar Animal de Nicoya, también estuvo brindando información sobre sus campañas de rescate y castración. “La gente piensa que violencia es abandonarlos o golpearlos, también hay que ser responsable y romper con las barreras ideológicas para formar una nueva cultura en la que se respete la vida animal en todo su esplendor” dijo Guevara.

 La caminata comenzó a las 8: 30 am escoltada por la Fuerza Pública, partiendo desde los Tribunales hasta la Plazoleta Colonial en donde se brindó comida a los animales donada por los veterinarios Jorge Jiménez (quien también se ofreció a ser el doctor de Cabrito), Jeffrey Arrieta y Cristian Alfaro. 

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