Regional, Medio Ambiente

¿A qué se exponen vos y tu mascota si la llevás a una playa protegida?

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Dos perros mataron un par de tortugas lora en playa Guiones el jueves 4 de noviembre del 2021. Dos días después otro atacó a un menor de edad en Peladas. Ambas playas forman parte del Refugio Nacional de Vida Silvestre Ostional.

Las situaciones podrían evitarse si la población acatara la ley que prohíbe el ingreso de mascotas en áreas silvestres protegidas como Guiones y Pelada.

Instituciones, oenegés y asociaciones de desarrollo trabajan con recursos limitados para resolver un problema que no es nuevo para la comunidad y que afecta a la vida silvestre a nivel mundial, a visitantes e incluso a las mismas mascotas. 

Consecuencias para los amos

Cuando llevamos perros a áreas protegidas, el ecosistema no es el único con un precio a pagar: también su amo. Las sanciones varían según el caso. 

  • Mascotas dentro de áreas protegidas: Con solo llevarlos el dueño se expone a la captura de su mascota por parte del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), que la pone a disposición del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa). El Código Penal establece en el artículo 130, penas de entre 15 días y tres meses de prisión, a quienes tengan a un animal sin las condiciones adecuadas para garantizar la seguridad de las otras personas. La sanción asciende de tres a seis meses de prisión, si el dueño suelta al animal con descuido o lo incita a que ataque.
  • Mascotas que ataquen a personas: La víctima puede interponer la denuncia respectiva ante la autoridad correspondiente: Senasa o Ministerio Público. El artículo 30 del Código Penal, indica que si el animal causa daño físico a otra persona, la pena será de seis meses a un año de prisión. La legislación también podría aplicar penas más altas, si el ataque es lo suficientemente grave para que el delito sea por lesiones u homicidio. 

Dos perros atacan a un visitante en playa Grande, ubicada en el Parque Nacional Marino Las Baulas. Foto: Parque Nacional Marino Las BaulasFoto: Parque Nacional Marino Las Baulas

  • Mascotas con fines de cacería: Si un dueño o dueña utiliza la mascota con fines de cacería dentro del área protegida, se expone al decomiso de la mascota, una denuncia ante los tribunales de justicia y a las multas respectivas por parte de la Ley de Conservación de Vida Silvestre. En el artículo 93 establece una pena de uno a tres años de prisión, a quien cace o destruya nidos de especies declaradas en peligro de extinción o con poblaciones reducidas. Si el daño es a animales fuera de peligro de extinción o con poblaciones abundantes, la pena será una multa de diez a treinta salarios base, o de seis meses a un año de prisión. 

Un daño en ambas vías

Las amenazas para las especies silvestres van más allá de los ataques como los de la semana anterior. Las heces de los perros también representan un problema de contaminación a las playas, que pueden afectar la salud pública y la de los ecosistemas. 

“Todos estos perros en la playa van a defecar en algún lugar, estas bacterias que entran al océano eventualmente pueden contaminar el agua del mar», asegura la bióloga marina, fundadora y presidenta de la Asociación para la Conservación de la Vida Silvestre y Marina, Vanessa Bézy.

La bióloga explica que si llevamos nuestra mascota a un refugio o parque nacional y esta interactúa con vida silvestre, aunque nosotros no estemos presentes en el momento, después puede transmitirnos alguna enfermedad.

Por eso, para el médico veterinario de la regional chorotega de Senasa, Ernesto Acosta, ante estas situaciones, opta por no decomisar el perro sino educar a su dueño.

El perro al meterse a una zona protegida con fauna silvestre puede enfermar. Usted ahí se puede encontrar infinidad de enfermedades, desde la que transmite la garrapata, hasta la rabia”, alerta Acosta.

Perros en la playa defecando heces

Heces de perros encontrados a un costado de un nido de tortugas lora depredado en Playa Grande. Foto: Parque Nacional Marino Las BaulasFoto: Parque Nacional Marino Las Baulas

No solo los perros, amos y fauna salvaje pueden sufrir las consecuencias de estas prácticas de manera directa o indirecta. Cada vez que ocurre un ataque de perros en la playa los guardacostas de Nosara deben atenderlo.

Nos quita mucho tiempo de vigilancia de playa porque estamos atentos a que los perros no ataquen a las personas, y si los atacan tenemos que coordinar con Cruz Roja y es un proceso bastante largo”, asegura el coordinador de guardavidas de Bomberos de Nosara Randall Córdoba.

Un problema de larga cola 

Los ataques directos de perros a tortugas marinas que anidan, tortugas neonatas, y a nidos son constantes en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Ostional y en el Parque Nacional Marino Las Baulas. Pero ninguno lleva  registros de cada caso. 

Entre los años 2015 y 2017, la Asociación para la Conservación de la Vida Silvestre y Marina de Nosara hizo monitoreos de tortugas con personas voluntarias de la comunidad en playa Pelada y Guiones. Según Bézy, la bióloga y fundadora, los perros depredaron entre un 5 y 15% del total de nidos que monitorearon. Esta es la consecuencia de algo que ella define como la ‘tragedia de lo común’.

Si voy a la playa y veo que todos los demás tienen un perro, entonces yo voy a querer traerlo. Y pienso que está bien porque es solo mi perro, pero si todos hacen lo mismo es algo que tiene un impacto muy grande”, subraya la bióloga.

El coordinador de comunicaciones de la Asociación Cívica de Nosara (ACN), Roberto Acuña, explica que este no es un problema nuevo, pero que ha venido en aumento en los últimos años.

“Conforme crece la popularidad de Nosara y el desarrollo inmobiliario, crece la cantidad de gente que nos visita, la gente que reside aquí y que tiene mascotas. Por eso es importante que la gente conozca estas regulaciones”, resume Acuña.

Una comunidad que soluciona

El coordinador del Programa de Participación Comunitaria del Parque Nacional Marino Las Baulas de Marino Las Baulas, Cristian Díaz, argumenta que es un problema difícil de controlar “debido a la atención de denuncias en otros temas ambientales, la clara deficiencia del Sinac en la cantidad de personal y recursos óptimos para atender efectivamente este control”.

Por esa razón, el parque Marino Las Baulas, el refugio de Ostional y la ACN, enfocan gran parte de sus esfuerzos para resolver este problema con educación ambiental y comunicación. 

En el Marino las Baulas han trabajado con los comités de Bandera Azul Ecológica (BAE) para rotular e informar a vecinos y empresarios locales de las playas dentro del parque nacional: Grande, Ventanas, Punta del Madero y Langosta.

En Nosara, la ACN lanzó una ‘plataforma multiactores’ para el desarrollo sostenible de Nosara. Es un espacio que integran los distintos actores que tienen una relación directa con el refugio como operadores de tours, hoteles y casas vacacionales.

Juntos diseñaron boletines que casas vacacionales y hoteles pueden utilizar. Así, cuando tienen una reservación por correo electrónico, ese huésped recibe previo a su visita cuáles son las reglas del refugio.

“Como estrategia nos hemos dado cuenta de que es muy importante que la gente que nos visita en hoteles y casas vacacionales pueda recibir esta información de previo”, añade Acuña de la ACN.

(Podés descargar el boletín aquí).

Bézy apuesta por mostrar que el liderazgo de la comunidad puede servir de ejemplo para cambiar esta cultura. 

Si yo soy turista y veo que todos los locales tienen su perro voy a querer traer mi perro, entonces el cambio en cierta manera tiene que venir desde la misma comunidad”, finaliza la bióloga. 

¿Qué puedo hacer para denunciar?

En caso de que una mascota ataque a una persona podés llamar al 9-1-1 e interponer una denuncia penal contra su dueño al Ministerio Público. 

Si presenciás ataques a tortugas, depredación de nidos o cacería dentro en las playas del refugio Ostional, lo ideal es tomar fotografías de los animales para identificarlos y localizar a los dueños para que afronten los procesos legales que corresponden.

Si estás en el Refugio Ostional podés llamar a los teléfonos 26820400, 26820937 o al WhatsApp +506 88835111.

Si el ataque es a vida silvestre dentro del Parque Nacional Marino Las Baulas, podés reportar el evento al 2653-0470, o envíar información, fotos y la ubicación del evento al WhatsApp +506 8704-6444.

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