Santa Cruz tiene una oficina de gestión de riesgos apenas desde abril del 2018. Su encargado es un inspector municipal, Adrián Rojas, que tiene el recargo de funciones ad honorem (sin remuneración) porque la alcaldía aún no lo contempla dentro del presupuesto.
Rojas asegura que sus labores en prevención de riesgo consisten sobre todo en capacitaciones en escuelas y eventos culturales, auspiciados por la CNE. La oficina todavía no cuenta con presupuesto para obras de infraestructura que tengan un impacto inmediato en la calidad de vida de las familias en zonas de riesgo.
A su criterio, todas estas labores deberían atenderse desde una sola oficina. “Debería estar concentrado en un departamento de gestión de riesgo y desde ahí coordinar con alcaldía, trabajado social y un director de obras”, agregó Rojas.
El encargado de la Unidad Técnica de Gestión Vial de la municipalidad, Didier Monge, coincidió y explicó que su departamento trabaja algunas obras que podrían tener impacto en la mitigación de los fenómenos climáticos.
«Trabajamos con elementos de evacuación pluvial como cunetas, también en mejorar pasos de alcantarilla para aumentar su diámetro que al final esto es lo que causa inundaciones», dijo.
Monge afirmó que no siempre atienden a los problemas que más afectan al cantón, pues las decisiones no dependen de su departamento.
La prioridad a la hora de tomar una decisión no va con la necesidad. Responde a otros intereses que podrían ser políticos».
En octubre de este año, La Voz de Guanacaste recorrió cuatro comunidades de Santa Cruz y Nicoya afectadas por Nate: los barrios Hollywood y Santa Marta de Nosara o Estocolmo y Bolsón en Santa Cruz.
Comprobamos que muchas de las familias están exactamente en el mismo sitio de riesgo que el año pasado pese a que sus municipalidades, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y los mismos vecinos saben que corren el mismo peligro de inundarse.
La alcaldesa de Santa Cruz, María Rosa López, explicó que tienen pensado intervenir el río de En Medio, que es el que se desborda e inunda al Barrio Estocolmo.
“Estamos haciendo los estudios y el plan de inversión para presentárselo a la CNE y nos dijeron que sí hay dinero para poder hacerlo”, comentó la jerarca vía telefónica, y aseguró que en esos planes está asfaltar todas las calles de la comunidad.
Instituciones y habitantes conocían el riesgo al que se enfrentaban las comunidades desde la tormenta tropical Nate del año pasado, pero nadie hizo nada para arreglarlo, ¿por qué?
Para el distrito de Bolsón no hay muchas esperanzas. En primer lugar, la alcaldesa cree que contener el desbordamiento del Tempisque, a 1,5 km de la comunidad, es prácticamente imposible. En segundo lugar, opina que la reubicación de las familias más vulnerables no es fácil.
“Son muchas familias y la gente ya tienen su arraigo ahí, cuesta mucho que se quieran ir para otros lados”, dijo con resignación la alcaldesa.
Como un eco desde Bolsón, una vecina nos dice que ella conoce de ese proyecto que están desarrollando en Ortega, pero confiesa que no le gustaría irse de donde vive. “Yo allá no sé, no me hallaría”.
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