La Municipalidad de Liberia planea reparar el discutido Puente Real, pero no habilitaría el paso de vehículos o camiones, debido a que un estudio contratado por este gobierno local concluyó que la infraestructura está tan deteriorada que no podría soportarlos, aún si se refuerza.
Este puente comunica al norte con el sur de la ciudad liberiana, pero el paso para autos está cerrado desde hace más de dos años. Así, decenas de vecinos de los barrios del sur deben tomar un camino más largo para moverse en carro entre una comunidad y otra.
Esa situación no cambiará. La municipalidad decidió conservar la estructura del puente e invertir en una reparación para el paso de peatones, bicicletas y motos. En la actualidad el puente ofrece este mismo servicio, pero la infraestructura y el señalamiento no están en condiciones óptimas.
Ahora la muni deberá invertir casi ¢130 millones para repararlo, proyecto que espera ejecutar en el 2021.
Tanto de la administración como del Concejo hay apertura para realizarlo este año, más bien es prioritario ejecutarlo”, dijo el ingeniero y director de la Unidad Técnica de Gestión Vial de la Municipalidad de Liberia, Dorian Ulate.
Patrimonio histórico
¿Por qué no reparar el puente para que soporte el paso de todo tipo de vehículos o construir uno nuevo? La muni enfrenta dos limitaciones para hacerlo.
Primero, en el 2011 el puente fue declarado patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica, por lo que no se puede demoler para construir uno nuevo en su lugar.
¿Por qué recibió este título? “Su construcción fue el elemento transformador de la ciudad de Liberia. Es el puente más valioso de Liberia por la trascendencia económica, cultural y política, por ser el principal acceso a la ciudad”, explicó a La Voz de Guanacaste, el historiador del Centro de Patrimonio, Carlos Manuel Zamora, en 2018.
Las carretas, jinetes y peatones tenían que esquivar el río Liberia para dirigirse de Liberia a Bagaces y Bebedero, por lo que su llegada significó un aporte a esas comunidades, pero hoy se ha vuelto poco funcional, citaron las conclusiones del estudio sobre su declaratoria como patrimonio.
Además, el puente es uno de los pocos de su época que aún subsisten en el país y que por sus materiales representa una muestra del avance vertiginoso en la construcción de puentes, añadió el texto.
Pese a esto, la administración anterior de la muni intentó quitar esta declaratoria, pero no tuvo éxito.
El exalcalde Viales buscó anular la declaratoria del puente como patrimonio para construir un nuevo puente en su lugar.
Para lograrlo, pretendían acudir a una línea de crédito que tenían disponible con el Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), explicó el ingeniero Ulate, de la municipalidad.
Por medio de diputados se trató hacer un proyecto de ley, que al final no llegó a ningún lado, para quitar la declaratoria, pero como no se logró se decide hacer el estudio”, añadió Ulate.
La idea de quitar esta declaratoria no ha sido sepultada del todo. El proyecto 21.761, presentado el año pasado por el diputado Rodolfo Peña para derogar la declaratoria y así demoler el Puente Real y construir uno nuevo de dos vías, hace fila en la corriente legislativa.
Sin embargo, la propuesta no ha avanzado en el Congreso desde entonces y la municipalidad tiene otros planes en mente.
Lo que arrojó el estudio técnico
La muni contrató por un monto aproximado de ¢14 millones a la firma de ingenieros y consultores Camacho y Mora S.A para que estudiara el estado del puente.
Según estipuló la contratación, el estudio debía considerar dos caminos: la rehabilitación o el reforzamiento.
La primera opción analizó la posible reparación y mantenimiento de la infraestructura para mantenerlo habilitado exclusivamente para peatones y motos. La segunda, estudió un cambio más profundo para abrir el paso a todo tránsito vehicular, incluidos autos y camiones.
Las conclusiones a las que llegó el estudio representan la segunda limitación de la muni.
“Debido a que la capacidad del puente presenta tanto déficit para soportar la carga, no se justifica su reforzamiento. En caso de que la ruta se quiera habilitar para este tipo de carga, en realidad se debería sustituir el puente”, explicó el ingeniero de Camacho y Mora, José Pablo Camacho, al concejo municipal el 16 de diciembre del 2020. En cambio, el primer camino sí es posible.
El puente está en mal estado: a lo largo de toda la infraestructura hay corrosión y pérdida de pintura, la tablas de madera no están en condiciones óptimas, y los conectores entre la madera y las vigas no funcionan, están desplazados y deteriorados.
Antes de este análisis, existían criterios sobre el estado del puente, pero ningún fundamento técnico para determinar qué hacer, comentó Ulate, el director de Gestión Vial de la municipalidad.
La firma Camacho y Mora también estimó cuánto le costarán los trabajos a la muni. Se trata de ¢125.398.000, que incluyen los materiales (se deben sustituir algunas partes) y la mano de obra.
Ulate apuntó que la muni está considerando casi ¢130 millones para el proyecto, de los cuales ya tienen ¢30 millones.
“Los concejos de distrito tienen ¢30 millones para ejecutar proyectos y ellos tomaron la decisión de separarlos para destinarlos a este proyecto”, añadió Ulate.
Para solventar el faltante, explicó, se pretende aprovechar los fondos que son asignados a la muni, a través de algunas leyes, y que pueden ser dirigidos a este puente. Por ejemplo, recursos del aeropuerto y de diferentes impuestos.
Ulate se reunirá con el concejo municipal para exponer la procedencia de los recursos. Una vez que reciba el visto bueno, la municipalidad debe sacar una nueva licitación para contratar a la empresa que desarrollará el proyecto.
¿Puente sin mantenimiento?
El exalcalde Julio Viales cerró el paso del Puente Real desde agosto del 2018, pero este era fuente de discordia desde mucho tiempo antes y su deterioro era evidente.
“Físicamente su estructura cuenta con un estado regular a causa del abandono, poco mantenimiento y comportamiento de sus materiales (tablones de madera y grietas en la subestructura)”, citó en 2009 el estudio técnico para la declaratoria del puente como patrimonio, elaborado por el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICPC), del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ).
En el 2013, el Ministerio de Cultura restauró el puente con una inversión superior a los ¢90 millones, pero ya cumplió su vida útil.
Dicen que este puente se rehabilitó hace unos años, que se pintó y demás, pero cuando uno lo ve no pareciera que el trabajo fue de la manera en que debía ser, porque cuando uno ve la estructura, está carcomido», dijo al concejo municipal, el ingeniero Carlos Fernández, de la consultora Camacho y Mora.
El puente debe conservarse por ser patrimonio, pero los vecinos buscan que al menos se habilite un paso alterno.
Esto tampoco es nuevo. La discusión sobre las opciones que debía analizar la municipalidad está presente desde antes de la declaratoria.
Cuando la Asociación de Cultura de Liberia pidió la declaratoria, presentó un informe redactado el 29 de Agosto del 2005 por una funcionaria del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, que desde entonces señalaba que el puente debía conservarse y desarrollar «un nuevo cruce a la altura de la calle 6». Así lo anotó el documento del CICPC.
En la sesión del concejo del 16 de diciembre del 2020, una de las consultas puestas sobre la mesa fue si sería mejor mover el puente a otro lugar -donde se exponga como patrimonio- y construir uno nuevo donde se sitúa el actual.
Al respecto, el ingeniero Fernández, de la firma consultora, indicó que no es un elemento que se haya contemplado en el estudio, porque no es de su competencia, pero que a largo plazo, considerando el costo por mantenimiento, la mejor opción sería construir un puente nuevo.
Sin embargo, por ahora, la municipalidad no está valorando esta opción, solamente su reparación.
Entonces, ¿qué camino queda por recorrer? Primero, la muni debe presentar ante el concejo municipal el detalle de cómo obtendrá los fondos necesarios para la reparación del puente y con el visto bueno, debe hacer una nueva licitación para contratar a la desarrolladora del proyecto.
Adicionalmente, según lo estipula el decreto, la remodelación parcial o total del inmueble requiere la autorización previa del CICPC.
Entre tanto, también queda esperar si la propuesta para quitarle al puente la condición como patrimonio quedará sepultada, o el proyecto de ley tiene acogida política. Muchos grupos, incluida la Asociación de Cultura, se oponen a esta idea.
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