Comunidad, Derechos Humanos, Economía

Municipalidad e intendencias de Puntarenas no ejecutaron presupuestos para 15 puentes en los últimos 7 años

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GuanaData, un proyecto de La Voz de Guanacaste, investiga el presupuesto público de seis municipalidades del país, entre ellas Puntarenas. ¿Qué van a leer en esta investigación?

  • Entidades mantienen sin ejecutar ¢273 millones en construcciones de puentes para el cantón
  • Municipalidad de Puntarenas arrastra desde hace cinco años ¢150 millones para construcción de Puente de Fertica
  • Las comunidades siguen a la espera de los puentes, a pesar de que la municipalidad tiene el dinero para realizar estas 15 obras desde hace 7 años, en promedio. 

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Fray Casiano es la comunidad más grande del distrito de Chacarita. Aquí, encima de un manglar talado hace más de 40 años y que limita con un estero, viven 3.000 personas. Todas las mañanas pescadores, docentes y vendedores deben cruzar uno de los dos puentes peatonales que conectan el barrio con el resto de Puntarenas.

A menos de que los vecinos tengan carro, los puentes peatonales de Fertica, como los conoce la comunidad, son la forma más corta y efectiva de salir de Fray Casiano. Desde ellos, a 25 metros de altura, es posible observar la magnitud del estero y los botes de los pescadores que nadan con calma. 

Si desde un puente se dirige la mirada al suelo, la escena es un poco más aterradora. Entre los enormes huecos del puente carcomido, se ven el estero y los botes de los pescadores, las estructuras tiemblan, son débiles. Las barandas son de frágiles alambres. En el suelo hacen falta partes. Nadie en el pueblo recomienda subir acompañado. 

Esos dos puentes de casi 58 metros de largo son parte de las 15 infraestructuras que la Municipalidad de Puntarenas y las intendencias del cantón no han logrado ejecutar entre el 2011 y el 2019. En conjunto, estos proyectos suman ₡273 millones sin ejecución. 

Las comunidades del cantón han esperado en promedio casi siete años para que la municipalidad haga los puentes una realidad. Sin embargo, hasta la actualidad, el gobierno local sigue sin ejecutar el presupuesto. 

La falta de ejecución se concentra especialmente en las zonas más alejadas del centro, como Cóbano y Paquera. También en zonas de vulnerabilidad socioeconómica como Fray Casiano, a 20 minutos en carro del centro del cantón, en donde los vecinos se ven obligados a arriesgar sus vidas y las de sus hijos e hijas todos los días. 

“Pasar por cualquiera de los dos puentes es muy peligroso. Están en muy malas condiciones porque el material se ha dañado por el agua del estero. Igual los tenemos que usar, porque son la única forma en la que se puede cruzar desde Fray Casiano al barrio del 20 de Noviembre, y de ahí a Puntarenas”, dijo a GuanaData Elena Espinoza Mora, vecina de Fray Casiano y cruzrojista. 

La Municipalidad de Puntarenas sabe muy bien lo que viven estos tres mil vecinos en la comunidad. Desde el 2015 tiene un presupuesto de ¢150 millones para arreglar la infraestructura, pero el diseño que la Unidad Técnica Vial de la muni presentó en 2016 carecía de estudios técnicos y por lo tanto, no pudo ejecutarlo.

“Actualmente, al puro costado de ambos puentes hay asentamientos irregulares que han estado ahí desde hace años. La antigua administración dejó hecho un diseño que simplemente era inviable (…) si se hubiese hecho ese puente, tendríamos que desalojar por lo menos a unas 20 familias”, argumentó en una entrevista telefónica Gabriela Murillo, directora de la Unidad Técnica de Gestión Vial de la municipalidad.

La municipalidad de Puntarenas tiene desde el 2015 ¢150 millones para la construcción del Puente de Fertica. Sin embargo, los puentes permanecen en mal estado. Foto: César Arroyo.

Hay otros 128 millones pendientes de ejecutar en infraestructura para comunidades lejanas al centro de Puntarenas. En ellas, la mayor parte de la responsabilidad es de las intendencias de las comunidades de Cóbano y Lepanto. 

Por la lejanía de estas dos comunidades del centro de Puntarenas, las intendencias funcionan como la figura de gobernanza local responsable de ejecutar el dinero, pero es la municipalidad de Puntarenas quien recibe este presupuesto. También, aunque las intendencias tengan autonomía funcional, la municipalidad podría coordinar e impulsar la ejecución de proyectos. Hasta el momento, no han habido esfuerzos.

El Puente de Fray Casiano: una historia de dos ciudades

La actual municipalidad no ha construido el puente de Fray Casiano porque considera que el plan original del 2015 es inviable. Para la institución, el diseño de ¢150 millones tenía varios problemas: no consideraba el agua del estero, tampoco cómo podrían afectar los materiales del puente, ni la cantidad de personas que iban a usarlo o la iluminación para su uso durante la noche. Por eso, 5 años después de formularlo, añadió más recursos. 

Se trata de ¢35 millones adicionales que aún no están en el presupuesto de la municipalidad, por lo que no es seguro que el puente se construya en el 2020. El 30 de setiembre de 2020, la Municipalidad de Puntarenas envió a la Contraloría General de la República (CGR) la propuesta del presupuesto del 2021 en donde solicitan este dinero que permitiría, finalmente, arreglar uno de los puentes. 

Al tratarse de un plan presupuestado para el 2021, todavía falta la aprobación del Gobierno.  Aún si la muni recibe luz verde, debe redactar el cartel, sacar a concurso la construcción de la obra y ejecutarla. Mientras pasa el tiempo, los vecinos de la zona siguen esperando. 

“Nosotros dependemos de los dos puentes”, recalcó Elena a GuanaData. “Está la posibilidad de movilizarnos en bus, pero por la pandemia, el servicio se redujo a menos de la mitad. Si yo pierdo el bus, significa que puedo durar hasta 40 minutos dándole la vuelta a Santa Eduviges (otras de las comunidades de Chacarita)”.

Aparte del mal estado, ninguno de los dos puentes que conectan a la comunidad cumple con la ley 7600. Foto: César Arroyo.

Los puentes de Fertica existen desde hace más de 30 años, pero los vecinos no recuerdan un momento en que los gigantes de 58 metros de largo estuviesen en buenas condiciones. Están construidos sobre pilotes de 25 metros carcomidos por la sal,  “barandales” de alambres frágiles y  un suelo del que faltan partes. 

Los puentes tampoco cumplen con la ley 7600 de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad porque uno tiene decenas de gradas que cubren ambas entradas y el otro, dos rampas empinadas en donde ni los locales valientes bajan con la bicicleta.

Los niños juegan acostumbrados en unas estructuras de concreto y metal que fueron construidas originalmente para los trabajadores de Fertica, una compañía privada que exportaba fertilizantes. Años después, la comunidad se multiplicó, el Estado nacionalizó la empresa y los puentes pasaron a ser competencia de la municipalidad, que nunca los renovó. 

El puente es vital para las comunidades que une. Del lado del 20 de Noviembre están la escuela y el Centro de Educación y Nutrición (Cen-Cinai). Este último funciona como una red de cuido, pero durante la pandemia, pasó a ser un centro distribuidor de alimento para bebés y niños. Del otro lado, en Fray Casiano, está uno de los siete Centros de Formación Profesional de Puntarenas del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), al que puede asistir la población de Chacarita. 

Kevin Morales es uno de los miembros de la comunidad de Chacarita que ha tenido que cruzar una y otra vez por este puente. 

“Sin el INA de Fray Casiano yo no hubiera podido estudiar. Tal vez alguien desde afuera no lo entienda, pero para mí, cruzar los puentes me acercó a mi título. El problema es que uno se monta y se mueve todo. Encima, como no están iluminados, en las noches asaltan”, declaró Morales. 

No obstante, hasta que la municipalidad los arregle, los dos gigantes representan peligro.

¿Por qué la muni no ha arreglado el puente de Fray Casiano? 

Según la Unidad Técnica de Gestión Vial de la Municipalidad de Puntarenas, la construcción del diseño original del puente requeriría desalojar a algunas familias de la zona. Esto entra en conflicto con la ley 9242, que impide los desalojos desde el 7 de noviembre de 2016

El departamento retomó el proyecto en el 2018, aún sin contar con un nuevo diseño, pero -según la entidad- el visto bueno de la Contraloría para usar los ¢150 millones no llegó a tiempo. 

En marzo del 2020, reanudaron una vez más el arreglo del puente y desde el mismo departamento decidieron realizar un diseño preliminar. 

“Tenemos un diseño propio que se hizo a nivel interno de la municipalidad y se valoró con tres empresas constructoras aquí en Puntarenas. La idea es que no se tenga que irrumpir en la casa de nadie y que (las estructuras) sean de madera para que duren”, explicó Murillo.  

Según este departamento y la Dirección de Desarrollo y Control Urbano de la municipalidad, la aprobación de los ¢35 millones extra es necesaria para construir el puente. El 30 de setiembre del 2020, la muni envió su presupuesto ordinario a la Contraloría General de la República para ser aprobado, pero obtendrá respuesta hasta diciembre.

“Después de que nos aprueben ese presupuesto, sigue la redacción y publicación del cartel. Para publicarlo, se tiene que aprobar desde varios departamentos de la municipalidad. De nuestra parte, tenemos que asegurarnos de que cumpla con la ley 7600. Si se logra que la selección de la empresa salga rápido, ahí es en donde ya podríamos comenzar”, dijo el director de Desarrollo y Control Urbano, Mauricio Gutiérrez. 

Por la pandemia, Murillo dijo a GuanaData que prefería no dar fechas exactas de cuándo podrían iniciar los arreglos, pero comentó que espera tener seleccionada para junio del 2021 a la empresa que arreglará el puente. 

No obstante, los ¢185 millones cubrirían solamente la reparación de uno de los dos puentes. Esto mantiene a la otra mitad de Fray Casiano con una vía llena de huecos y sin barandales.

Otros puentes sin tender

En el cantón de Puntarenas, la comunidad de Fray Casiano no es la única en donde hacen falta enlaces que unan a las comunidades. Desde el 2011 y hasta el 2020, sin contar el puente de Fertica, la municipalidad ha arrastrado ¢128 millones de colones que estaban destinados para puentes. 

Hasta la fecha, faltan por ejecutar 15 obras. La mayoría son puentes peatonales en Cóbano y Lepanto, ubicados a ocho y siete horas en carro del centro de Puntarenas. La reparación del puente la Gloria, en Lepanto, es uno de ellos. La municipalidad tiene en su presupuesto ¢15 millones sin ejecutar desde el 2014.

Juan Carlos López, vecino de Lepanto, es testigo de esto. 

“Todos los años el puente La Gloria se inunda por las lluvias y el río, pero lo que le había pasado es que uno de los soportes se cayó y quedó inclinado. El puente es importante porque conecta a dos pueblitos rurales: Camaronal y La Gloria. Somos como 200 personas que tenemos que usar ese puente todos los días para ir a trabajar y llevar a los chiquillos a la escuela” dijo en una entrevista vía telefónica a GuanaData. 

López explica que la falta de una buena infraestructura no solo dificulta el acceso al trabajo o al estudio, sino que también pone en riesgo las vidas de los adultos mayores que viven en La Gloria. 

“De Camaronal para arriba (hacia La Gloria) son puros cerros y sin ese puente, fácil no entran las ambulancias”, argumentó López.

 

Cóbano y Lepanto están lejos de la muni y por esto, al igual que otras seis localidades del país, tienen unas figuras que ejercen la misma labor que el gobierno local: las intendencias.  Estas tienen autonomía funcional y el intendente asume funciones de alcalde, pero quien recibe su presupuesto es la municipalidad. En estos dos casos, la de Puntarenas. 

Murillo, de la unidad de Gestión Vial de la Municipalidad de Puntarenas, dijo a GuanaData que esos puentes son competencia exclusiva de dichas intendencias, pero el Código Municipal declara que, al ser un órgano adscrito, la municipalidad podría ejercer presión e impulsar esos proyectos.

¿Cómo cambia un puente a una comunidad?

 

El hecho de que las comunidades más alejadas del centro, o aquellas que enfrentan mayor desigualdad socioeconómica carezcan de buena infraestructura no es casualidad, de acuerdo con la economista e investigadora, Marcela Román. 

“Sin infraestructura estamos desconectados. Las personas de más baja capacidad de pago terminan viviendo en las locaciones más complicadas. A esto se le suma que a donde tenemos las grandes agrupaciones de comunidades más vulnerables, la infraestructura es más escasa y más deteriorada. Esto lo que me va a generar son problemas de conectividad para llegar a donde están las oportunidades”, externó Román a GuanaData. 

En una provincia en donde la finalización de la educación secundaria tiene un nivel inferior al 50%, la posibilidad de cruzar el puente representa una oportunidad, según la entrega más reciente del Estado de la Educación Costarricense, del Programa Estado de la Nación.

De 81 cantones, el de Puntarenas ocupaba la posición 31 dentro del Atlas del Desarrollo Humano Cantonal de Costa Rica más reciente. Además, en el Índice de Desarrollo Social del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan), Cóbano, Lepanto y Chacarita obtuvieron una puntuación menor a 44.7, considerado como “muy bajo desarrollo”. 

Esto quiere decir que en Cóbano (40.73), Chacarita (28.38) y en Lepanto (18.93) el acceso a salud, educación, trabajo e infraestructura es sumamente difícil.   

“El puente de Fertica para mí representa estudio, porque pasaba por ahí para llegar al INA”, retoma Kevin, vecino del 20 de Noviembre. “Y para mis amigos, significa ir a el Paseo de los Turistas a trabajar o a la zona de Barranca. También, es poder cruzar a comprar pescado de los pescadores que viven y trabajar en el barrio”.

Kevin Morales, vecino del barrio el 20 de Noviembre, necesita cruzar el puente para poder estudiar en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). Foto: César Arroyo.

La municipalidad puso una barra de metal en el puente principal para evitar el paso de las motos, y así retrasar el avanzado deterioro de los puentes. Sin embargo, esto también complica el paso de las bicicletas, principal medio de transporte en Fray Casiano.  

Alejandro Vallejo, arquitecto de Entre Nos Atelier, organización que ha diseñado los Centro de Cuido y Desarrollo Infantil (CECUDI) de diversos cantones, recomienda una solución más allá de arreglar el puente: incluir a la comunidad en la toma de decisiones. 

“Cuando se abren procesos de consulta verdaderamente participativos en donde sea la misma comunidad que explique qué es lo que se necesita, el impacto positivo es mayor. Muchas veces se gasta montones en construir una parada de buses, cuando lo que la comunidad necesitaba desde un inicio es que se arregle el puente”.

“Si las personas necesitan un puente, y como no está tienen que tomar bus, pagar ese pasaje todos los días puede representar más de lo que yo logro generar de ingreso. Entonces, la falta de ese puente representa menores oportunidades de trabajo o de estudio. La falta de infraestructura reproduce pobreza”, finalizó Román.

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Esta nota forma parte de la cuarta edición del proyecto GuanaData, que en esta ocasión es llevado a cabo por La Voz de Guanacaste en conjunto con el International Center for Journalism, gracias a una beca de la embajada de Estados Unidos. GuanaData pretende analizar los presupuestos de seis gobiernos locales del país con el fin de transparentar la función pública y combatir la corrupción dentro de las municipalidades. 

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