Eran 19 niños pobres de Marbella, un pueblo sin electricidad, agua potable ni televisores. Tenían entre nueve y 12 años cuando participaron en los Juegos Deportivos Escolares de 1984. Tenían también un solo uniforme que les cosió la mamá de uno de ellos en una vieja máquina de pedal.
Los chicos jugaron todas las eliminatorias y ganaron la gran final descalzos: a pata pelada.
El periodista Hernán Guitérrez conoció la historia cuando trabajaba en Radio Chorotega en los años ochenta. Desde entonces soñó con escribir la historia que 37 años después le da vida a su nuevo libro ‘La hazaña de los patapelada’.
Saldar una vieja deuda
Gutiérrez explica que la motivación para escribir el libro viene del afán de recuperar lo que para él es la hazaña más importante del fútbol infantil en la historia deportiva de Guanacaste.
Yo creo que es como pagar una deuda. Cuando uno se da cuenta de que hay algo interesante, debe contarse, debe escribirse y que debe recuperarse, hay que hacerlo”, dice el autor.
Decidió investigar su historia ‘de atrás para adelante’. Fue primero a Grecia en la provincia de Alajuela, donde los patapeladas se convirtieron en leyenda.
Ahí habló con personas que presenciaron aquella final: un productor de radio, aficionados que vieron el juego desde las gradas y el entrenador del equipo de Grecia.
Produjimos 10 capítulos dedicados a la tradición oral guanacasteca y acudimos a voces conocidas de Guanacaste para recrear estas historias
Un par de semanas después se reunió por primera vez en Marbella con los patapeladas, en diciembre del 2018. En ese momento todos tenían entre 46 y 49 años y vivían dispersos en diferentes partes del país. Algunos no se veían desde que salieron de la escuela.
“Enfrentábamos el desafío de cómo ilustrar la crónica sin fotografías”, explica Gutiérrez.
Así que le pidió ayuda al ilustrador Ronald Díaz para recrear postales cotidianas de Marbella y escenas de los partidos que parecen sacadas de un capítulo de supercampeones.
Uno de los niños que protagoniza estas ilustraciones es Francisco Juárez, el volante derecho del equipo que jugaba en la media cancha. Usaba vendas en los pies para cubrir los granos que tenía por andar en los potreros arreando ganado. Fue uno de los últimos jugadores que lograron ubicar. Ahora tiene 49 años y trabaja en agricultura.
Me emocionó mucho porque me recordó una época que estaba totalmente sepultada y por medio de este libro la han vuelto a revivir”, rescata Juárez.
En su última reunión con los patapeladas Hernán les leyó fragmentos del libro y entre Francisco y todos los demás afinaron los últimos detalles: ‘que si el marcador fue tal, que si el gol lo metió fulano, que si empezaron perdiendo’.
“En algo más de 130 páginas quedó plasmada esta experiencia inspiradora que superó lo deportivo: una proeza individual y colectiva de un grupo de niños tenaces a quienes la adversidad no detuvo para conquistar un sueño”, resalta Gutiérrez en la contratapa.
Ronald Díaz entregó a los ‘patapeladas’ su retrato pintado a todo color en enero de 2021. Pudieron ver por primera vez una imagen de sí mismos vestidos con la camiseta del uniforme original. En la única foto que existe del equipo campeón no la tienen puesta, porque el público se las arrebató luego de ganar el partido. Foto: Cortesía Hernán Gutiérrez
Jugar y vivir en desventaja
Salir a la cancha sin tacos de fútbol era la desventaja de los ‘patapeladas’ en la cancha, pero también era el reflejo de una situación económica familiar que les jugaba en contra y de un rezago de oportunidades en la comunidad. Gutiérrez no quiso dejar eso por fuera, porque para él era vital contar una historia apegada a la realidad.
“La historia no se podría contar sin ese final, hubiera sido de mentirillas, como de cuento de hadas”, enfatiza el escritor.
Según Gutiérrez, una de las intenciones del libro es que los y las guanacastecas reflexionen sobre las limitaciones y los retos que tienen para desarrollarse.
El exjugador Francisco Juárez lo ha hecho y está convencido de que él y sus compañeros del equipo hubiesen llegado a la primera división de fútbol de haber tenido la oportunidad.
Me hubiera gustado ser jugador profesional. Eso uno lo llevaba en la sangre, en las venas, pero diay… en esa época era imposible”, lamenta Juárez.
En su reseña sobre el libro la socióloga y gestora cultural, Fresia Camacho, destacó lo siguiente:
“Los ‘pataspeladas’, los de ayer y los de siempre nos gritan en la cara que la desigualdad persiste, que pesa sobre todo en las costas y en las fronteras, que no permite a las personas volar alto, aun cuando tengan un gran talento”.
Con todo y la buena dosis de dura realidad presente en el libro, Gutiérrez espera que esta historia que terminó de tejerse durante la pandemia sirva para que las personas tomen valor de nuevo en esta época de incertidumbre.
“Frente a la adversidad siempre hay una posibilidad de triunfo y realización, de cambiar las cosas, siempre hay una posibilidad de éxito y hay que beber de nuestro propio pozo para conseguirlas”.
¿Cómo puedo conseguir el libro?
El autor decidió arrancar la venta de libros en el lugar donde nació la historia, y sus distribuidores serán los mismos patapeladas». El valor del libro es de ₡8.000. Podés encontrarlos en:
- Santa Cruz: Librería Nacascolo y Abastecedor Pepe.
- Marbella: Elder Angulo 8693-3633.
Además, cualquier persona puede hacer una donación a la Asociación de Desarrollo Integral de Marbella y los montos recaudados se convertirán en donaciones para escuelas de Guanacaste.
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