El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) inauguró una nueva oficina en el cantón de La Cruz el viernes 16 de abril. Esta sede desahogará a la oficina de Liberia —ubicada a 58 kilómetros— que atendía los casos de los niños, niñas y adolescentes cruceños.
Ahora, 14 profesionales en áreas como trabajo social, psicología y derecho enfrentarán los retos para velar por el bienestar de alrededor de 11.530 personas menores de 19 años, según las proyecciones de población para el 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
La población cruceña vive dinámicas asociadas a la migración, por ser un cantón de paso y fronterizo con Nicaragua, y al rezago en bienestar general, pues se ubica entre los últimos cinco cantones del país con menor índice de desarrollo humano (solo por delante de Buenos Aires, Los Chiles, Talamanca y Matina).
Ese índice se calcula según la esperanza de vida al nacer, los años esperados y promedio de escolaridad y el consumo eléctrico residencial por persona.
La nueva oficina, además, abre tras años de intentos y luchas para lograr consolidarse en el cantón fronterizo. Es un edificio alquilado frente a la escuela Salvador Villar en Barrio Fátima y ofrecerá servicios de investigación, atención psicosocial, procesos administrativos y judiciales, así como el desarrollo de proyectos socioeducativos con la comunidad.
Migración, tráfico y trata
Uno de los retos prioritarios, según la directora de la Región Chorotega del PANI, Maribel Peña, es atender a las personas menores de edad costarricenses, nicaragüenses y extrarregionales (africanos, cubanos y haitianos) en movimientos migratorios.
“Cuando nos reuníamos a nivel interinstitucional, hablábamos de la necesidad de que el PANI permaneciera en La Cruz por las situaciones de alta vulnerabilidad que se dan por ser un cantón con mucha situación intercultural, movimiento migratorio y un lugar de paso”, dijo Peña a La Voz de Guanacaste.
En ocasiones hay niños que ingresan solos desde Nicaragua, con personas que no son su familia o sin documentos.
Entonces hay que realizar un proceso para ver si ellos son los padres o no, para proteger a las criaturas”, explicó Peña.
Los oficiales de migración debían esperar a que algún funcionario o funcionaria de Liberia se trasladara a La Cruz para atenderlos, o viceversa, que migración llevara a los menores de edad a Liberia. “Había una muy buena articulación pero ahora es diferente porque el PANI está ahí: los niños no tienen que esperar tanto para que lleguen los profesionales a atenderlos”, agregó.
A la movilización de pobladores ticos y nicas, también se suman las atenciones a quienes se albergan en el Centro de Atención para Migrantes (Catem), usualmente familias —incluidos menores de edad— africanas, cubanas y haitianas que huyen de sus países y buscan llegar a Norteamérica.
Las dinámicas migratorias, además, suelen estar vinculadas a situaciones como la trata o el tráfico, explicó la directora regional. “Nosotros, estando afuera, no podemos identificar y, ahora, trabajando articulados con la policía, será más fácil”, añadió.
Embarazo adolescente
Para la directora regional, los embarazos de niñas y adolescentes menores de edad son otro reto que el PANI y otras instituciones del cantón continuarán atacando.
Según un análisis de La Voz de Guanacaste con los datos más recientes del INEC, del 2019, La Cruz es el segundo cantón de la provincia con la menor tasa de nacimientos de madres niñas y adolescentes (con 16 embarazos por cada 1.000 niñas y adolescentes de 10 a 19 años), apenas superado por Cañas (13 nacimientos por cada 1.000).
La historia no siempre ha sido la misma: históricamente La Cruz ocupó los primeros puestos entre los cantones de Guanacaste con la mayor tasa de nacimientos de niñas y adolescentes madres, lo cual las aleja de la educación.
En 2008, por ejemplo, 52 de cada 1.000 niñas dieron a luz. En 2017, el cantón se posicionó en el octavo puesto de 81 cantones del país, con la mayor tasa de nacimientos en menores de edad de 10 a 19 años (39 de cada 1.000).
En 2018, la tasa se redujo a 24, y en 2019 a 16.
¿Cómo lo lograron? Los anticonceptivos y la educación sexual y reproductiva pudieron ser la clave, según un análisis previo de La Voz de Guanacaste. En el 2016, varias instituciones en La Cruz como la municipalidad, los Ministerios de Educación y Salud, el PANI y el Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNFPA) iniciaron un proyecto que incluyó campañas de educación sexual y reproductiva y la entrega de anticonceptivos, principalmente los implantes subdérmicos.
Haberlo disminuido, no lo suprime de ser uno de los temas prioritarios a seguir trabajando para el PANI y las demás instituciones.
Pobreza y educación
Desde donde sea que se mire, La Cruz es un cantón con retos de estabilidad social y económica por superar. Las personas menores de edad no escapan de la vulnerabilidad.
Por ejemplo, el Índice de Bienestar de la Niñez y la Adolescencia 2013 —el único y más reciente que existe en el país, que evalúa las condiciones materiales de vida, procesos de formación y entorno económico y del hogar— ubica a La Cruz apenas por encima de los cantones de Talamanca, Upala, Guatuso, Los Chiles y Buenos Aires.
No es un hecho aislado, pues según el último censo del país, el del 2011, La Cruz es el cantón más pobre de todo el país, con 57,31% de los hogares en condición de pobreza y apenas un 18,8% de la población tiene secundaria completa. La mayoría (28,6%) solo completó la primaria.
Ese índice de pobreza indica un alto nivel de vulnerabilidad social para las familias, para los niños y para las personas sin trabajo”, apunta la directora regional Maribel Peña.
“Si no te mata el covid, te mata el hambre”. Ticos y nicas sufren los estragos del cierre por más de un año de la frontera de Peñas Blancas
Ahora la institución espera trabajar más de cerca con acciones de prevención y atención a la violencia contra las personas menores de edad.
La Unidad Regional de Atención Inmediata (URAI) —que empezó a trabajar en la provincia en agosto del 2020 y responde a emergencias— ha atendido 91 personas menores de edad en La Cruz en situaciones asociadas al maltrato y abuso sexual, emocional y físico (24), negligencia de cuido (29) y conflictos familiares (15).
Un largo camino
El PANI tuvo un plan fallido de atender más de cerca la población menor de edad en La Cruz desde el 2012. En ese entonces, con un presupuesto de ¢210 millones, planeaban construir un albergue con capacidad para 16 menores de edad en un terreno donado por la Municipalidad de La Cruz.
El proyecto no prosperó porque cuando preparaban el terreno para la construcción, “la empresa contratada encontró que había un basurero y rellenar eso era más caro que todo la construcción del albergue”, dijo la directora regional de la institución, Maribel Peña.
Eso sí, la lucha nunca se detuvo. Según Peña porque desde la dirección regional siempre tuvieron noción de la necesidad de esa oficina y porque las instituciones, organizaciones y comunidades en La Cruz, que Peña califica como “muy activas y articuladas socialmente”, continuaron con la tarea de abrir una sede de la institución en el cantón.
En 2015, por ejemplo, hubo un documento firmado por instituciones y organizaciones del cantón. Desde ahí empezó a hacerse el análisis y nosotros, desde la oficina de Liberia, enviamos una justificación del proyecto”, relató Peña.
“Desde entonces venimos trabajando en eso. En 2018 enviamos una justificación de plazas y, a nivel de administración, ha sido una lucha para que nos aprobaran las plazas en ese lugar”.
El 15 de marzo de este año, finalmente, la institución abrió la oficina con todo el equipamiento: computadoras, teléfonos, vigilancia. La nueva oficina de La Cruz se suma a las de Liberia, Cañas, Santa Cruz y Nicoya, que la institución tiene en la provincia de Guanacaste.
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