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Este sábado 8 de noviembre, el sonido de las bombetas fue la alarma que despertó a los Nicoyanos desde muy temprano para celebrar la tradicional Pica e’ Leña, actividad que rinde tributo a la patrona del cantón, la Vírgen de Guadalupe. La fiesta comenzó a las 4am, aunque algunos pasaron la noche en vela. En la casa de la Vírgen llamada La Cofradía, se repartió pozol, café, tortillas y rosquillas. Una vez desayunados y con hacha en mano, cientos de fieles se direccionaron hacia la finca de los Nema ubicada 3 kilómetros al sur del centro de Nicoya.


























Con el sol saliendo a sus espaldas, los hombres trabajaron alegres recordando los tiempos de hacha.

La pica de leña hoy en día se celebra en honor a la Vírgen de Guadalupe. Originalmente nace de los Chorotegas, pueblo indígena que alguna vez habitó tierras Nicoyanas.

Pilar Fajardo y otras 5 mujeres sirvieron el desayuno de los hacheros desde las 4 de la mañana.

Cientos de fieles salieron de sus casas temprano para rendirle tributo a la Vírgen de Guadalupe y continuar con la tradición.

Para las 5 de la mañana se habían sacado más de 100 platos del desayuno típico de todos los años, pozol con rosquillas y café.

Un grupo de amigos comparten durante el amanecer afuera de la cofradía en el centro de Nicoya


Un hacha bien afilada para la picadera de leña que duró más de 5 horas.

Luis Alberto Ramirez picó leña hasta que las últimas carretas se llenaron.

Más de 70 carretas se llenaron con la leña que utilizarán para cocinar los alimentos en las celebraciones del otro año.

Apartir de las 7am, se observaron llegar boyeros y caballistas de diferentes partes del pais como Llano Grande de Cartago, Quiriman, Hondores, Juan Díaz y San José

Odeth Mora es una de las pocas mujeres que se observaron picando y recogiendo leña al lado de los hombres

Antonio Navarro hachero de Nicoya

Gerardo Fonseca de Matina heredó yuntas de su padre a los 20 años y fue así como se hizo boyero.

Para las 7 de la mañana se observaban más de 20 carretas llenas.

La fiesta se vivió con chicheme, baile y alegría

Baile con música de la marimba "La Chinita".

Las bebidas se sirvieron en un huacal hecho con de jícaro, se le saca la semilla y luego se pone a hervir, luego se raspa bien dentro y después se pone al sol para secar.

Azucena Alemán sirve en huacal una bebida típica llamada Tiste, hecha a base de cacao, arroz y tapa dulce.

Luego del almuerzo de los hacheros, boyeros y caballistas, el público también pudo disfrutar de la comida preparada por las mujeres de la cofradía.

Boyeros afuera de la finca de los Nema.

Alrededor de 70 yuntas participaron en el desfile que salió a las 11am.

Las carretas llenas de madera y con algunas personas arriba, desfilaron junto al pueblo de regreso a la ciudad colonial.

Fieles piden la bendición del padre Óscar Valerio frente a la iglesia colonial en Nicoya.

La fiesta continuó en las afueras de la cofradía mientras se descargaba la leña.
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